Rafael Nadal no jugará el torneo de Basilea (desde el próximo 23 de octubre), pero sí estará en el último Masters 1000 de la temporada, que se celebrará en París-Bercy a partir del día 30 de este mes. Después de jugar la final de Shanghái con un vendaje protector a la altura del tendón rotuliano de la rodilla derecha, el mallorquín escuchó a su equipo, se sentó con sus médicos y tomó la decisión de renunciar a jugar en Suiza para descargarse del esfuerzo que arrastra (una carga de estrés provocada tras 10 partidos en los últimos 13 días y 75 en todo 2017) y llegar en condiciones de aspirar al título a la Copa de Maestros de Londres (del 12 al 19 de noviembre), que es el gran objetivo que le queda por delante esta temporada.
Según pudo saber este periódico, Nadal comunicó el lunes por la tarde su renuncia a la organización del torneo de Basilea, que la hizo oficial el martes a través de un comunicado de prensa. El español, que se montó en un avión para regresar de Shanghái unas horas después de caer ante Roger Federer, empezó a plantearse la posibilidad de no acudir a Suiza tras jugar la final vendado en su rodilla derecha por seguridad, lo mismo que el pasado mes de marzo en Acapulco cuando sintió algo similar en una articulación que ha marcado con dolores y lesiones de larga duración los peores días de su carrera.
“En la rodilla se notó un pelín y por prevención se puso el vendaje”, explicó Francis Roig, el técnico que estuvo con el campeón de 16 grandes en Asia. “Estamos contentos porque se ha vuelto de la gira siendo campeón de Pekín y finalista de Shanghái, y normalmente no había conseguido buenos resultados en esta parte del año”, prosiguió el técnico catalán. “Ahora tiene que intentar seguir sumando para terminar como número uno, pero sobre todo pensar en llegar lo mejor posible a Londres”, cerró Roig, consciente de que Federer todavía tiene opciones de acabar en la cima de la clasificación tras recortar a 1960 puntos la ventaja del español.
Así, Nadal modificará su hoja de ruta por tercera vez este curso (también se bajó de Rotterdam y Queen's), no acudirá a Basilea por segunda temporada consecutiva (en 2016 decidió clausurar su año después de Shanghái para recuperarse por completo de la lesión en la muñeca izquierda) y volverá a la competición en París-Bercy, pese que en un principio podría haberse saltado los dos torneos. El motivo de ir al último Masters 1000 del calendario es claro: llegar a la Copa de Maestros tras estar casi un mes sin jugar es un riesgo demasiado alto para un jugador que volverá a intentar cazar en Londres el único gran trofeo que le falta en su currículo.
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