El proyecto para reformar la Copa Davis impulsado por el grupo inversor Kosmos, fundado y dirigido por el futbolista Gerard Piqué, saldrá adelante. Este jueves, 147 países votaron en la asamblea general de la Federación Internacional de Tenis (ITF, por sus siglas en inglés) en Orlando para decidir el futuro de la centenaria competición y el resultado fue el primer paso para la renovación de la Davis: Piqué consiguió el 71,43% de los votos (325 sí, 130 no y 4 abstenciones o nulos), se garantizó la viabilidad de su idea y dejó atrás los 118 años de historia de la competición para comenzar una nueva era: desde 2019, la Davis se la disputarán 18 naciones en la misma ciudad (Madrid o Lille acogerán la edición inaugural del 18 al 24 de noviembre del próximo año) durante siete días y con un formato novedoso que debería traer de vuelta a las grandes estrellas del circuito.
"Hoy es un día histórico”, se arrancó tras la votación Piqué, que viajó a Orlando en avión privado con el permiso del Barcelona tras el trofeo Joan Gamper. “Estamos convencidos de que el acuerdo apoyado por las naciones garantiza el mejor futuro posible de la Copa Davis y el desarrollo del tenis a todos los niveles”, prosiguió el futbolista. “Este es el comienzo de una nueva etapa que garantizará la posición prominente y el lugar legítimo que la Davis debe de tener como competición de equipos de naciones adaptándose al deporte profesional de alto nivel”, añadió. “Es un honor ser parte de este proceso histórico de un deporte y, sin ninguna duda, tanto a nivel personal como profesional, es uno de los días más felices de mi vida”.
“Estoy encantado de que las naciones que han votado hoy han asegurado una larga vida a la Copa Davis”, le siguió David Haggerty, el presidente de la ITF. “El nuevo evento creará un auténtico festival de tenis y entretenimiento que atraerá a jugadores, aficionados, patrocinadores y cadenas de televisión”, aseguró el mandatario. “El nuevo presupuesto para las naciones que el evento generará tendrá un efecto transformador para el desarrollo del tenis en las naciones. Nuestra misión es asegurar la próxima generación de jugadores y beneficiar a los tenistas nuevos que vengan en las próximas décadas”.
De entrada, la votación dividió a las cuatro grandes federaciones (Australia, Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos), las únicas junto a Alemania con 12 votos. Mientras que la australiana y la británica negaron su apoyo a Piqué, la francesa y la estadounidense se mostraron favorables al cambio planteado por el central del Barcelona. Entre las 13 naciones siguientes, con derecho a nueve votos, se formó una guerra de trincheras similar. España, por ejemplo, tendió la mano al proyecto después de que todos los miembros de su junta directiva aprobaran la decisión por mayoría a principios de esta semana, motivados por la posibilidad de que Madrid fuese la ciudad que acogiese la edición inaugural de la nueva Davis.
Horas antes de la votación, muchas federaciones todavía no habían decidido su voto. Esa indecisión, sin embargo, no provocó dudas en los integrantes de Kosmos que se desplazaron hasta Orlando. Confiados en sacar adelante el proyecto, todos los que estaban alrededor de Piqué mantuvieron la calma durante los 45 minutos que tardó en conocerse el resultado de una consulta que nació meses atrás, cuando la idea se presentó en sociedad.
El pasado 26 de febrero, la ITF anunció su asociación con el grupo de Piqué para tratar de reinventar la competición. Con un acuerdo a 25 años por un total de tres mil millones de dólares (unos 2.600 millones de euros), los directivos se frotaron las manos ante la rompedora reforma que acababan de poner en marcha: a partir de 2019, 18 naciones compitiendo cada mes de noviembre durante una semana en la misma ciudad.
Hasta este año, el Grupo Mundial de la Davis estaba formado por 16 países que debían superar tres cruces (octavos, cuartos y semifinales) para alcanzar la final y luchar por la Ensaladera. En la reforma de Piqué, las eliminatorias desaparecerán casi por completo, concentrando la competición en siete días (fase de grupos seguida de enfrentamientos de cuartos y semifinales, antes de la final) y logrando recuperar así el compromiso de las grandes estrellas de circuito, que en los últimos tiempos le han dado la espalda a la competición por lo cargado que está el calendario y el esfuerzo que supone jugar la Davis.
En consecuencia, la nueva Davis tendrá una fase de clasificación a finales de enero en la que 24 equipos se medirán en las eliminatorias tradicionales, el único rastro del formato de toda la vida. Los 12 ganadores de esos cruces se asegurarán estar la fase final de noviembre, que se completará con los cuatro semifinalistas del año anterior (en este caso, Croacia, Francia, España y Estados Unidos) y otros dos que accederán mediante una invitación de los organizadores. Cada eliminatoria estará compuesta de tres partidos (dos individuales y un dobles) que se jugarán al mejor de tres sets y con tie-break en el último.
Por todo eso, es evidente: a partir de 2019 la Davis ya no será la Davis.
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