Image: Berta Piñán. Ricardo Menéndez Salmón

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El Cultural

Berta Piñán. Ricardo Menéndez Salmón

Cara a cara entre los dos autores asturianos

23 octubre, 2009 02:00

Berta Piñán y Ricardo Menéndez Salmón. Fotos de J.J. González y de Susana Carro

Los dos son asturianos pero el novelista Ricardo Menéndez Salmón (Gijón, 1971) escribe en castellano y la poeta Berta Piñán (Caño, Cangas de Onís, 1963) lo hace también en bable. Sin embargo, ambos coinciden, con matices, en el gran momento que viven los Letras asturianas.

Los dos creadores reivindican sus Letras y así, mientras que Berta Piñán se asombra porque en un teritorio tan pequeño como Asturias "convivan más de una veintena de proyectos editoriales consolidados con sus correspondientes colecciones literarias, tanto en castellano como en asturiano", Ricardo Menéndez Salmón destaca que nunca como hoy tantos escritores nacidos en Asturias habían publicado en editoriales de primera línea aunque sospecha "que el número no se corresponde con la excelencia".

Menéndez Salmón: Aunque hay firmas que están logrando el reconocimiento que merecían hace tiempo, algunos de los nombres realmente importantes de la literatura hecha en Asturias permanecen invisibles, lo que habla bastante mal del olfato de los editores nacionales. En Asturias, en ese sentido, vivimos una especie de euforia que no se corresponde con la realidad. Hay muchos nombres, cierto, pero poca obra que resista un análisis en profundidad. Además, no hay que olvidar que esta es una región lastrada por un déficit histórico: la falta de una masa crítica capaz de discriminar el grano de la paja y de generar dis- curso en vez de opinión.
Berta Piñán: Hay momentos en los que el azar y el talento coinciden de forma extraordinaria en un tiempo y en lugar determinados. Creo que eso es lo que está viviendo la literatura asturiana y aún más la poesía asturiana. No puede dejar de sorprendernos que en un territorio tan pequeño como Asturias convivan más de una veintena de proyectos editoriales consolidados con sus correspondientes colecciones literarias, tanto en castellano como en asturiano.

-¿Qué dificultades encuentran los creadores que deciden permanecer en Asturias?
Piñán: En un mundo donde los medios de comunicación y las redes de información están globalizados, creo que el problema no es el lugar físico desde donde se escribe sino, más bien, la posición simbólica que se asigna, por ejemplo, a las literaturas periféricas. Podemos escribir desde la aldea asturiana más perdida y en unos minutos llegar a través de Internet a otros rincones remotos del mundo. Otra cosa muy distinta es entrar en los circuitos de las grandes editoriales que son las que mueven el mercado literario.
Mdez. Salmón: Hay que acabar de una vez con el mito de que sólo desde Madrid o Barcelona se logra una implantación en el mercado editorial. La globalización, que arroja muchas sombras, atesora también algunas luces. Por ejemplo, el hecho de que hoy, si los editores están atentos a lo que se cuece en la periferia (si hacen lo que se espera de ellos: leer sin prejuicios), pueden descubrir valores en lugares alejados de los centros de influencia. De hecho, vivir y escribir en Asturias se me antoja un lujo impagable que me aleja de todas aquellas tentaciones que rodean a la literatura pero que no son la literatura: el amiguismo, los cenáculos, los chantajes emocionales y económicos.

-¿Hasta qué punto participan los escritores del Principado de la tradición cultural asturiana?
Piñán: La tradición cultural asturiana no puede más que inscribirse en una tradición más amplia que es la hispánica y por supuesto, la europea. Dicho esto, creo que la literatura escrita en asturiano de los últimos 30 años ha indagado con mayor empeño en la fisonomía emocional del mundo rural y lo ha hecho desde la modernidad y, por lo tanto, desde la revisión crítica de la tradición.
Mdez. Salmón: En mi casoese vínculo no existe. A mí me ha influido mucho más la lectura de Kafka o Faulkner, clásicos ya indiscutibles, o el conocimiento de la obra de De Lillo o Bernhard, autores contemporáneos en toda regla, que cualquier acervo propio de mi idiosincrasia. Creo que nadie en su sano juicio, leyendo mis libros, podría colegir de ellos mi lugar de procedencia. Mi asturianía, de la que presumo y a la que no puedo renunciar, no encuentra sus raíces, desde luego, en lo literario.

-¿Qué papel juegan los Premios Príncipe de Asturias?
Piñán: Los Premios son, sin duda, una gran ventana abierta al mundo, un valiosísimo reducto ilustrado en un mundo que tantas veces desprecia la cultura y el conocimiento frente a otros intereses. Además, como miembro del jurado de las Letras, he tenido el privilegio de participar en los últimos años de una manera directa y de admirar el trabajo, la pasión y la voluntad inquebrantable que hace posible un acontecimiento cultural de tal magnitud.

Mdez. Salmón: Negar su relevancia sería una necedad por mi parte, aunque a veces tengo la sensación de que los galardones han servido más para premiar al entramado que conocemos como Premios Príncipe de Asturias que como una guía intelectual del mundo que nos ha tocado en suerte compartir. Entiendo, en cualquier caso, que, al menos en el ámbito de las Letras, se ha dado un equilibrio entre lo sensato y elogiable (premiar a Gönter Grass) y lo mediático y oportunista (premiar a Paul Auster).

- ¿Se puede hablar históricamente de una literatura en asturiano?
- Piñán: Con mayor o menor fortuna, desde el S. XVII tenemos testimonios ininterrumpidos de literatura en asturiano que se dan de una forma paralela al resto de las literaturas hispánicas. Pero será desde los años 70 del siglo pasado cuando esta literatura va a ocupar un lugar propio en el conjunto de las literaturas hispánicas periféricas. Es un proceso lento pero creo que imparable.

- Mdez. Salmón: El proyecto de una literatura en lengua vernácula es un anhelo ilustrado, alentado por figuras como Jovellanos, que ha sido ignorado por buena parte de nuestros paisanos, quienes por vergöenza, papanatismo o imposición han vivido y siguen viviendo de espaldas a esta realidad. Asturias, que tiene cierto resabio cainita, nunca ha mantenido una relación satisfactoria con determinados aspectos de su patrimonio.

Impulsores de la cultura asturiana

La constelación de la cultura asturiana cuenta con una serie de impulsores y referentes fundamentales que explican su actual pujanza, intelectuales, catedráticos, poetas, escritores cuya actividad ha constituído un factor clave en la dinamización cultural del Principado. Graciano García (Moreda, Aller, 1939) ha estado siempre vinculado a la actividad cultural asturiana. Promotor y director, desde su creación en 1980 de la Fundación Príncipe de Asturias, es el alma de estos premios (Artes, Ciencias Sociales, Comunicación y Humanidades, Cooperación Internacional, Investigación Científica y Técnica, Letras, Concordia y Deportes) que alcanzan fama mundial. Fernando Masaveu (Oviedo, 1966) es el director de la Fundación Maria Cristina Masaveu Peterson, una institución con más de 160 años de historia volcada en las Artes, la Educación y todo tipo de programas y actividades culturales en el Principado de Asturias. Xuan Bello (Paniceiros, Tineo, 1966) es uno de los primeros espadas de las Letras astures, tanto por su destacada labor de traducción como por obras tales como la Hestoria Universal de Paniceiros una de los libros más destacadas por la crítica en el año 2003.

José Luis García Martín (Aldeanueva del Camino, 1950), profesor de Literatura en la Universidad de Oviedo, director de “Clarín”, es también poeta y escritor. Conocido principalmente por sus trabajos de crítica literaria, en sus tertulias se ha forjado lo mejor de la nueva poesía asturiana. El rector de la Universidad de Oviedo, Vicente Gotor (Calatayud, 1947), aunque aragonés de nacimiento, ejerce desde 1983 su cátedra de Ciencias Químicas en la Universidad asturiana, desde donde ha impulsado las investigaciones científicas y técnicas. El poeta, ensayista y columnista de “La Nueva España” Aurelio García Ovies (Bañuges, 1964) es una de las principales figuras intelectuales asturianas. En Esa luz tan breve. Poesía, 1988-2008 (Saltadera Ediciones) ha compilado dos décadas de versos.