Ocio y cultura en la Semana Negra de Gijón
Hace mucho que Oviedo, la Vetusta de Clarín, ha dejado de ser la “heroica ciudad”, “noble y leal”, que dormía la siesta. Toda Asturias está hoy bien despierta hacia la literatura.
A la sombra de los Emilio Alarcos, Carlos Bousoño y Ángel González, una nueva generación de jóvenes narradores y poetas asturianos pide paso, desde Jordi Doce (Gijón, 1967) y el politizado Xuan Bello (Paniceiros, 1965) a Tino Pertierra (Gijón, 1964) pasando por Begoña Huertas (Gijón, 1965); Pablo Antón Marín Estrada (Sama de Langreo, 1966); Pelayo Fueyo (Gijón, 1967); José Luis Piquero (Mieres, 1967); Javier Almuzara (Oviedo, 1969); Xandru Fernández (Turón, 1970); Ignacio del Valle (Oviedo, 1971); Martín López Vega (Poo, 1975) oMiguel Barrero (Oviedo, 1980).
600 novedades al año
A su lado, apoyando a esta nueva generación letraherida se encuentra, según el Libro Blanco de las Industrias Culturales del Principado, una treintena de editoriales, de las que 24 forman el Gremio de Editores de Asturias. Su estructura empresarial está atomizada y centralizada en Oviedo (53 por ciento del total), Gijón y Avilés, que concentran el 88 por ciento de la totalidad de la industria editorial asturiana. Por lo que a las ediciones se refiere, según los últimos datos hechos públicos por el Gremio, en 2007 se publicaron 600 nuevos títulos, lo que supuso un aumento del 5’12 respecto al año anterior. Sin embargo, las tiradas disminuyeron y se situaron en una media de 900 ejemplares por título.
La facturación no arrojó mejores resultados: si en 2005 las editoriales asturianas facturaron 262.500 euros, en 2006 la cifra descendió a los 247.500, y en 2007, a unos 220.000. Y los datos de este 2009 no mueven precisamente al optimismo: según los libreros, en el primer trimestre las ventas descendieron entre un 5 y un 7 por ciento, y aunque se han creado cinco nuevos sellos (Editorial Universos, La Cruz de Grado, Satori Ediciones, Araz Libros y Saltadera), también han desaparecido tres.
A pesar de todo, ahí llegan los nuevos autores asturianos y en asturiano, forjados, en primer lugar, en las legendarias tertulias ovetenses del Oliver, el Cervantes, o el Sevilla, o en las gijonesas del Café Imperial, el Oriental, el Príncipe o el Gran Café Dindurra, convertidos muchos de ellos hoy en bancos.
Afortunadamente, Asturias mantiene en el calendario citas como el Salón del Libro Iberoamericano, dirigido por el asturiano-chileno Luis Sepúlveda, que el año que viene celebrará su XII edición. En la de 2009 participaron 150 editoriales y 46 escritores de once paíse. Más fuerza tiene aún la Semana Negra de Gijón, que a lo largo de sus 22 años de existencia ha pasado de los 73.000 asistentes de su primera edición al millóndel último verano y que en su última edición contó con Tariq Ali, William Ospina o Fred Vargas, entre otros. Si a esto unimos el poder de convocatoria de los premios Príncipe deAsturias, y el interés que también suscitan el Tigre Juan y el Café Gijón de novela, dotado con 30.000 euros,,así como el Salón del Cómic de Gijón, o los Encuentros de Verines, la vitalidad literaria de Asturias resulta tan previsible como feliz.