Cine y ¿derechos humanos?
Ayer se entregaron en Madrid los galardones del certamen Cine y Derechos Humanos que se celebra en San Sebastián. Me parece un oxímoron. Podría comprender "audiovisual y derechos humanos", tiene todo el sentido, pero la finalidad del cine, entendido en su expresión más pura y al mismo tiempo más fiel a la palabra, nunca puede ser defender los derechos humanos. Para eso están los políticos, los activistas o los artículos en prensa. ¿Qué premia un festival de "cine y derechos humanos", la mejor película o la que mejor defiende los susodichos? Porque no tiene nada que ver. Puede ser peor, ¿cuál es la mejor? ¿la más "buena"? Puede parecer un comentario "políticamente incorrecto" con ganas de fastidiar. Pero no lo es. Creo que confundir las cosas (el arte con cuestiones políticas, en este caso) es un error. La finalidad del buen cine es plantearnos nuestros valores, cuestionar la realidad y dejar que el espectador saque sus propias conclusiones. No existe un arte "inmoral" ("nulla aesthetica sine ethica") pero tampoco existe un arte moralista. Por cierto, ha ganado Gervasio Sánchez con Vidas minadas, documental sobre víctimas de las minas antipersona. Quizá es excelente. En este caso, tampoco hay que confundir las cosas.