De izqda. a dcha.: Jorge Galindo, Sergio Belinchón y Rogelio López Cuenca

Rogelio López Cuenca es Brasil, Jorge Galindo, México y Sergio Belinchón, Chile; no se trata de los personajes de una película surrealista sino de la nueva exposición de la Casa de América de Madrid. Los tres constituyen la primera parte de un ciclo de muestras pensadas para apoyar el trabajo de artistas españoles en Latinoamérica. Ellos han trabajado en estos países y traen aquí sus proyectos. A los tres les hemos invitado a conversar en estas páginas.

Rogelio López Cuenca (Nerja, 1959), Jorge Galindo (Madrid, 1965) y Sergio Belinchón (Valencia, 1971) son tres artistas españoles más o menos jóvenes, conocidos, con tirón, que mañana inauguran una exposición en la Casa de América. Hasta aquí todo normal. Lo especial del grupo radica en su trabajo común, un proyecto cuyo artífice, Rafael Doctor, ha calificado (modestamente) de "sencillo". "Sólo queríamos pensar sobre América Latina. Para ello hemos buscado diferentes aproximaciones: López Cuenca representaría el compromiso; los inmensos murales de Galindo, la cercanía a la tradición pictórica y las fotografías de Belinchón, la mirada fría, calculadora". Estos tres artistas son sólo la punta del iceberg: para abril ya hay prevista una segunda parte del ciclo y es posible que, debido a los buenos resultados, la nómina de artistas siga creciendo.

Hace un año, Doctor se puso en contacto con los componentes de este Pensar América y no sólo accedieron los tres, sino que los tres agradecieron la posibilidad brindada de conocer a fondo y luego reinterpretar un país de Latinoamérica. Tanto López Cuenca como Galindo ya habían estado en Brasil y México respectivamente, pero Belinchón era la primera vez que se enfrentaba a Chile: "Me pareció una propuesta maravillosa, además de un reconocimiento a mi trabajo". Mucho más radical es López Cuenca: "Debería estar en la Constitución: que todos los españoles tuvieran la obligación de conocer América Latina y el mundo árabe".

La relación con América
Es fácil hablar con ellos, tienen ganas de acabar el montaje y de ver los resultados, los tres se muestran entusiasmados con la idea de poder compartir puntos de vista con sus compañeros de exposición.
-Jorge Galindo: Rafa Doctor me habló de seleccionar a varios artistas que pudieran tener relación con Latinoamérica. En mi obra siempre ha existido cierta aproximación a México y me invitó. Fue idea mía lo de trabajar en el exterior y así surgieron estos dos gigantescos murales que, a modo de lona publicitaria, cubrirán la fachada.
-Sergio Belinchón: A mí me propuso pasar una temporada en Buenos Aires para realizar un trabajo fotográfico, con libertad, en la línea de mis anteriores proyectos, para montar una exposición. Al final me fui a Chile, entre otras cosas por la crisis argentina.
-Rogelio López Cuenca: Cuando hablé con Doctor acababa de volver por primera vez de Brasil y acepté de inmediato. [López Cuenca muestra el proyecto que representó a España en la última Bienal de São Paulo] En mi caso, el encuentro con espacios y gentes de Latinoamérica dio lugar a una arrolladora concurrencia de sensaciones simultáneas de familiaridad y extrañeza: reconocerte en extraños, ver y oír lo que el hábito hizo vano,... todo esto ha representado una experiencia tan intensa que sólo se me ocurre compararla con el enamoramiento.

-Pero no sólo hablan de sus proyectos "americanos": ¿ cómo ven las relaciones entre América Latina y España y entre los artistas de ambos lados del océano?
-JG: Creo que ahora las relaciones entre España y América Latina están normalizadas, los de allí exponen aquí y viceversa, además tenemos galeristas comunes. Antes había un sobresaturación de artistas americanos en España y muy pocos españoles que iban allí.
-SB: Yo no conozco tanto la situación de Latinoamérica, pero creo que las relaciones funcionan mejor con países más desarrollados económicamente.
-RLC: La desigualdad de las situaciones (económicas, políticas,..) hace que las relaciones estén de entrada pervertidas. El diálogo no se produce naturalmente, sólo si hay voluntad e interés por aprender de los otros. Lo que hay que dejar de hacer son exposiciones paternalistas, de supuestos paralelismos cogidos por los pelos de los tópicos.

Exhibicionistas sin fronteras
-Después de este viaje, ¿creen que existe la globalización en el arte o es un tópico? ¿Qué hay de las propuestas individuales?
-JG: En el arte de cada tiempo hay un espíritu común entre los artistas, no sé si es globalización o moda. El caso es que ahora la relación es más estrecha, gracias sobre todo a internet. Pero lo más importante es defender el individualismo, como decía Gómez de la Serna: "la propia generación unipersonal".
-SB: Yo creo que la globalización mal entendida afecta a todo, también al arte.
-RLC: Si existe una globalización en relación a este asunto sería la del mercado, y no es tan distinta de lo que antes se llamaba sin tantos rodeos imperialismo: ¡qué perfecta mercancía esas obras capaces de ir viajando por el mundo, de galería en museo, sin ningún esfuerzo para que se entienda algo! ¿qué es esto? ¿exhibicionistas sin fronteras?

-¿Política y arte se mezclan más en estos países en los que la situación social y política salpica a todo y a todos?
-JG: En Latinoamérica arte y política están relacionados sin remedio. Esa corriente también existe en Europa, aunque a mí, que me mueve muy poco la política, no me interesa mucho. De todos modos creo que la relación en Latinoamérica es más sincera porque allí los problemas políticos y sociales son más graves.
-SB: No he tenido contacto con el Chile artístico y no sé hasta qué punto el arte está implicado en la política. Yo me planteé el viaje como un recorrido por dos grandes zonas de Chile: Patagonia y el desierto de Atacama, así que he realizado un trabajo sobre la forma de vida traducida al modo de habitar de ocupar el espacio. Y todo visto a través de un viaje en soledad durante dos meses.
-RLC: Me parece que habría que ver aquí el carácter imperfecto, inacabado, de los sistemas políticos ¡Ya quisiera el poder perfeccionarse y poner a cada cual en su sitio! Como en Europa, profesionalizados y bien delimitados cada uno en sus funciones espectaculares.