Image: Evru o la reencarnación

Image: Evru o la reencarnación

Arte

Evru o la reencarnación

8 mayo, 2003 02:00

Siposauru, 2002

Joan Prats. Rambla de Cataluña, 54. Joan Prat Artgràfics. Balmes, 54. Barcelona. Hasta el 20 de junio. De 360 a 17.500 euros

En uno de los dos espacios de la exposición, Evru reproduce y recrea su estudio y parece que trabajará en él mientras perdure la muestra. Pero éste no es sólo un simple lugar de trabajo. Es la metáfora de la forja de la obra. Allí están los instrumentos y los elementos que forman parte de la alquimia y del universo del artista. Es una aproximación al misterio de la creación. Entre otros muchos aspectos, hay uno muy significativo: en el centro de la sala, como una escultura, se ha colocado un olivar invertido, de manera que las raíces están visibles y ocupan el lugar de la copa. ésta es la idea clave de la obra de Evru: hacer visible lo invisible. He nombrado el olivar, pero existen otros elementos como, por ejemplo, las fuentes de luz que, dispuestas en el suelo, son una expresión simbólica de una energía que emana del fondo de la tierra.

Evru es una mirada a lo que está bajo la superficie, a lo oculto, a lo subterráneo, al secreto de las cosas. ¿Pero qué es lo que ve exactamente? Con decir invisible no se aclara demasiado. El mundo de Evru es el mundo de la alucinación. él proviene de una tradición de lo mágico y lo esotérico. El suyo es un paisaje de monstruos nocturnos, de infiernos y abismos, de vísceras y excrementos y, a la vez, de objetos preciosos. Es el artista como médium que observa en la noche. Pero cuidado, Evru se expresa como un humanista. No se trata de un pacto con el diablo, porque en esta aproximación a lo oscuro hay -intencionalmente- un efecto purificador. Es difícil de explicar, pero sospecho que la obra de Evru es una forma de conocimiento emocional, como si se tratase de dar forma a lo innombrable, a la sombra... Atracción del abismo, cierto, pero para volver a nacer enriquecido por la experiencia del límite. Obsérvese sino que una de las obsesiones del artista a lo largo de toda su trayectoria son las capacidades terapéuticas del arte.

Albert Porta, Zush, Evru son diferentes nombres -y en diferentes etapas- del mismo creador. A partir de 2000 empezó a firmar sus obras como Evru. Y aún así, Albert Porta, Zush y Evru están contenidos en sí mismos como si se tratara de una muñeca rusa. ¿Acaso el artista es como un actor que interpreta personajes? ¿Esconde algo este gesto, al igual que toda la puesta en escena del artista? Siempre he pensado que Albert Porta y Zush, y ahora Evru, representaban un juego entre el esconder y el mostrar y que nunca revelaban su auténtico secreto. El hecho de mostrar su estudio, pero que, cerrado por una malla, sea inaccesible al público, lo demuestra. Y así otros muchos aspectos de su obra, como una tipografía y/o idioma creado por el propio artista.

Puede que el artista sea un charlatán, pero para mí Evru expresa un ideal, un ideal para enfrentarse al sinsentido y al miedo de la vida. Buscarse a sí mismo en sus propios fantasmas y no retroceder, sino darles forma, una forma que permite dialogar y convivir con ellos, éste me parece que es el mensaje del artista. Hacer algo creativo de tu propia neurosis, éste es el gesto heroico que veo en el artista. No es fácil, muchos se perdieron en el empeño.