Arte

7 islas para el arte

Canarias acoge la I Bienal de Arquitectura, Arte y Paisaje

23 noviembre, 2006 01:00

La Palma. Regina Galindo: Isla. Performance, 2006

Fuerteventura se viste de arte para acoger la inauguración de la I Bienal de Arte, Arquitectura y Paisaje que contará, este sábado, con la presencia de los Reyes. Y nace con voluntad de convertirse en cita ineludible y de demostrar que hay bienales para todos los públicos. Se celebrará simultáneamente en las siete islas: en sus playas, en los restos arqueológicos, en calles y plazas, en centros culturales.Todo lo inundará el arte hasta el 10 de febrero. Los organizadores hablan de ella como de un diálogo entre el arte y la arquitectura que responde a las necesidades culturales y sociales del archipiélago, que son a la vez las de todos.

Singularidad es sin duda la palabra que mejor describe esta I Bienal de Canarias, una singularidad que ha marcado el desarrollo del proyecto desde su origen. Singular es el espacio que ocupan las piezas: las exposiciones e intervenciones se han realizado en cada una de las siete islas del archipiélago. Singular es su denominación, "de Arquitectura, Arte y Paisaje", que con esta mezcla y unión de disciplinas se separa claramente del resto de convocatorias de este tipo. Y singular es el verdadero protagonista del programa: el paisaje, telón de fondo para todas las intervenciones y protagonista de las piezas de la mayoría de los artistas seleccionados. Todas estas particularidades han dado forma a una Bienal diferente, vertebrada en torno a la relación y al diálogo entre arquitectura y arte, y de ambas con el paisaje, sin dejar de lado al ciudadano: "Una bienal no debe ser críptica -explica Rosina Gómez-Baeza, directora de esta edición-. La mayoría de las bienales son exposiciones que se instalan en un sitio sin apenas relacionarse con el ciudadano, podrían estar en cualquier parte, y ésta no es así". "No es una bienal pasiva, indiferente al medio sino con el medio", añade su comisario Antonio Zaya.

Zaya tuvo 10 minutos para decidir ser o no ser el comisario artístico de la Bienal y optó por lo primero porque "se trataba de Canarias, de mi tierra. Mi única condición fue que se celebrase en las siete islas, algo que ya planteaba el Gobierno insular, promotor de la idea. No era capaz de articular el tema en menos espacio. Hice mi selección y presenté mis propuestas y, aunque estaba abierto a sugerencias, el primer listado es casi igual al último. Al principio pensé en medio centenar de artistas pero acepté el consejo de Rosina y añadí unos 25. Al final son 74 artistas incluyendo colectivos y parejas". De ellos, una treintena de españoles (Mateo Maté, Juan Carlos Robles, Jesús Palomino, López Cuenca...), la mitad de ellos canarios (Juan Hidalgo, Juan Carlos Batista, Carmela García...), que dialogan aquí con unos 15 americanos, 15 africanos y otros tantos europeos.

Lejos de la concepción blanca del arte
El paisaje sirve como fondo para aglutinar obras que hablan de temas que a todos preocupan: la presión demográfica, el urbanismo salvaje, la emigración. Problemas de Canarias y problemas de todos, al cabo. Y es que estas islas, por su situación estratégica en el centro de Europa, áfrica y América, son un espacio ideal para la reflexión, "la selección de los artistas está también en este sentido -dice Zaya-, hay muchas piezas que hablan por ejemplo del problema migratorio. Lo que más me ha interesado es alejarme de otros proyectos similares y de la concepción blanca del arte contemporáneo, eso ya no tiene ningún sentido". "Son temas que activan el diálogo con los ciudadanos, que pretende formar parte de la sociedad canaria y plantear problemáticas que a la vez nos afectan a todos", comenta Rosina.

Una de las cuestiones que resaltan directora y comisario son los encargos y la producción de obra por parte de la Bienal, así como el hecho de que más de la mitad de las obras son piezas ideadas para un espacio concreto: "En una bienal sobre paisaje era absurdo no pensar en intervenir el espacio. Mi selección no es nominal sino que elegí a los artistas por su acercamiento al paisaje", comenta Zaya. Y es cierto que el problema territorial de Canarias preocupa a mucha gente, "es un territorio limitado y frágil", dice Virgilio Gutiérrez, comisario de la sección arquitectónica de la Bienal y encargado de la selección de los más de 70 arquitectos que completan el encuentro. "Para nosotros es la bienal de la oportunidad, nos da la opción de pensar cómo poder construir nuestro territorio de otro modo", añade. Entre los arquitectos, Iñaki ábalos, catedrático de la Escuela de Madrid y José Antonio Sosa, su homólogo en La Laguna, dirigen los talleres. Aunque la sección de arquitectura es más teórica que la plástica, hay también exposiciones e intervenciones, una de ellas comisariada por un artista, Juan Gopar. Y es que la "transdisciplinaridad es absoluta", dice la directora.

Ver esta Bienal, que ha contado con un presupuesto de 2 millones de euros, al completo será difícil, pero hay tres islas que el visitante no debe perderse: Gran Canaria, Tenerife y Fuerteventura acogen una gran parte de los proyectos y aunque "no hay obras menores para islas menores", Zaya se aventura a recomendar las visitas imprescindibles: "el tanque en el que interviene Alfredo Jaar y las piezas de los egipcios Elkoussy y Kenawy en la antigua estación Jet Foil en Tenerife; el muro levantado por Kcho en la Plaza del Pilar Nuevo y la performance de León de la Barra en Gran Canaria; o la instalación de Kader Attia en una playa de Fuerteventura".

Futuro y compromiso con el espíritu original
Y de cara al futuro, "lo importante es que se mantenga el espíritu de esta edición. Preservar ese diálogo en torno a esos temas de los que hablábamos. Nos hemos dado cuenta de hasta qué punto hay un compromiso de los artistas con su entorno, con su paisaje que también es paisaje social, las futuras bienales deben trabajar con estas ideas y ahondar en ellas", dice la directora. Pero Rosina Gómez-Baeza no estará al frente de la II Bienal de Canarias, su compromiso con el nuevo centro de arte contemporáneo de Gijón, La Laboral, se lo impedirá.
Original para todo, la Bienal, que cuenta con el patrocinio de la Fundación Santander Central Hispano, ha concebido las bolsas y las camisetas de la misma como piezas artísticas de edición limitada intervenidas por el equipo artístico PSJM. Por 35 euros, una camiseta que responde al proyecto Grandes marcas, y por 5 euros una bolsa del trabajo Paisaje urbano.