Image: Premios de fotografía El Cultural

Image: Premios de fotografía El Cultural

Arte

Premios de fotografía El Cultural

13 noviembre, 2008 01:00

Albert Corbí, ganador de la edición de 2008 del premio de Fotografía de El Cultural

10 años de El Cultural


Todos los premiados

El propósito del Premio de Fotografía convocado por El Cultural atañe tanto a los artistas invitados como a la propia revista. A éstos, menores de treinta y cinco años y sin que hayan expuesto nunca en una galería comercial, porque les abre una puerta profesional y los introduce en un mercado imprescindible. A la publicación, porque le proporciona un marco de actuación más amplio que el de la crítica y la información. De hecho, la idea surgió durante el cierre del primer número especial dedicado a PhotoEspaña y como aportación al que se configuraba como un evento participativo y relevante.

Fue en el verano de 2001, la tarde del 16 de julio, cuando nos reunimos el jurado del primer premio. La ganadora fue una recién licenciada en Bellas Artes, de 24 años de edad, Soledad Córdoba (1977), que hasta ese momento sólo había expuesto en la facultad y había sido seleccionada por el certamen Arte Joven de la Comunidad de Madrid. Su exposición en Garage Regium mostraba ya las características del que ha sido su trabajo, series de hasta cinco piezas que recogen una acción provocadora, muchas veces protagonizada por la artista misma.

Durante los siete años siguientes fueron apareciendo los nombres de Diana Larrea (1972), Antón Cabaleiro (1977), Daniel Vega (1977), Francisco Villar (1979), Karmelo Bermejo (1979), Mauro Fariñas (1982) y, el último premiado, Albert Corbí (1976) -expositor el pasado junio en Distrito Cu4tro e incluido en el Festival Off de PhotoEspaña-.

Aunque el premio, como indican sus bases, es propiamente de fotografía, el jurado, compuesto siempre por los críticos habituales del suplemento y la participación de la galería colaboradora, se ha inclinado preferentemente por aquellos creadores que hacen arte con ese medio, más allá del reportaje o la fotografía documental.

Igualmente, hemos atendido permanentemente a la capacidad, innovación e integración de las modernas tecnologías en el trabajo de los artistas, sin caer nunca, creo, en una tonta fascinación por lo nuevo. Los trabajos de Vega con Photoshop -cuya serie premiada en 2004, Formación Nössle, despertó tanta admiración por su intensidad escenográfica- o las propuestas audiovisuales de Antón Cabaleiro -cuarto premiado, con el que inició su colaboración con el premio la galería Marlborough-, así lo atestiguan. Lo que no ha sido óbice para apreciar en la misma medida el trabajo digámoslo así, más natural y directo, ya fuese en las misteriosas series de Francisco Villar -único de los premiados sin ninguna trayectoria artística anterior- o en las rotundas y técnicamente impecables tomas de Mauro Fariñas.

En su gran mayoría, posteriormente a la concesión del premio, todos ellos han seguido una carrera ascendente, que adquiere especial relieve en algunos casos, como en Diana Larrea, múltiplemente premiada y partícipe en algunos de los principales eventos públicos de los últimos años o Karmelo Bermejo, el más provocador y conceptual de los premiados, cuya presencia ha sido constante en convocatorias nacionales e internacionales, la última, la inauguración del TEA, en Tenerife.