Image: ARCO, de las bajas expectativas al moderado optimismo

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Arte

ARCO, de las bajas expectativas al moderado optimismo

Los galeristas hacen balance: Juan de Aizpuru, Chantal Crousel, Elvira González, Florence Bonnefous, Sarah Miltenberger...

15 febrero, 2013 01:00

Fotografías de Daniel Canogar en la Galería Pelaires.

Sumario ARCO 2013

Los galeristas expresan una relativa satisfación tras los días cruciales | Los nacionales lamentan el elevado IVA y la consideración del Gobierno del arte como un lujo | Y los extranjeros enzalzan los atractivos de una feria con la puerta abierta a Latinoamérica y con coleccionistas españoles "muy bien formados"


Las expectativas para esta edición de ARCO no eran muy halagüeñas. Normal: con la que está cayendo... Una situación generalizada de recesión económica en el país (que ya arrastramos desde hace más de cinco años) y, por si eso fuera poco, la decisión del gobierno de colocar el IVA en las ventas de obras de arte a un disuasorio 21%. En ese contexto no cabía esperar grandes resultados. Aun así, o quizá precisamente por este motivo, el balance de las primeras jornadas (las cruciales, cerradas para los profesionales) es más bien positivo. Con reservas, claro. Los galeristas expresan una moderada satisfacción. Las ventas no son las de antaño, la de aquellos maravillosos/lamentables (según se mire) tiempos del pelotazo inmobiliario. Pero ARCO sigue insuflando aliento a un diezmado sector.

A Concha Santapau, de la galería Casado Santapau, da gusto escucharle. Expresa uno de los mensajes más positivos de la feria. Las ventas del miércoles y el jueves le han dibujado una discreta sonrisa en el gesto: "Han sido dos días con mucho movimiento. Por el stand han venido coleccionistas turcos, colombianos, venezolanos, estadounidenses... ARCO sigue siendo fundamental para abrir horizontes". Su apuesta por la pintura de Allen Urrutia se está viendo respaldada por el interés que han demostrado instituciones como el Museo de Arte Contemporáneo Norte de Miami (las negociaciones parecen que van por buen camino).

Lo cierto es que esta edición de ARCO es la que ha batido todos los récords de cosmopolitismo. No sólo por los 250 coleccionistas foráneos invitados por Carlos Urroz sino también por el número de galerías de fuera presentes: un 66% de las 201 que han venido. Es muy buena señal ver de nuevo un stand acogiendo las propuestas de Chantal Crousel, uno de los nombres más ilustres del galerismo francés. Habitual en la cita madrileña desde su fundación en los 80, dejó de venir cuando la feria alcanzó dimensiones inconciliables con la calidad. Desde hace dos ha vuelto a dejarse caer por Madrid y su impresión es muy favorable: "La feria está mejorando mucho. Creo que puede recuperar de nuevo el peso específico que tuvo. Está en el buen camino de nuevo. A ARCO hay que venir. Primero porque es una plataforma hacia Latinoamérica. Y segundo porque el coleccionismo privado español cada vez está mejor formado".

Es un halago que suscribe Juana de Aizpuru, la primera directora de ARCO, toda una institución cuando se habla de arte en España. "Espero del Gobierno un gesto de reconocimiento para nuestros coleccionistas. La subida del IVA ha sido un palo. No tanto por los puntos que ha subido, que también, sino porque mantiene la mentalidad de considerar el arte como un objeto de lujo en lugar de como un patrimonio cultural. Esa perspectiva supone creer que los coleccionistas son unos ricos caprichosos. Y eso no es así: son personas que desarrollan una labor social fundamental. Gracias a ellos se conservar lo mejor de nuestro arte, algo que tiene unos costes elevadísimos". A Juana de Aizpuru le gusta remarcar que España las grandes fortunas no son muy dadas al coleccionismo: "Aquí no tenemos un Abramovic, un Saatchi, un Menil... La gran mayoría de los coleccionistas nacionales deben hacer un gran esfuerzo para comprar".

Juana de Aizpuru no cree que el nuevo IVA haya introducido una desventaja para las galerías españolas frente a las extranjeras: "Salvo en el caso de alguna serie de algún fotógrafo, tenemos piezas diferentes. No hay competencia en ese sentido". Otra veterana galerista, Elvira González, no opina lo mismo: "Aquí en ARCO es donde se hace más patente nuestra falta de competitividad como consecuencia del nuevo IVA. Una galería francesa o alemana aplica en sus facturas un porcentaje mucho menor".

Esa ventaja, sin embargo, no siempre se traduce en ventas. Es lo que le ocurre a otra emblemática galería parisina, Air de París. Su propietaria, Florence Bonnefous, reconoce que las ventas no han sido cuantiosas este año (es la segunda vez que viene). "Pero ese capítulo es sólo una parte. Hay que tener en cuenta otro muy importante también: España es un país con museos y centros de arte contemporáneo muy importantes. Por eso hay que estar aquí. No vamos a venir todos los años. Las ferias de Basilea, París y Nueva York son obligatorias para nosotros. ARCO la alternaremos con Turín, México...".

La berlinesa Carlier Gebauer, otra que ha vuelto tras la época inflacionista de los tres pabellones, tiene en cambio de regresar en el futuro sin falta. Un dato alentador pues son una de las firmas más relevantes del panorama artístico alemán. Su directora, Sarah Miltenberger, manifiesta que para ellos ARCO es una feria en la que creen, con la que se identifican: "Por eso estamos aquí de nuevo". Con discreción, revela que ha colocado algunas piezas a coleccionistas españoles lo le que lleva a pensar: "A mí no me parece que la situación en España esté tan mal". Afirmación que choca cuando completa su análisis: "En Berlín estamos sufriendo un momento difícil. De siempre ha sido una ciudad a la que acudían muchos coleccionistas de las más diversas procedencias. Ahora esa afluencia se está ralentizando. Y tenemos otro problema, al menos así lo vengo apreciando yo: cada vez es más difícil vender obras de artistas extranjeros. Las instituciones se vuelcan ahora con los artistas alemanes".

Nuno Centeno, el galerista de Oporto, incurre también en cierto nacionalismo, pero en un sentido loable. Con su perseverancia (este es su primer año en el programa general en ARCO, después de estar en ediciones previas en Solo Projects y Opening), está haciendo un hueco en la escena internacional a los artistas lusos Carla Filipe y Mauro Cerqueira (seleccionados por Vicente Todolí para su muestra de arte ibérico). "Esta es una feria muy fresca. Me está yendo fenomenal". Lo dice mientras alguien le pregunta el precio de un cuadro de Secundino Hernández, que ya tiene vendido. Es uno de los fenómenos de la feria: "Si tuviese cincuenta cuadros suyos, vendería los cincuenta. Estoy seguro".