Antoni Miralda, entre cocineros y chamanes
Antoni Miralda
La comisaria independiente y experta en la obra del artista catalán Rosa Pera repasa la trayectoria de Antoni Miralda tras la concesión del Premio Velázquez 2018.
El suyo es un trabajo coral fuertemente vinculado a los contextos en donde recala, con largos procesos de investigación que implican a grandes equipos de personas que participan en las distintas fases de cada proyecto, desde su gestación a la producción y a la presentación de los mismos. En ellos se cruza la ciencia, el rito, la cultura popular, lo político y lo intangible del arte, lo que hace su trabajo extraordinario.
Antoni Miralda: Honeymoon 1986-1992
Los proyectos de Miralda suelen decantarse en formatos públicos y participativos, involucrando a expertos de universidades y aldeas, a científicos, chamanes, músicos, nutricionistas, cheerleaders, filósofos, comités de fiestas populares, curanderos, artesanos, antropólogos o cocineros, que enlaza con instituciones o grandes acontecimientos en la calle. Así, ha orquestado proyectos a gran escala, como por ejemplo Wheat and Steak (1981), que coincidiendo con el Amercian Royal, feria anual de los granjeros americanos, se desplegó en tres acciones: un desfile por el centro de Kansas, una exposición en el Nelson Atkins Museum of Art y la ceremonia "Gold Taste" en el Board of Trade (la Bolsa de cereales). Otro proyecto de gran magnitud fue Honeymoon Project (1986-1992), la celebración de la boda imaginaria de dos monumentos: la estatua de Colón de Barcelona y la de la Libertad de Nueva York cuando se cumplían 100 años de la existencia de ambas. Participaron personas e instituciones de ciudades tan distantes como, además de las anfitrionas, Venecia, Las Vegas, Buenos Aires, París o Palma, donde se produjeron ceremonias y accesorios relacionados con la celebración, como los anillos, el pastel, las arras o el ajuar.Antoni Miralda: Breadline, 1977
En los últimos años, Miralda ha presentado su obra en grandes exposiciones como De gustibus non dispotandum en el Museo Reina Sofía en Madrid (2010) y Miralda MadeinUSA en el Macba en Barcelona (2016), que incluyó una versión museizada de El Internacional y una nueva instalación de su obra Santa Comida-Holy Food. Esta última parte de la colección del Macba, fue dispuesta para la ocasión en la Capella dels Àngels adyacente, la cual estuvo abierta al público y ritos por un tiempo. Vecinos y visitantes tuvieron la suerte de poder acceder a una obra activa y viva de un artista que precisa del espacio público y de la gente para expresar y compartir su trabajo. Es de lamentar, sin embargo, que Barcelona no sepa todavía disfrutar de tener tan cerca un artista singular como Miralda, con un corpus de trabajo y energía excepcionales como se aprecia en el archivo FoodCultura hoy y que no ha fructificado en un proyecto de más envergadura para la ciudad como apuntó a ser en algún momento el FoodCultura Museum, por falta de implicación e interés de las instituciones de la ciudad.
@rosapera