Image: Hércules y Deyanira: la mitología vista por Rubens

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Arte

Hércules y Deyanira: la mitología vista por Rubens

El Palacio de Lebrija de Sevilla expone dos obras del maestro barroco dedicadas a estos personajes nunca antes vistas en España

4 abril, 2019 02:00

Hércules en el jardín de las Hespérides y Deyanira tentada por la furia, 1638

En su tratado De Imitatione Statuarum Rubens escribió lo siguiente: “Estoy convencido de que para lograr la mayor perfección en la pintura es necesario una completa comprensión de los maestros de la antigüedad, de las estatuas de la antigüedad, una completa absorción de ellas”. Su maestría la demostró en todo su trabajo y la tradición clásica se hace muy palpable en dos obras de su etapa final, Hércules en el jardín de las Hespérides y Deyanira tentada por la furia, que se exponen por primera vez en España. Ambos personajes, que llegan al Palacio de Lebrija de Sevilla hasta el 22 de septiembre con el patrocinio de la Fondazione Terzo Pilastro en una exposición realizada por Poema, Comediarting y Arthemisia, entroncan con la tradición clásica que se respira en un edificio en el que descansa una gran colección de mosaicos romanos, una biblioteca de más de 4.000 volúmenes y pinturas de artistas como Van Dyck, Sorolla o Brueghel el Viejo. “Se pensó que eran obras de juventud por su relación con Hércules Farnesio, figura que Rubens conoció y estudió a principios del siglo XVII en Roma”, cuenta Annamaria Bava, comisaria de la muestra y directora de la Galería Sabauda de Turín. El semidiós del maestro barroco es tan esbelto y musculado como la escultura helenística que fue encontrada en 1546 en las termas de Caracalla pero en esta pintura el “brazo aparece extendido hacia el árbol en lugar de escondiendo las manzanas detrás de la espalda”. Estas diferencias junto al “estilo y su composición han determinado que pueden fecharse hacia 1638, dos años antes de su muerte”, comenta. Por otro lado, a finales de su vida el maestro barroco viajó a España, donde conoció la pintura de Tiziano, cuya influencia se puede observar en “la pintura un poco esfumada con toques de luz muy matizados de estos lienzos”, arguye Bava. Los matices en el color marrón y su pastosidad recuerdan a los cuadros tardíos de Tiziano. Esto, unido al parecido de Deyanira con la segunda mujer del pintor, parece despejar cualquier duda sobre su fecha de creación. Fue Carlo Giuseppe Ratti, en 1766, quien mencionó las obras por primera vez en Instruzione di quanto può vedersi di piú bello in Genova, donde recuerda haberlos visto en el palacio de la familia Gentile. Ambos figuran, también, en el inventario de las colecciones de Pietro Maria III pero muchas veces el destino de las obras de arte es caprichoso o, cuanto menos, aventurero. Aunque el pintor las concibió como una pareja inseparable no fueron pocos sus avatares, cambiaron varias veces de propietarios e incluso fueron vendidas en anticuarios hasta que en 1981 el estado italiano hizo uso del derecho de compra prioritaria para que no salieran del país. El Ministerio per i Beni Culturali e Ambientali los incorporó al patrimonio público y desde 1985 empezaron a formar parte de la Colección de los Museos Reales de Turín - Galería Sabauda, donde se pueden ver habitualmente. “Puede parecer que no están concebidas para ir juntas porque los dos personajes miran hacia el mismo sitio y la luz procede del mismo lugar. Precisamente esto lleva a pensar que las ideó para mostrarlas enfrentadas la una con la otra”. Ambas narran dos episodios de la vida de Hércules y más allá de su carácter mitológico son muchos los que le atribuyen un componente filosófico y espiritual. En Hércules en el jardín de las Hespérides el héroe es representado justo después de matar a la serpiente guardiana Ladón. Por eso, extiende el brazo izquierdo para coger las manzanas de oro que custodiaban el jardín mientras apoya el derecho en el garrote que él mismo había hecho para luchar contra el león Nemea, cuya piel envuelve su cuerpo. Los estudios de Rayos X a los que ha sido sometida la pieza demuestran que “en un principio el brazo de Hércules estaba en otra postura lo que significa que Rubens hizo varios estudios de posiciones hasta llegar a esta”, explica Bava. En la pintura que representa a la tercera esposa del semidiós, Deyanira tentada por la furia, esta mira hacia arriba, atenta a las palabras de esta diosa de la venganza que por cabello tiene serpientes. En la escena le entrega una túnica empapada de la sangre del centauro Neso con la cual Deyanira cree que le puede devolver el amor eterno de Hércules, ahora enamorado de Iole. Con eso en mente se la regala desconocedora de que lejos de lo que ella creía y quería, esta estaba envenenada y acaba cruelmente con la vida de Hércules. Deyanira no pudo soportar el dolor y acabó suicidándose presa de los remordimientos. @scamarzana