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Arte

Mark Bradford, mapear el presente

La exposición del artista, encargado de inaugurar el espacio en Menorca de la galería Hauser & Wirth, gira en torno al primer mapamundi que llevó impresa la denominación ‘América’

4 agosto, 2021 08:55

Mark Bradford. Masses and Movements

Galería Hauser & Wirth. Isla del Rey. Mahón (Menorca). Hasta el 31 del octubre

Lo primero que llama la atención al entrar en esta exposición es el propio espacio, sus paredes blancas inmaculadas, el techo de madera de este mismo color y la naturaleza que se cuela por las ventanas. Su artífice, Luis Laplace, ha tenido muy en cuenta la arquitectura y los materiales del lugar, jugando con las ventilaciones cruzadas y dejando abiertas pequeñas rendijas para que las lagartijas baleares circulen a su antojo. Estas naves encaladas están ancladas en la bucólica Isla del Rey, a 15 minutos de Mahón, un enclave de sanación desde el siglo XVIII, cuando el ejército inglés instaló allí un hospital naval (hoy en desuso) que tenía como vecino, en otro islote, al Lazareto donde los marineros pasaban la cuarentena al regresar de sus largas travesías.

Es, además, el escenario por el que ha transitado en las últimas semanas el artista afroamericano Mark Bradford (Los Ángeles, 1961), al que muchos recordarán por su pabellón de EE.UU. en la Bienal de Venecia de 2017, en el que transformó este edificio de resonancias palladianas en una mezcla moderada de basura y ruina, con la que llamaba la atención sobre la inestabilidad de nuestro tiempo y que coincidía con la llegada al poder de Trump.

Bradford ha sido ahora el encargado de inaugurar el nuevo espacio en Menorca de la potentísima galería suiza Hauser & Wirth, con sede en varios países. El mercado le trata bien. Su galería no da precios, pero toda la obra estaba ya vendida antes incluso de la inauguración y, echando un vistazo a sus últimas pujas en la casa de subastas Sotheby’s, pinturas como las de esta muestra se han vendido por varios millones de dólares. Tiene, además, el reconocimiento de las instituciones, con obra en las colecciones del MoMA o la Tate Modern, proyectos en curso en el Museo Serralves de Oporto (este otoño) y una carrera eminentemente comprometida. “Trabajo con una galería poderosa, sí, –comentaba hace unos días a El Cultural–, pero gracias a ello hago en el estudio lo que quiero. Eso es algo que podemos agradecerle al siglo XXI, en el que cada vez más mujeres, más personas de color, etc. acceden a la toma de decisiones”.

Bradford superpone capas de papel y pintura, las rasga y crea superficies en relieve, casi estratos geológicos

En su primera individual en España, Bradford sigue fiel a los mapas y los datos hacia los que siente una especial atracción. Sus obras comienzan siempre con un libro, sobre el que hace una investigación posterior. En el caso de Masses and Movements todo gira en torno al primer mapamundi que llevó impresa la denominación ‘América’. “Los mapas no son nunca neutrales –apuntilla– de algún modo los cartógrafos occidentales han decidido dónde situar a Europa, América y África”. Se acerca a ellos desde una abstracción arqueológica, creando composiciones hechas a base de la superposición de papeles de distinta naturaleza –cómics, cartón, pedazos de periódicos, posters…– junto a muchas capas de pintura que posteriormente rasga para crear superficies en relieve, casi estratos geológicos en los que se acumulan muchas historias.

'Spatial Equity', 2021

Bajo esta abstracción, que no es tal, reconocemos materiales y retazos de esta pandemia, del Black Lives Matter o de reivindicaciones constantes del artista en torno al VIH y, ahora, al reparto de las vacunas de la Covid en el mundo. Como novedad, en estas nuevas series realizadas entre 2020 y 2021 los materiales son más cercanos, algunos de ellos encontrados en su cocina en los meses de confinamiento. Los colores se han encendido y son más brillantes que antes, con una paleta iluminada con amarillos, rosas, naranjas, verdes y rojos, aunque el negro y el gris sigan predominando. Trabaja tomando notas, añadiendo una capa tras otra y cortando para dejar visible el fondo de las composiciones.

En el díptico que preside la sala principal encontramos una fuerte huella de Jean Dubuffet, el padre del art brut, en las formas, en la paleta y en los esgrafiados. Bradford reconoce su admiración por el artista francés, aunque su formación no tiene nada de autodidacta. Estudió Bellas Artes en California, ya con 31 años, después de trabajar un tiempo en el salón de belleza de su madre. Admira también con fruición a Felix Gonzalez-Torres “por su mensaje comprometido y su poesía. Fue el gran maestro en abordar los grandes temas desde materiales delicados”.

La otra ala de la exposición, a la que se accede cruzando un patio con una impactante araña de Louise Bourgeois –todo el complejo está poblado de esculturas al aire libre, otra más de la artista francesa, dos de Chillida, una de Miró y un Franz West– es más instalativa. Continúa trabajando sobre la idea de mapa pero en mayor diálogo con el espacio. Destacan los siete globos terráqueos en los que la concienzuda superposición de capas de pintura hace que los continentes parezcan telas arrugadas. También la frase grabada en la pared: In the Center Rests the Sun (El sol descansa en el centro). Con ellas reclama mayor “justicia social”.

Otras galerías en Menorca

Son varias las galerías que se trasladan a la isla los meses de verano. La veterana Cayón lleva desde 2018 asentada en el antiguo Cine Victoria de Mahón, un impactante espacio de casi 12 metros de altura donde presenta hasta el 27 de agosto la exposición de Carlos Cruz-Díez (Caracas, 1923 - París, 2019) El color como acción. Reúne obras de la última década de esta figura clave del movimiento cinético en las que trabaja lo cromático desde distintos materiales, metacrilato entre ellos, y se sale de las paredes de la muestra para teñir las persianas de la fachada y los pasos de peatones por los que llegamos al puerto.

Se une también a la propuesta expositiva la madrileña Albarrán Bourdais con un proyecto que Christian Boltanski (París, 1944 - 2021) dejó sin inaugurar. Un paraíso para este artista francés que tanto habló de la ausencia, la muerte y la memoria: una carta blanca para trabajar en dos casas contiguas cargadas con los objetos personales de sus antiguos inquilinos. Le acompaña la polaca Angelika Markul (1977) y se podrá visitar hasta el 28 de agosto.

@LuisaEspino4