De Dalí a Sorolla: todos los artistas que no serían nada sin sus musas
La exposición 'Artistas y modelos. Historias de pasión, creación y destrucción' reivindica a muchas creadoras cuyo nombre quedó opacado por sus parejas sentimentales.
11 octubre, 2023 02:57"Sin ella, él no hubiese llegado a convertirse en el gran artista que fue". Esa es la frase más pronunciada por Rosario Sarmiento, comisaria de Artistas y modelos. Historias de pasión, creación y destrucción, al recorrer la exposición con la que la Fundación Canal inaugura la temporada 2023/2024.
Un paseo por las vidas personales y profesionales de 13 parejas de creadores de finales del siglo XIX hasta finales del siglo XX, pertenecientes a diferentes escuelas artísticas, pero cuyo nexo de unión es que sus relaciones sentimentales quedaron inevitablemente reflejadas en sus obras. Por lo que, como señala Sarmiento, "es necesario conocer en todos los casos qué hay detrás de esa vida personal y qué ha pasado en esa relación para entender en su totalidad las obras".
La exposición, que acoge un total de 100 obras y se podrá ver en la Fundación Canal hasta el 5 de enero de 2024, surgió a raíz de la premisa picassiana: "sin modelo no hay obra, ni artista". Dividida en cinco capítulos, que se sumergen en la vida más íntima de esos creadores, cuyas modelos, en su mayoría mujeres, fueron figuras fundamentales no solo en su vida, sino también en su creación artística.
En el primer capítulo, Sin ti no soy se dan cita parejas tan conocidas como la de Salvador Dalí y Gala o Touluse-Lautrec y Jane Avril, pero también la de Raimundo de Madrazo y Aline Massone; y Julio Romero de Torres y María Teresa López.
Raimundo de Madrazo, nieto e hijo de José y Federico de Madrazo, conoció en París a Aline Masson y se convirtió en su modelo favorita durante más de 20 años. La muestra exhibe Travesuras de la modelo (1885), en la que el pintor juega con el papel de modelo-artista, así como otras tres obras en las que el pintor retrató a Masson.
Esta relación es similar a la que mantuvo Henri Touluse-Lautrec con la bailarina de cancán Jane Avril. Lautrec, muy influenciado por la estampa japonesa, refleja ese mundo efervescente de la Belle époque a través de las bailarinas, artistas y prostitutas. En concreto, la muestra recorre la relación que mantuvo con Avril, a través de once obras, algunas de ellas pertenecientes a su álbum Elles (1896), en las que el pintor francés humaniza su figura, mostrando a la joven en su cotidianeidad y sin ejercer ningun tipo de juicio moral hacia ella.
El duo entre Salvador Dalí y Gala es quizá una de los más relevantes en el arte contemporáneo. "Dalí es Gala como Gala es Dalí", aseguró la biógrafa de ella, Estrella de Diego. Y es que la relación que ambos mantuvieron fue más allá de la típica entre modelo-artista. Gala fue una mujer inclasificable que tuvo mucho que ver en el éxito del pintor surrealista, así como de la creación de su inconfundible marca Dalí.
La muestra ejemplifica esta conexión carnal y espiritual de ambos con Los tres enigmas gloriosos de Gala (1982), pieza pintada por Dalí el mismo año de la muerte de Gala, y que representa los diferentes momentos vitales de la pareja.
La relación que mantuvieron Julio Romero de Torres y María Teresa López fue algo más trágica. El pintor de la mujer española por antonomasia tuvo muchas modelos, pero ella fue, sin duda, su modelo más famosa y polémica. Quizá porque su rostro en el cuadro La Fuensanta circuló por toda España en forma de billete de 100 pesetas desde 1955 hasta 1978.
Sin embargo, María Teresa intentó toda su vida desmentir su romance con el pintor, incluso llegó a decir que "ser la modelo del pintor me amargó la vida", debido a que su fama de mujeriego no casaba con los valores de la sociedad provinciana cordobesa de la época. "Ejemplifica lo que pasó con muchas mujeres modelos asociadas a artistas a lo largo de la historia del arte. Mujeres fantásticas que en un momento determinado pierden su status debido a su condición", aseguró Sarmiento.
Musas y mecenas
El segundo capítulo de la exposición, Detrás de ti, está dedicado a la figura de mujeres como Clotilde García del Castillo, Amparo Segarra, María Moreno o Pilar Belzunce. Todas ellas tuvieron que adaptarse a un papel secundario, más doméstico, que el de sus compañeros sentimentales, lo que hizo que no pudiesen desarollar sus capacidades profesionales en igualdad de condiciones.
Clotilde fue, no solo la gran modelo del pintor valenciano, sino también una personaje determinante en su vida, su obra y su legado. Asumió que su papel dentro del matrimonio era el de mantener el orden familiar, para que Sorolla pudiese continuar con su trayectoria artística. Clotilde permaneció toda la vida a su lado, hasta el fallecimiento de Sorolla en 1923. Fue su mujer, su musa y su mecenas,"la piedra filosofal de la estructura vital del pintor", aseguró su comisaria.
La exposición exhibe seis obras del valenciano, entre óleos y carboncillos y cuatro fotografías familiares. La más representativa, en la que el artista aparece retratando a su esposa para el famoso cuadro Clotilde con vestido negro (1930).
La relación entre María Moreno (1933-2020) y Antonio López (1936) también estuvo marcada por la carrera profesional. Ambos pertenecían a la escuela de realistas de Madrid, pero para María primaba lo personal, el éxito de Antonio, antes que su trabajo. Por ello, su obra, aunque tuvo vida propia sin López, fue menos valorada y reivindicada.
En la muestra, se produce un paralelismo entre un dibujo de López en el que aparece María en la clínica ( frente a un retrato de López, hecho por María, que es la primera vez que se expone y aparece en El sol del membrillo (1992), documental de Victor Erice sobre el pintor.
Al toparse con el espacio dedicado a Eduardo Chillida quizá uno espere encontrarse con alguna escultura suya, pero en cambio se presenta una de su mujer, Pilar Belzunce. En este apartado de la exposición también se puede encontrar un óleo y tres litografías de Chillida, así como fotografías familiares que documentan la relación creativa entre ambos. "Yo con quien de verdad he tenido una relación muy especial ha sido con Pili toda mi vida. Aquí nada hubiera funcionado si no hubiera estado ella", aseguró el artista en 2002.
La muestra también se detiene en la relación que tuvieron los surrealistas Amparo Segarra y Eugenio Granell, con seis piezas en solitario del artista gallego, como Palabras de Amparo (1946), en las que se ve la influencia que tuvo su mujer en su obra, dos collages realizados por la pareja y uno compuesto únicamente por Segarra, La pera de Man Ray, que demuestra que ella también era una experta en el arte del collage.
Picasso y sus mártires
Al entrar en la sala Musas rotas, es fácil darse cuenta de que el color negro lúgrube y el rojo sangre de las paredes no es baladí. La sala muestra once piezas, centradas en algunas de las múltiples amantes de Picasso, en concreto las más importantes en su vida: Fernande Olivier, Olga Khokhlova, Marie-Thérèse Walter, la fotógrafa Dora Maar, François Gilot y Jacqueline Roque.
A todas ellas el malagueño les dotaba de una iconografía diferente, que plasmaba en sus lienzos: el erotismo de Walker, la tristeza de Maar, la frescura de Gilot. Pero cuando se cansaba de ellas, les arrebataba ese efímero protagonismo, y poco a poco iban desapareciendo de su vida y de sus obras.
En esta misma sala también se refleja la trágica relación entre el pintor británico Francis Bacon y su amante George Dyer a través de su Tríptico 1974-1977. Una relación corta, compleja y con altibajos, pero muy pasional. Tanto, que provocó que Dyer se suicidase dos días antes de la gran retrospectiva de Bacon en París, en 1971.
El antepenúltimo capítulo de la exposición, De modelo a artista, se adentra en el surrealista mundo de Man Ray y Lee Miller, mostrando cómo la modelo puede convertirse a su vez en artista. Miller, que ya ejercía de modelo para muchas publicaciones de moda, aprendió junto a Ray el arte de la fotografía y llegó a montar en París su propio estudio fotográfico.
Miller se convirtió en una fotógrafa muy reputada debido a sus imágenes de los campos de concentración durante la II Guerra Mundial y por ser una de las pocas que se llegó a bañar en la bañera del führer.
Cómplices en el amor y en la creación
La última estancia está protagonizada por Gerda Taro y Robert Capa. La de estos dos fotógrafos fue una historia romántica, aunque fuese la guerra los que los unió en el amor y en la muerte.
Gerda, una judía perseguida por el nazismo, fue la responsable de crear la figura de Capa, ese fotógrafo tan reputado en Estados Unidos, que en realidad no tenía nada de americano. Al principio, Gerda actuó como su ayudante de cámara pero, poco a poco, desarolló su propia carrera.
De hecho, muchas de las fotografías que se atribuyen a Capa son en realidad suyas. Y es que, ambos fotografiaron en los mismos escenarios bélicos, algo que se puede ver en las cuatro fotografías que se exhiben en la exposición.
Finalmente, Artistas y modelos. Historias de pasión, creación y destrucción dedica un espacio a la casi desconocida relación entre la artista de las Sinsombrero, Maruja Mallo, y el poeta Rafael Alberti. Su relación fue corta y al principio oculta por Alberti, pero marcó la obra de ambos.
En la muestra aparecen tres óleos de la serie Cloacas y campanarios, única obra surrealista de Mallo, con la que la artista se adentró en el mundo inhóspito de la Escuela de Vallecas. Una lugubridad que Alberti trasladó a su poemario, Sobre los ángeles, cuya edición se puede encontrar en este espacio de la Fundación Canal.