Image: Imagen y sintaxis de Duncan Campbell

Image: Imagen y sintaxis de Duncan Campbell

Arte internacional

Imagen y sintaxis de Duncan Campbell

El artista británico se suma a las lecturas críticas en torno al pasado colonial europeo en WIELS, Bruselas.

3 marzo, 2017 01:00

It for Others, 2013

Duncan Campbell ganó el Turner Prize de 2014. Tenía como rivales a James Richards, Tris Vonna-Michell y Ciara Phillips. No parecía, y sigue sin parecerlo, uno de esos artistas cuya obra pueda desenvolverse con naturalidad en este tipo de contextos, tan abiertos al gran público, tan festivos, si quieren. No es cómo la de Helen Marten, ganadora de la última edición, que sí parece más proclive a producir la fascinación que efectivamente produce; ni como la de Mark Leckey o la de Martin Creed. No se trata de desmerecer la obra de estos artistas, pero sus obras tienen un alcance más abierto, un recorrido más universal, tal vez. Pese a todo, Duncan Campbell se convirtió muy pronto en favorito y su triunfo no sorprendió a nadie, pues el vídeo por el que fue seleccionado, It for Others, que había representado a Escocia en la Bienal de Venecia de 2013, es, de verdad, magnífico, aunque se encuentre en un territorio demasiado árido para las grandes masas. Contemos entonces qué hace de este irlandés afincado en Glasgow uno de los artistas más brillantes del panorama internacional.

Campbell utiliza imágenes de archivo en sus películas, que acompaña con voces en off, para crear historias que suelen tener como trasfondo asuntos relacionados con los efectos del capitalismo en las clases trabajadoras, el cerco en torno a la libertades en las sociedades occidentales o la perversión de los sistemas económicos. Trabaja el irlandés a partir de la obstinada revisión de determinados episodios históricos otrora leídos sesgadamente. Lo hace a través de personajes secundarios, de sucesos ignorados por los titulares de los periódicos. La recuperación de material de archivo reivindica situaciones desgajadas de las lecturas canónicas que, de la mano de la audacia narrativa del artista, obtienen una visibilidad que, si no negada, sí fue, al menos, eclipsada por historias más rutilantes, porque siempre convino esconder las vergüenzas del proyecto moderno, y los asuntos que ponían el foco en sus fracturas interesan sólo desde hace bien poco. Muchos conocerán, por ejemplo, uno de sus trabajos más conocidos, Make it new, John, que el propio artista definió como una "parodia del sueño de la automoción americana", y que gira en torno a la figura de John DeLorean, el empresario estadounidense de la industria automovilística que creó el célebre DMC-12 o DeLorean, que muchos recordarán por su aparición en Regreso al Futuro. El coche se produjo en una planta de Belfast, pero en sólo dos años, y tras haber producido sólo unos miles de unidades, DeLorean, mal gestor, acabó arruinando su compañía, coqueteando con la corrupción y echando por tierra su propio sueño. A través de imágenes encontradas y de escenas reinterpretadas, Make it New, John ilustra con nitidez muchas de las inquietudes de Duncan Campbell.

Bernardette, 2008

WIELS, el centro de arte contemporáneo situado en el suroeste de Bruselas, presenta estos días una pequeña pero incisiva exposición en torno al trabajo del artista que sirve para subrayar, claro, la importancia de la obra de Campbell pero también, y esto es tal vez más interesante, para acentuar la labor que la institución viene realizando en los últimos años, centrada en la revisión de un asunto crucial en la historia belga del siglo XX: su terrible papel jugado en los procesos de colonización y descolonización en el continente africano. Es un tema que se ha tocado desde múltiples puntos de vista, desde las exposiciones de Rosella Biscotti o el de Sven Augustijnen hasta el más reciente de Vincent Messen, soberbio, parte del cual fue presentado en el pabellón belga de la pasada Bienal de Venecia, un proyecto que, recordarán, obtuvo el aplauso unánime de la comunidad artística.

Dirk Snauwert, director del centro, firma una exposición que tiene en la citada It for Others su punto de arranque. La película es un lamento sobre el expolio y la comercialización de objetos africanos durante el periodo de colonización, o, mejor, como se ha dicho reiteradamente, sobre la muerte de dichos objetos al serles hurtada la pertenencia al contexto en el que fueron creados. El vídeo está dividido en tres capítulos, el primero de ellos centrado en los bronces que los ingleses sacaron de Benin y que se guardan hoy en el British Museum. Posiblemente temerosas de airear su culpa, las autoridades del museo no permitieron a Campbell filmar los objetos originales, y el artista tuvo que utilizar reproducciones. Fue, intuimos, una contrariedad, pero enriquece de algún modo el trabajo, como si se negara de nuevo a estas imágenes el aura que los propios ingleses eliminaron de los objetos sustraídos.

O Joan No, 2006

Tras una segunda parte algo más anodina, una imagen cenital fija muestra, sobre un blanco inmaculado, a un conjunto de actores y actrices interpretando fragmentos de un lenguaje encriptado que, nos cuentan, reproduce ideas extraídas de El Capital de Marx. Esta tercera fase es tal vez la expresión plástica de mayor envergadura en toda la obra de Campbell. Es realmente magnética y brillante, y hace frente con énfasis a la legión de críticos que sitúan su trabajo más cerca del ensayo que del arte.

A It for Others le acompañan las piezas Bernardette, un relato con imágenes de archivo en torno a la figura de Bernadette Devlin, la activista que llegó a ser la primera ministra más joven de la historia del Reino Unido, y O Joan No, una rara abstracción de corte beckettiano en la que la oscuridad es aleatoriamente interrumpida por motivos luminosos, una farola, un cigarrillo o las luces fugaces de un coche, y puntuada por gemidos y gruñidos igualmente asincrónicos. En principio, siendo un buen trabajo, extrañaría un poco su inclusión pudiendo haberse contado una historia del trabajo de Campbell más nítida y completa con otros trabajos más reveladores, pero es precisamente ese ambiente beckettiano el que ha movido al comisario a situarla en la órbita de It for Others, la excusa real de esta exposición, con la que el WIELS se reivindica y consolida como voz crítica hacia el pasado colonial europeo. Y es que el método de Campbell, en su recolección y composición de sus sucesivas tramas, tiene algo de la escritura de su compatriota escritor.

@Javier_Hontoria