Image: Atemporal Menchu Lamas

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Exposiciones

Atemporal Menchu Lamas

La mano que mira al horizonte

6 noviembre, 2008 01:00

Libro-bloque, 2006.

Galería May Moré. General Pardiñas, 50. Madrid. Hasta el 4 de diciembre.

Para Menchu Lamas (Vigo, 1954), la pintora, no parece pasar el tiempo. A cada nueva exposición -cuatro años hace que sus obras no se veían por Madrid-, método compositivo, ideas sobre la forma, ambientes, mapas simbólicos, temas y uso del color, permanecen como esas habitaciones de una casa de la que uno se ausenta durante años: con todo en su sitio pero con leves cambios, extrañadas. En su caso hablamos de la pintura como una prolongación de su hacedor, de sus anhelos expresivos, transmisión de un territorio interior sofisticado y, en extremo, complicado de reproducir: un territorio de sueños no lúcidos, un territorio que, de hecho, puede ser designado como una estancia. Sus lienzos serían las ventanas que permiten divisar su interior y lo que en ella sucede, siempre de un modo congelado, solemne y hierático. Allí habitan las sombras reconocibles de cierta figura humana que protagoniza el sueño, sombras de manos -que traducen su labor: pues siempre pinta usando éstas-, formas esencializadas d e la naturaleza -la media luna- y algunas figuras
geométricas reiteradas: pirámide-triángulo, cuadrado-cubo y, sobre todo el círculo y sus variaciones como laberinto o espiral. El color -siempre con temperaturas contrastadas y ánimo puro- asimismo continúa siendo el generador de espacio, de un clima metafísico, meditativo y ausente. Durante años, Lamas ha creado el bucle en que su obra actual se desenvuelve, un feedback de ruido sigiloso, corriente de aire fluctuante pero en cierto modo recurrente. El misterio sigue ahí pero su repetición y amplificación lo va volviendo anodino. A ello puede contribuir la insistencia consciente con el gran formato que, pese añadir vistosidad y atracción, acaba por restar profundidad a la visión de su abismo.