El domingo 18 de septiembre, un archivo de 3 gigas con 90 videos que mostraban en torno a 50 minutos de metraje sobre Grand Theft Auto 6 en desarrollo fue filtrado a la web GTAForums. Inmediatamente, los clips se diseminaron por la red, de Twitter a Youtube, Reddit y cualquier resquicio conocido. Jason Schreier, reconocido periodista que cubre la industria del videojuego para Bloomberg, dio validez al contenido, al igual que los reporteros de The Guardian Keza MacDonald, Keith Stuart y Alex Hern.
El juego no había sido presentado oficialmente más allá de un escueto tuit de Rockstar Games, el estudio responsable, en febrero de este año diciendo que el desarrollo marchaba bien. Ni un tráiler, ni unas imágenes, ni siquiera unas breves líneas sobre la ambientación o los personajes. Todo lo que se sabía eran detalles revelados por el propio Schreier que, sin confirmación oficial, no dejaban de ser rumores muy bien fundamentados.
La filtración del hacker vino a confirmar todo lo anteriormente expuesto por el periodista de Bloomberg. GTA 6 contará con una dupla protagonista, con una mujer controlable por primera vez en la saga, y estará ambientado en Vice City, una versión de Miami. Los vídeos eran imágenes de Jason y Lucía en diferentes situaciones, probando sistemas y con aspectos inacabados por doquier, además de código en pantalla. En ningún caso el metraje estaba pensado para un consumo masivo por parte del público.
El hacker se despertó el lunes supuestamente sorprendido por el alboroto que su filtración había causado. Aseguró que era la misma persona que había atacado a Uber esa misma semana, que había conseguido el material invadiendo directamente el Slack (software de comunicación profesional) de Rockstar y que poseía assets, builds internas y hasta el código fuente tanto de GTA V como del próximo GTA, materiales por los que estaba dispuesto a escuchar ofertas. No sin cierto cinismo, también de la propia Rockstar y de Take-Two Interactive, la editora, a los que invitó a ponerse en contacto con él para discutir cifras.
Los abogados de las compañías afectadas tardaron en ponerse en marcha. La filtración en domingo les pilló con el pie cambiado, pero el lunes sacaron el arsenal pesado y empezaron a retirar todo el contenido de la red, tanto de las redes sociales como Youtube o foros privados. Alguien llegó a pagar 100.000 dólares por el código fuente de GTA V, pero el hacker confirmó que no había sido él, sino alguien que había suplantado su identidad para estafar a un comprador crédulo. Poco después, el hacker desapareció de escena y dejó de comunicarse, al parecer porque otros hackers habían revelado su identidad, aunque esto no está confirmado.
A última hora de la tarde en España del lunes 19, Rockstar publicó un mensaje reconociendo la intrusión, pero tranquilizando a todo el mundo, asegurando que en ese momento no anticipaban disrupciones en el servicio de sus juegos online y que el desarrollo del próximo GTA no se vería afectado. Take-Two hizo lo propio, recalcando el carácter ilegal del acceso a los sistemas y la descarga de información confidencial, así como los pasos que habían tomado para aislar y contener el incidente. Uber, por su parte, publicó su propio comunicado en el que reconocía que su brecha de seguridad estaba vinculada a la de Rockstar, que estaban colaborando con el FBI y el Departamento de Justicia y que creían que el hacker pertenecía al grupo conocido como Lapsus$.
En aquellas horas de vértigo, el imperio de Rockstar se tambaleó. Hay mucha información contradictoria ahora mismo sobre el asunto tanto en redes sociales como canales de Telegram y otros foros especializados. Es muy difícil, desde fuera, calcular la magnitud del daño causado. Las palabras de Rockstar parecen indicar que este es limitado, pero no podemos saber con certeza si el comunicado no fue más que una medida para calmar a unos inversores muy nerviosos. El robo de código fuente es algo muy serio, sobre todo para un juego como servicio o con un fuerte componente online. Con el código fuente, los hackers pueden manipular el software a su antojo, introduciendo todo tipo de trampas para romper el equilibrio del juego a su favor o incluso malware para infectar los ordenadores y consolas de los jugadores.
GTA V lleva vendidas más de 170 millones de copias desde su lanzamiento en 2013. Es el segundo juego más vendido de la historia después de Minecraft, pero sus ingresos son mucho mayores, no solo porque el juego base cueste más, sino por GTA Online, una máquina de imprimir dinero. Es el producto de entretenimiento que más beneficios ha generado nunca. No existen cifras oficiales, pero si tuviéramos que hacer conjeturas hablaríamos de más de 10.000 millones de dólares.
Rockstar quería que GTA 6 relevara a la anterior versión y por ello se estaban tomando su tiempo. Los vídeos filtrados muestran un work in progress que muchos en las redes han descalificado, evidenciando la falta de conocimiento del gran público sobre los procesos de desarrollo. Estos desprecios surgidos de la ignorancia, sin embargo, han suscitado una ola de solidaridad entre otros desarrolladores de renombre que han publicado imágenes de pre-alpha y prototipos de sus juegos, evidenciando la enorme distancia existente entre un juego en desarrollo y uno terminado. Es una iniciativa encomiable. Muchos de los problemas de comunicación a los que se enfrentan las empresas se deben a la supina ignorancia de la masa. Hacer juegos es muy complicado y durante cuatro quintos del desarrollo, todo parece un desastre absoluto, un software repleto de fallos y errores. Por eso los desarrollos son tan opacos, porque ningún estudio quiere mostrar su juego de manera desfavorecedora.
¿Cuáles van a ser las consecuencias de todo este embrollo? Lo primero es que el juego se va a retrasar, a pesar de las palabras de Rockstar. No hay una fecha pública, por lo que tienen flexibilidad para hacerlo. En ningún caso se pueden arriesgar a publicar un juego con posibles vulnerabilidades ya detectadas por agentes maliciosos.
Lo segundo es que las medidas de seguridad van a aumentar hasta el paroxismo, lo que puede tener una incidencia directa en los modelos de trabajo en remoto para los empleados (más encriptación, más medidas farragosas o incluso una vuelta total al trabajo presencial). Esto va a aumentar la opacidad no solo de la empresa, sino de toda la industria. Si los periodistas ya teníamos muchos problemas de acceso a los artistas y desarrolladores, lo más probable es que esto vaya a más.
Tercero, si el código fuente se ha filtrado de verdad y alguien lo compra y lo incorpora a su juego o lo registra en su nombre… Las cosas se pueden complicar mucho para Rockstar. Ninguna empresa respetable accedería a algo así, pero el mundo está lleno de gente con pocos escrúpulos. Aunque solo se quede en la esfera hacker, los daños podrían ser catastróficos. En un caso extremo, podría a obligar a cancelar GTA 6 y a cesar las operaciones de GTA Online. Lo más probable es que no se llegue a eso, pero la posibilidad siempre está ahí.
Los videojuegos se diferencian de otras formas de expresión o culturales en que son también tecnología, software, lo que abre la puerta al espionaje industrial. Cuando The Last Of Us Part II sufrió las filtraciones a dos meses de su estreno (al parecer por una intrusión en los servicios de AWS del estudio), la historia quedó abierta en canal y muchos vieron arruinada la experiencia que con tanto esfuerzo Naughty Dog había estado preparando durante años. El discurso alrededor del juego se volvió agrio y muy tóxico, pero las cosas no fueron a mayores. Esto es mucho más grave.
No es la primera vez que algo así ha sucedido. Half Life 2 sufrió algo parecido allá por 2004 y CD Projekt Red también padeció un ataque deliberado por el que los hackers pidieron un rescate que los polacos se negaron a pagar. Al final, lo subastaron el código fuente en la dark web y se embolsaron varios millones. Es posible que el ataque haya tenido mucho que ver con la decisión del estudio de abandonar su propio motor en favor de Unreal Engine 5 para el próximo juego de The Witcher. Sin embargo, el volumen de esta filtración ha sido más grande y afecta a un juego online de enorme repercusión, lo que lo sitúa en una liga propia.
Los abogados de Rockstar y Take-Two seguirán con su batalla durante meses. El equipo de marketing tendrá que replanteárselo todo y el ánimo entre los desarrolladores tiene que ser bastante sombrío. Pero si consiguen contener las consecuencias del ataque, es muy posible que el juego esté a la altura de las expectativas que se han depositado en él y consiga ser un éxito a todos los niveles. Habrá que esperar.