En la cocina del poeta
Fue José Muñoz Millanes quien me puso tras la pista de la editorial Moundarren, una pequeña editorial francesa que publica, según su propio eslogan, “libros sobre la contemplación poética del mundo, de inspiración tao y zen”, encuadernados según la tradición china, y bilingües. En la práctica esto se ha traducido en una hermosísima serie de ediciones de clásicos chinos y japoneses, además de un buen puñado de antologías dedicadas a asuntos como la ebriedad, la siesta, las estaciones, el gato, la mariposa, la cocina de los poetas, la cabaña, el viejo pescador o el té. Llevo algunos años coleccionándolos por librerías de Francia (su distribución es bastante irregular), saqueando aquellas en las que más abundan (la última, una en Narbonne).
Uno de los libros más hermosos de la colección de poetas chinos (y también uno de los que más nos llaman la atención por ser uno de los más conocidos) es el dedicado a Li Po. Más que una antología de poemas, es una biografía escrita a partir de esos poemas, por lo demás, comentados de forma escueta para hilar el rastro de una vida singular. No es una biografía tan detallada como, por citar otras publicadas en Occidente, la de Ferdinand Stoces, titulada Le ciel pour couverture, la terre pour oreiller, o la clásica y más breve Vida y poesía de Li Po de Arthur Walley, de la que llegó a haber, en tiempos, traducción al español (traducida por Marià Manent y publicada por la Seix Barral del 68; yo la tengo gracias al secreto sinólogo Sergio Suárez, y en iberlibro aparece de vez en cuando algún ejemplar que otro).
Esta edición de Moundarren, a cargo de Cheng Wing Fun y Hervé Collet, se abre con un mapa de la China del siglo VIII, el que vio nacer a Li Po, contemporáneo, en la lejanía, del persa Ibn-Al-Muqaffa (cuyas fábulas, andado el tiempo, traduciría nuestro Alfonso X). No puedo nunca pensar en Li Po sin recordar el poema que le dedicó su amigo Tu Fu, uno de los más hermosos poemas a la amistad escrito nunca, que suena así en la traducción de Marcela de Juan:
Ya tres noches seguidas he soñado contigo.
Estabas a mi puerta,
pasándote la mano por el blanco cabello,
como si una gran pena te acibarase el alma...
Al cabo de diez mil, cien mil otoños,
no tendrás otro premio que el inútil
de la inmortalidad.
De la poesía de Li Po (o Li Bai, o Li Tai Po, que de todas esas maneras se ha transcrito su nombre) hay ediciones diversas en castellano. Por eso de Moundarren interesarán más al curioso lector estos libros que añaden algo más (si es que no es suficiente lo hermoso de la edición) o las antologías temáticas de las que he hablado antes. Yo voy a ver si avanzo en esta calurosa mañana agosteña recogiendo algunas frutas de los haikus incluidos en Dans la cuisine du poète, bebiendo junto a Li Po el buen vino de Lan Ling:
El vaso de jade está repleto del resplandor ambarino
del buen vino de La Ling, perfumado de cúrcuma
El anfitrión emborracha a su huésped
para que olvide que está en un país extranjero