Tres nuevos poemas de W. S. Merwin
[caption id="attachment_505" width="150"] W. S. Merwin[/caption]
El año pasado la Library of America publicó la poesía completa de W. S. Merwin en dos voluminosos tomos, pero Merwin no se acaba ahí: este año ha publicado nuevas traducciones de poesía japonesa y acaba de editar su nuevo libro de poemas, The moon before morning, que aporta nuevos matices a los temas esenciales de sus últimos libros (con un gusto especial por la elegía) y también a su reescritura de los asuntos más queridos por los poetas chinos y japoneses. Dejo aquí como ejemplo mi traducción de tres de los poemas de este nuevo libro.
CAN PALAT
Cuando yo llegué
hacía años que los caminos estaban cegados
más allá de las últimas casas en el angosto
costado del valle aún llamado el viejo viñedo
sobre los cultivos en terraza
entre el viejo olivo y los almendros
en la ladera del alto cerro
donde la terraza más alta se despliega
para contemplar la colina y la aldea
a lo lejos y el mar al fondo
en uno de los lados del terraplén mirando
a la montaña lo que queda de los muros
de una casa que se alzó allí en otra época
que vio el mundo a través de esta misma luz
los rojos azulejos curvados junto al alero
tres filas de ellos proclamando importancia
pintados aún con el fondo en blanco
y dibujos en negro del pasado remoto
el arco de piedra a la entrada
aún en pie y las grandes losas del suelo
lisas las que se podían ver entre los escombros
como el cielo claro entre un rebaño de nubes
y en la terraza frente a la casa
un muro circular intacto
sobre la vieja cisterna que ya estaría vacía
cuando el techo cayó sobre ella
la cavidad inferior había desistido de hacer eco
pero cerca en la terraza un descendiente
vivo continuaba estirando sus largos brazos
un viejo granado
retorcido y enroscado la oscura corteza agrietada
y los anillos dentro guardando su larga historia
y la savia ascendía aún para crear
vida nueva mientras yo me sentaba junto al muro
y era joven y oía los cencerros de las ovejas a lo lejos
una brisa en los almendros una voz
con su eco y una muchacha cantaba en algún sitio
y yo pensaba que podría bastar
ENTRE LAS SOMBRAS DE LA CASA
Vida tras vida el anochecer
de casas que he amado
Los veo ahora en esta casa
por la que camino a oscuras
cruzando puertas abiertas
de habitación en habitación
dejando las luces apagadas
como siempre me ha gustado hacerlo
reconociendo más allá de cualquier creencia
ecos sin sonido
de otros tiempos otras épocas
cómo podría encontrar ahora
el camino a esas habitaciones
estas sombras
una tras la otra
en la claridad intermitente de los días
cómo podría haber llegado a saber
del antiguo amor de estas sombras
con las luces encendidas
A LA PUERTA
Toda la mañana lloviendo
pero en la charca un sapo canta
una felicidad vieja como el agua