Boadella añora su naturaleza de "bicho asilvestrado"
[caption id="attachment_1175" width="510"] Albert Boadella[/caption]
Boadella declaró ayer que el próximo mes de junio no renovará como director artístico de los Teatros del Canal. Es un runrún que viene sonando desde hace tiempo, y que quizá no cumpla si logra convencerle otra vez Cristina Cifuentes (ya lo hizo el pasado verano, cuando debía renovar contrato). Boadella dice con sarcasmo que se siente un poco "coaccionado" pues no puede escribir libremente, y que tiene ganas de recuperar su naturaleza de "bicho asilvestrado", autoreprimida por razones de su cargo. Ayer ofreció un glosario de declaraciones, como siempre de gran originalidad; un anticipo de lo que puede ofrecernos ante el nuevo horizonte de libertad que se le abre.
Lo hizo en una comida con periodistas, a los que convocó para hablar de su Don Carlo, ópera de Verdi que estrenó el pasado mes de julio en San Lorenzo de El Escorial y en la que, en contra de las acotaciones del libreto, restaura la figura de Felipe II como rey culto y renacentista y tira por tierra la leyenda negra en la que se basa, (la pésima relación entre el monarca y su hijo, el infante Carlos). La producción llega a los Teatros del Canal con dirección musical de Manuel Coves y un elenco íntegramente español, algo realmente difícil de reunir por la tesitura de voces que exige (una mezzo y tres bajos en los roles protagonistas). Las entradas están agotadas.
Volviendo a su relación con los Teatros del Canal, Boadella manifestó que en estos ocho años que ha estado al frente lo ha pasado muy bien, rodeado de un equipo de profesionales con el que ha trabajado muy cómodo, "como si hubiera estado con Joglars", llegó a confesar en un aparte. En contra de lo que creyó en un inicio, los políticos no se han inmiscuido en su labor y, encima, ha sido un periodo que le ha permitido cumplir con una vieja frustración que arrastra desde joven: hacer teatro musical. Anunció que en estos momentos está escribiendo el libreto para una ópera sobre Picasso (coproducción del Canal con el Teatro Real y música de Juanjo Colomer, que se estrenará en 2018), "un pintor peor que Dalí, con carnet del Partido Comunista y una vida mundana con varias mujeres".
[caption id="attachment_1176" width="510"] Escena de una representación del Don Carlo de Boadella[/caption]
En la comida Boadella ofreció una pequeño repertorio de sus ideas sobre el arte, que ya publicó en un antiguo ensayo suyo El rapto de Talía. Aquí van algunas de las más destacadas:
LAS NOVELAS
"Yo no leo novelas desde los 18 años, y menos todavía novelas históricas. Leo ensayo, biografías, libros de historia (...) No hay nada tan fantástico como la realidad. Y en el momento actual las gentes de teatro no damos abasto. Siento que Pujol me ha superado como dramaturgo". Y selecciona el capítulo de la corrupción nacionalista que más le gusta: Felix Millet, presidente del Palau de la Música, alquila el célebre edificio modernista para la boda de su hija y conviene con el futuro suegro de esta que pagarán a medias el alquiler. Al final fue el Palau quien corrió con los gasto y Millet se llevó el dinero que puso su consuegro.
LOS PÚBLICOS ESPECIALIZADOS
"El público fiel es un palo, una auténtica lata. El problema de los públicos especializados es que suelen concentrarse en cosas superficiales, no van a disfrutar del conjunto. El público que va a los toros es el que mejor apreciaría la ópera".
ARTISTAS Y POLÍTICOS
"El problema de los artistas al frente de las teatros públicos es siempre el gusto, pues puede ser muy radical. Yo por eso confío más en los gestores que en los artistas. En los Teatros del Canal he procurado que no imperara mi gusto. Si hubiera sido así, hubiéramos agotado la programación en un mes".
"El administrador público quiere intervenir en las instituciones culturales que dependen de él, y eso es nefasto. Los políticos han de ser pudorosos y deben conocer sus límites; yo estoy en contra de los concursos como el que se utilizó para elegir al director del Teatro Español; los políticos tienen que mojarse".
EL CINE
"No considero que el cine sea un arte. Quizá las primeras películas en blanco y negro, o las de Charlot. El cine no tiene poesía. Para conseguir un plano de un beso en cine, necesitas dos trailers". Y en contraposición alude a la sencillez de la que surge el arte, pues en el caso de la pintura se basta con una mezcla de pigmentos y un lienzo, o el teatro, un texto y un actor, o el instrumento para la música... Y añade: "El teatro tiene el público en directo y eso crea una multiplicación emocional que no se da en el cine".
LOS COLEGAS DIRECTORES
-"Siempre trato de contradecir lo que hacen mis colegas ". Y así, en su ópera Don Carlo, "presento a Felipe II como un monarca de mayor humanidad, en contraste con la cruel y despiadada conducta, casi siempre acentuada por los directores en todas las versiones de la ópera".
TRAICIONES
"Me gusta traicionar. Traicioné a la pantomima para pasarme al teatro de texto. Traicioné a mi generación, los progres... Yo fui fundador de Ciudadanos, no pretenderéis que traicione ahora a Ciudadanos para pasarme a Podemos, demasiado".