Stanislavblog por Liz Perales

Nada podrá romper nuestro amor

4 octubre, 2017 13:48

[caption id="attachment_1733" width="300"] Àlex Rigola (sentado) y Jaime de los Santos[/caption]

No creo que Àlex Rigola sorprendiera ayer a nadie con su anuncio de “dimisión” de la dirección artística de los Teatros del Canal como protesta por “la brutal violencia ejercida el pasado domingo 1 de octubre a los ciudadanos catalanes”. A fin de cuentas es un artista felizmente progre. Pero en realidad no se trata de una dimisión porque se queda hasta final de temporada, y seguirá, por tanto, cobrando su sueldo de la Comunidad de Madrid. Él dice que se trata de un “pequeño acto a lo bonzo”, pero más bien parece un movimiento perfectamente calculado para protegerse desde todos los ángulos políticos posibles.

Lo que a mí sí me sorprende, aunque no demasiado, es que este capote político a los golpistas se ha dado de consuno con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, y su consejero de Cultura, Jaime de los Santos, como se expresa claramente en el comunicado de dimisión: “hemos pactado conjuntamente que, para no interferir en el buen funcionamiento del teatro, la dimisión se hará efectiva antes de que termine la temporada, dejando programada la próxima”. Me han emocionado particularmente las encendidas palabras de amor que Rigola dedica al consejero en su comunicado: “Te quiero Jaime de los Santos”; y también esa magnífica frase de “he llorado y todavía me queda mucho por llorar”.

De manera que Rigola podrá seguir administrando el presupuesto de los Teatros del Canal, casi tres millones de euros, y contratar a su gusto la programación de la siguiente temporada, y sin renunciar al sueldo que cobra su empresa Titus Andronic (8.167 € al mes, IVA incluido*), ni tampoco a sus gastos y manutención y a las dos direcciones artísticas que tiene previsto hacer.

A ver si me aclaro:

1)      Rigola hace un gesto político, muy teatral, de apoyo al discurso golpista concretado en una valiente dimisión.

2)      Pero la dimisión es una no dimisión pactada con el consejero de Cultura,  Jaime de los Santos, en los máximos términos posibles de amabilidad y comprensión.

3)      Luego, si no hay dimisión, solo hay capote político a los independentistas que el consejero de Cultura premia con el máximo de comprensión posible a cambio de… amor.

En realidad, esta anécdota tan teatral, de entradas y salidas, de ser pero no ser, y morir pero dormir la siesta, es como un acto más del intercambio de cromos y el juego de las sillas que tanto les gusta a los políticos, especialmente a los del PP.

 

*Titus Andronic S.L., empresa de Àlex Rigola, facturó a Madrid, Cultura y Turismo SAU 32.670 €, IVA incluido, por los últimos cuatro meses de 2016.

El tablado de la farsa

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