Félix Bergés, presidente de El Ranchito y supervisor de VFX en 'La sociedad de la nieve'

Félix Bergés, presidente de El Ranchito y supervisor de VFX en 'La sociedad de la nieve' José Verdugo

Cine

Félix Bergés, el mago de los efectos visuales en el cine de Bayona: "Hemos retocado más de mil planos"

El fundador de El Ranchito opta al Oscar por su labor en 'La sociedad de la nieve' y habla de su éxito en Hollywood desde 'Lo imposible' hasta 'Juego de Tronos'.

22 diciembre, 2023 02:29

Juan Antonio Bayona está un paso más cerca de hacer historia del cine con La sociedad de la nieve. La película, representante española para los premios Oscar, pasó ayer la primera criba de la Academia de Cine de Hollywood convirtiéndose en una de las 15 candidatas provisionales en la categoría de mejor película internacional.

Uno de los mayores responsables de esta portentosa recreación del accidente aéreo de los Andes de 1972 es Félix Bergés (Madrid, 1960), uno de los supervisores de efectos visuales (VFX) más veteranos del cine español. De hecho, la película también ha entrado en la llamada shortlist de los Oscar en esta categoría (donde competirá contra otras nueve) y en la de maquillaje y música original. Además de la escalofriante secuencia del accidente, sin duda la más complicada de realizar y no apta para aerofóbicos, toda la película ha sido un enorme desafío en el terreno de los efectos visuales.

Lo que algunos llamamos “magia” en realidad son, en el caso de La sociedad de la nieve, “miles de horas de trabajo durante ocho meses por parte de un equipo compuesto por unas cien personas”, explica Bergés a El Cultural en la sede madrileña de El Ranchito, el estudio de efectos visuales que fundó en 2004 y que hoy es la firma europea de habla hispana más importante del sector.

Félix Bergés enseña la sala de visionado de El Ranchito, donde se supervisa diariamente el trabajo

Félix Bergés enseña la sala de visionado de El Ranchito, donde se supervisa diariamente el trabajo José Verdugo

En su trayectoria más reciente destacan series como Juego de tronos, Stranger Things, The Mandalorian o Westworld, y películas como Dejar el mundo atrás, la última cinta apocalíptica de Netflix protagonizada por Ethan Hawke y Julia Roberts; Ágora, de Alejandro Amenábar; Jurassic World: el reino caído, también dirigida por J. A. Bayona; o Asteroid City, de Wes Anderson.

Sierra Nevada en los Andes

“Hemos retocado unos mil planos en La sociedad de la nieve”, asegura Bergés, que ya ha ganado con esta película un Premio del Cine Europeo a los mejores efectos visuales, y aún se sabe de memoria los números de los planos que más quebraderos de cabeza dieron al equipo.

“Con Jota [Juan Antonio Bayona] es la tercera película grande que hacemos. Siempre son proyectos muy ambiciosos, con una parte de preproducción gigante. Él es una persona muy, muy concienzuda y prepara mucho las cosas. Llevamos cinco o seis años hablando de la película, buscando localizaciones y formas de rodar, y unos dos años y medio trabajando en ella en serio. Ha sido un proceso muy largo y también ha sido el rodaje más largo que he hecho en mi vida. Han sido 140 días de rodaje, cuando lo habitual es que no superen los 50. Estuvimos cuatro meses seguidos en la sierra”, explica Bergés.

Aunque él y su equipo se encargan de los retoques digitales, es imprescindible que estén presentes en todas las fases de la película, ya que el trabajo de todos los departamentos de la película acaba confluyendo en sus manos. “Yo además tengo un perfil muy técnico y he participado muy activamente en las decisiones sobre los lugares y métodos de rodaje”, afirma Bergés, astrofísico de formación. Además, la película tuvo “un montaje muy vivo, con muchos cambios”, ya que había muchísimo material grabado para elegir.

Una imagen de la película 'La sociedad de la nieve'

Una imagen de la película 'La sociedad de la nieve' Netflix

Una parte muy importante del trabajo de El Ranchito ha consistido en convertir Sierra Nevada en la remota zona de los Andes donde se estrelló el avión. La película se filmó en las montañas andaluzas, pero algunos de los mayores expertos del mundo en rodaje de montaña tomaron miles de fotografías y vídeos de las auténticas montañas que los supervivientes del accidente vieron durante los 72 días que pasaron encerrados entre paredes de roca y nieve a más de 4.000 metros de altura.

En esa expedición fue la otra supervisora de efectos visuales de la película, la compañera de Bergés Laura Pedro. “A ella la dejaron ir porque es muy joven, a mí me dijeron que era demasiado mayor. Ella fue andando hasta allí y tardó tres días en llegar”, señala su colega. Bayona, por su parte, fue hasta allí en el único helicóptero que vuela por esa zona extremadamente inaccesible.

Laura Pedro y Félix Bergés, supervisores de VFX, durante el rodaje de 'La sociedad de la nieve'. Foto: Quim Vives

Laura Pedro y Félix Bergés, supervisores de VFX, durante el rodaje de 'La sociedad de la nieve'. Foto: Quim Vives

“Se ha recreado el lugar exacto en el que ocurrió el accidente, en el Valle de las Lágrimas. Los supervivientes que han visto la película dan fe de que lo que se ve en la pantalla es lo mismo que ellos veían cada día”, relata Bergés.

Mucha gente puede pensar que una película ambientada en la nieve no entraña demasiada dificultad en este sentido, pero es al revés: “El blanco es una de las cosas más complicadas de trabajar en el cine. Tiene muchos matices y es muy difícil trabajar con la textura, los detalles y generar la sensación de escala correcta. Nosotros tenemos mucha experiencia en ambientes con nieve a raíz de nuestro trabajo en Juego de tronos”, señala el experto, ya que El Ranchito se encargó de los efectos visuales en varios episodios de la temporada quinta de la famosa serie de HBO, con impresionantes batallas en paisajes helados.

De hecho, el Emmy que reluce en el discreto pasillo que conduce a las oficinas de El Ranchito lo ganaron gracias a su participación en la serie. En la misma estantería vemos el ceño fruncido de don Francisco de Goya repetido varias veces —tienen nueve de estos galardones, aunque no todos están a la vista— y hasta seis clones de la luna de Méliès con su cohete en el ojo. Félix Bergés señala el satélite tuerto, emblema de los premios de la Visual Effects Society: "Esos son los premios más importantes porque los conceden los profesionales del gremio", afirma con orgullo.

Lograr 'lo imposible': entrar en Hollywood

La sociedad de la nieve es la tercera película de Bayona junto a Félix Bergés y El Ranchito, tras Lo imposible (2012) y Un monstruo viene a verme (2016). De hecho, la impresionante recreación del tsunami ocurrido en el océano Índico en 2004 fue lo que abrió a El Ranchito las puertas de Hollywood. “No es tan fácil. Es un mundo muy poco confiado. O has trabajado con ellos o no te dejan entrar, así que es como la pescadilla que se muerde la cola. En nuestro caso entramos gracias a Lo imposible, que consideraron que estaba muy bien hecha, con estándares americanos, y empezaron a llamarnos muy poco a poco. La Visual Effects Society nos dio un premio por aquella película. Al día siguiente me llamó una agencia que quería reunirse conmigo y me dijo que querían apoyarnos. Fue impresionante. Enseguida empezaron a llamarnos todos los estudios. Hicimos una presentación en ILM, la empresa número uno en esto, y Dennis Muren, que es la persona que más premios Oscar tiene del mundo y el padre de todo esto, responsable de los efectos de La Guerra de las Galaxias o Indiana Jones, me dio un abrazo y la enhorabuena por nuestro trabajo”.

Félix Bergés durante su entrevista con El Cultural.

Félix Bergés durante su entrevista con El Cultural. José Verdugo

A pesar de todas esas felicitaciones, palmadas en la espalda, grandes reuniones en grandes empresas de Hollywood, nadie les llamó inmediatamente. Después de contratar a un representante que fue moviendo la marca poco a poco en Los Ángeles, lo primero que consiguieron fue un pequeño encargo de la serie Boardwalk Empire. Así empezó un largo y lento camino hasta la cima. “Yo siempre digo que menos mal que fue así, porque no estábamos preparados. Sabíamos hacer cosas, no cabe duda, pero no estábamos preparados para su manera de trabajar”. Los encargos grandes empezaron a llegar con la serie documental Cosmos, y con la quinta temporada de Juego de tronos, gracias a la cual ganaron varios premios de la VES.

El episodio mejor valorado de aquella temporada de la serie basada en los libros de George R. R. Martin fue el octavo, Casa Austera (en inglés Hardcome), donde se narra una invasión de los temidos caminantes blancos. “Nos matamos trabajando y fue un exitazo. A partir de entonces nos consideraron como una empresa que podía hacer cosas de nivel”, rememora Bergés.

De los marcianitos a la IA

Bergés estudió astrofísica, pero su mayor pasión eran los ordenadores cuando apenas había ordenadores en España. “Yo tenía 13 años cuando mi padre me regaló una calculadora programable y me enamoré de la programación. Más adelante me compré mi primer ordenador, un Acorn Atom de 6 kb. Yo me programaba mis propios juegos, me hice mi propia versión del Invaders y me hinché a matar marcianitos”.

Después, en la Facultad de Física, le fichó su compañero Vicente Agustí, que creó la primera empresa española del sector, ATC (Arte por Computador). “Entré en esa empresa a los 23 años y hasta hoy me he dedicado a esto. Yo iba totalmente encaminado a trabajar en astrofísica, pero me encantaba la programación. En la facultad tenía un ordenador de dos colores y de repente empecé a trabajar en un ordenador con 16 millones de colores. Era feliz”.

Félix Bergés en la sala donde se añaden los efectos visuales.

Félix Bergés en la sala donde se añaden los efectos visuales. José Verdugo

Corría el año 1984 y hacían imágenes digitales en 3D usando solo código de programación. “Recuerdo una taza que hicimos con su plato y sus sombras. Nos quedamos mirándola mogollón de rato como imbéciles”. En aquella época competían incluso con Pixar, que aún no era el gigante de la animación 3D que es hoy. “En 1986 hicimos un vídeo para un congreso en París y les ganamos.  “Fue una época muy divertida, aunque trabajábamos unas 20 horas al día. Yo dormía una vez cada dos o tres días. Éramos pioneros”.

En estos 40 años el mundo de la animación 3D y los efectos visuales han cambiado una barbaridad. “Y está a punto de dar otro salto muy importante con la inteligencia artificial”, asegura.

Para Bergés, la IA no sustituirá a la creatividad humana, sino que será una herramienta para potenciarla. “No creo que haga cosas excelentes que tú puedas usar directamente en una película, al menos por ahora”. No obstante, sí cree que eliminará puestos de trabajo. “Quien diga lo contrario, miente. En este tipo de profesiones, que son muy técnicas, quizás se pierden puestos de trabajo por abajo y se ganan por arriba”.

Precisamente en El Ranchito hay una sala con el rótulo “Machine learning”, llena de ordenadores con potentes tarjetas gráficas aprendiendo a hacer una parte del trabajo por sí mismas. A través de programas diseñados en la propia casa, se le explica al algoritmo qué interesa de cada imagen, qué tiene que hacer en determinados casos y por qué. "Aprenden a hacerlo con miles y millones de imágenes y luego lo hacen solos". ¿Y qué hacen exactamente? "No te lo voy a decir", contesta Bergés manteniendo a salvo el secreto.