Théodore Pellerin es Simon en 'Solo'

Théodore Pellerin es Simon en 'Solo'

Cine

'Solo', una Wanda contemporánea con la sangre demasiada dulce y los límites poco claros

El mayor logro de la película de Sophie Dupuis pasa por el estudio del malestar de Simon, removido por la inquietud de vivirlo todo.

12 julio, 2024 03:13

Todas las reinas drag alzan los puños en favor de sus derechos. El público del local aplaude, ruge casi. Debajo, en los camerinos, Simon (Théodore Pellerin) se maquilla entre lágrimas y temblores. Pero se suponía que la vulnerabilidad nos uniría entre algodoncitos, ¿no? ¿O no hemos aprendido nada de la tradición de chicos rotos por bad bitches del cine de Xavier Dolan?

Simon vive entregado por completo, tanto a su arte drag (es la fabulosa e imaginativa Glory Gore), como en realidad a cualquiera que le dé algo de estima. Una Wanda contemporánea, este veinteañero talentoso tiene la sangre demasiado dulce y los límites poco claros.

Por ello, sonarán todas las alarmas cuando aparezca en su vida una pareja de vampiras: su madre, Claire (Anne-Marie Cadieux), que lo abandonó hace años para dedicarse a la ópera, y Olivier (Félix Maritaud), drag recién llegada con quien Simon tendrá un romance tóxico de manual.

Olivier lo aislará, rebajará y chantajeará en una suerte de Noche de estreno (1977) más interesada en los grises del drama que en el histrionismo y en lo personal de su retrato antes que en las moralejas ñoñas –en ello dista mucho, para bien, de la purpurina edificante de Por puro placer (2023)–.

El mayor logro de la tercera película de Sophie Dupuis (Quebec, 1986) pasa por proponerse estudiar el malestar de Simon, removido por la inquietud de vivirlo todo porque “si nada es intenso, siento que me muero”.

Resulta difícil juzgar a Théodore Pellerin, el Enric Auquer canadiense, en ninguno de sus papeles, ni cuando se viste de imperfecciones. Pellerin tiene un dominio milimétrico sobre la expresividad del desencanto postadolescente, que aquí traduce por ejemplo en las variadísimas formas de beber de un vaso (fíjense, son todas diferentes), de manera que siempre acaba invocando un plus de simpatía.

Pero incluso desde el fondo de un pozo en el que caemos durante dos actos de abuso emocional en ráfaga, el clímax de Solo, jugado a cuatro manos con la amiga amabilísima Maude (Alice Moreault), queda algo descolorido y zarandeado a merced de las prisas.

Quizá porque antes habremos pasado muchísimo tiempo narrando un drama que tampoco nos resulta demasiado insólito, por desgracia. O porque empezamos a acostumbrarnos al gusto de retratos como Femme (2023), que rescata el picante del queer neonoir noventero sin miedo a embarrarse. O quizá porque el espíritu drag está plenamente divulgado y sabemos de lo que es capaz una diosa. En cualquier caso, reconocemos ya toda la garra que Maude atribuye a Simon y que la película de Dupuis no acaba de mostrar.

Cuánto me gustaría disfrutar sin cortes ni justificaciones narrativas de alguno de los números del cabaret, porque parece mentira pero ninguna de las últimas ficciones ambientadas en el arte drag dedica a los escenarios suficiente tiempo.

Solo

Dirección y guion: Sophie Dupuis.

Intérpretes: Théodore Pellerin, Félix Maritaud, Anne-Marie Cadieux,
Tommy Joubert, Alice Moreault, Jean Marchand.

Año: 2023.

Estreno: 12 de julio