Image: Deep Purple, íntimos en Barcelona

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Deep Purple, íntimos en Barcelona

Unos 2.000 seguidores de los británicos disfrutaron de un concierto pleno de grandes éxitos

15 septiembre, 2009 02:00

El vocalista de Deep Purple, Ian Gillian, en un momento del concierto que la banda británica ofreció este lunes en Barcelona. Foto: EFE

EFE
La legendaria banda de rock duro Deep Purple repasó este lunes algunos de los grandes éxitos de su dilatada trayectoria en el primero de dos conciertos que ofrece en España, en el que en un formato íntimo apenas congregaron a unos dos mil seguidores irredentos en el anexo del Palau Sant Jordi.

A las 21.15, la hora prevista, el quinteto rockero arrancó con uno de sus hits más populares, el potente Highway Star, un tema que conserva el aire rítmico de antaño, aunque no la potencia vocal de su cantante, castigada por décadas de profesión.

Deep Purple fue fundado en 1968 por Jon Lord, Ritchie Blackmore, Nick Simper, Rod Evans y Ian Paice, músicos todos provenientes de distintas bandas, pero actualmente ya sólo queda Ian Paice de la formación original y fue Steve Morse el último en incorporarse en sustitución del genial guitarrista Ritchie Blackmore.

Ausentes desde hace unos años Blackmore y el teclista Jon Lord, la columna vertebral que aún conserva el tarro de las esencias del grupo está formada por la voz de Ian Gillian, el batería Ian Paice y el bajista Roger Glover.

Les acompañan sobre el escenario dos músicos experimentados, el guitarrista Steve Morse (ex Kansas) y el curtido teclista Don Airey, que por momentos ha hecho olvidar el buen hacer de Lord y que en su solo ha exhibido un dominio del blues, de la música clásica y del sintetizador a la manera del sinfónico Keith Emerson.

En el concierto del Club del Palau Sant Jordi los Purple han ofrecido una segunda versión del concierto del Rapture of the Deep Tour, con el que ya actuaron hace tres años, si bien entonces en un espacio ligeramente más grande, el Pabellón del Valle Hebrón.

El quinteto cantó algunos de los temas de sus últimos discos, Rapture of the Deep y Bananas, adaptados al timbre actual de voz de Gilliam, pero como no tienen un álbum reciente a presentar, en las cerca de dos horas que ha durado el concierto han repasado también algunos de los temas con los que allá por los años 70 arrasaban en la escena del rock duro junto a grupos como Led Zeppelin o Black Sabbath.

Los actuales púrpura, más conjuntados que en 2006 -el rodaje y las giras han ayudado sin duda- se atrevieron en el ecuador de la velada con un diálogo de solos que concluyó con una sonora ovación del público.

En la recta final de la noche, llegeron algunos de los clásicos de la banda, como Space Truckin, el superpopular Smoke on the water, Hush y Black Night.

Tras este concierto, Deep Purple actuará este martes en Madrid y hasta finales de año tiene previsto visitar Manchester, Glasgow, Londres, Amsterdam, Amberes, Helsinki, Oslo, Amiens, Nantes, Toulouse, Marsella, Bolzano, Roma, Perugia y Bolonia, entre otras localidades europeas.

En una carrera que el próximo año conmemorará el cuarenta aniversario -algo de lo que pocos grupos del universo rockero pueden presumir-, Deep Purple ha vendido la friolera de más de 100 millones de discos en todo el mundo.

En el Sant Jordi Club, la banda británica no ha hecho hoy gala de los vatios que en los años 70 le valieron ser reconocida como la banda más ruidosa del mundo por el libro Guinness de los récords, algo que seguramente han agradecido los oídos de sus actuales fans, los mismos de sus inicios, pero con 30 años más sobre sus espaldas y sus tímpanos.

Lejos quedan aquellos macroconciertos de la década de los 70 cuando grabaron dos potentes discos en directo, Made in Japan y Made in Europe, pero seguramente la situación actual que vive el grupo es heredera de la hemorragia que vivió a partir de los años 90, con la marcha de David Coverdale, Blackmore o Lord.

Esa sangría vino acompañada además por la fundación de bandas hermanas como Whitesnake o Raimbow, que no corrieron mejor suerte que el grupo materno.