Escenarios

Una ruta sinfónica

Teatros y orquestas consolidan su proyección internacional

19 marzo, 2010 01:00

Pedro Halffter, director de la Sinfónica de Sevilla.

La oferta musical se cuece en teatros como el Maestranza de Sevilla o el Villamarta de Jerez y en las orquestas de Pedro Halffter, Salvador Mas, Hernández-Silva y Colomer. Nuevos espacios, como el proyecto de la Ópera de Granada, sitúan Andalucía en plena escena internacional.

Decía Pedro Halffter a propósito de La isla deshabitada, que se presentó recientemente en el Teatro Maestranza de Sevilla, que "las épocas de crisis no sirven sino de estímulo a la imaginación". Sobrevolaban los fantasmas de los recortes presupuestarios y el director titular de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla (ROSS) quiso garantizar los niveles de calidad (y cantidad) para la temporada 2010-2011 con una llamada al ingenio. Cada año, el templo hispalense levanta 150 actividades, entre óperas (12 títulos al año), conciertos, recitales, actividades pedagógicas y mesas redondas que convocan cada curso a más de 180.000 espectadores. Su apuesta lírica (a la que debemos estrenos tan señeros como el Doctor Fausto de la pasada temporada o la Mujer silenciosa para el arranque de ésta) se mueve en unos márgenes de ocupación de entre el 92 y el 95%, unas cifras que han convertido la plaza en toda una referencia lírica en España y en un importante escaparate de cara al público europeo. Además de la ROSS, que celebra dos décadas de su fundación, el público sevillano afianza su posición con el Festival de Música Antigua -que va ya por la 27 edición-, la Asociación de Amigos de la ROSS -que preside Joaquín Galache- y con una cantera cuyo talento va cristalizando en las Juventudes Musicales que dirige Julio Casas.

Programación ecléctica
Las fórmulas de coproducción que se han venido aplicando en los despachos del Maestranza lo une en afinidades con el Teatro Real de Madrid, el Arriaga de Bilbao, el Liceo barcelonés, el Palau de les Arts de Valencia y su compañero de batallas, el Teatro Villamarta. Allí, en Jerez de la Frontera, su director general, Francisco López Gutiérrez, ha hecho de la necesidad virtud y ha convertido el ajuste presupuestario en un talante a prueba de bombas. Frente al medio centenar de millones de euros que se manejan en Madrid o Barcelona, en Jerez se manejan entre los tres y los cuatro para ofrecer una programación tan ecléctica como comprometida con el repertorio más tradicional. Don Giovanni, La Traviata o Carmen irrumpieron en el calendario como auténticos hitos de la lírica y convirtieron el Villamarta en el primer centro andaluz exportador de producciones propias. El cartel para este año no escatima en nombres. Entre ellos, cabe mencionar a Ismael Jordi (Jerez de la Frontera, 1973) y a una amplia nómina internacional en la que se alternan Janine Jansen, Daniel Hope o Nelson Freire. En su programación no falta en ninguna temporada el género grande por excelencia, el flamenco. En los últimos meses han podido verse sobre las tablas del Villamarta las actuaciones de Juan Pinilla, Sara Baras, Eva Yerbabuena o Andrés Marín. Las citas en torno al arte jondo se multiplican por toda la geografía. Cabe señalar la Bienal de Sevilla, que este año tendrá lugar del 15 de septiembre al 9 de octubre, Flamenco viene del Sur, de la Agencia Andaluza para el Desarrollo, y los Jueves Flamencos Caja Sol, que se celebra en la sevillana Sala Turina.

No escasea, ni mucho menos, la música sinfónica en una Comunidad que cuenta con cuatro formaciones dentro de la Asociación Española de Orquestas Sinfónicas. A la ROSS de Halffter, se suma la Orquesta Ciudad de Granada que lidera Salvador Mas (con Harry Christophers y Pablo González como segundos de a bordo) y la Orquesta de Córdoba de Manuel Hernández-Silva. La oferta de conciertos se completa con la presencia esta temporada de Edmon Colomer para sustituir a Aldo Ceccato como director titular de la Filarmónica de Málaga. Hasta que se den por finalizadas las obras del Auditorio de la ciudad -que concurre, junto a Córdoba, a la candidatura de Ciudad Europea de la Cultura 2016- tiene su sede provisional en el Teatro Cervantes, donde además del repertorio clásico se conjugan todo tipo de estilos musicales, del pop al flamenco pasando por el jazz, los musicales, la zarzuela o la ópera, en la misma línea de su vecino el Teatro Cánovas.

Otro espacio que abrirá sus puertas al público en los próximos años es el gran Teatro de la Ópera de Granada, cuyo concurso ha ganado el arquitecto japonés Kengo Kuma. Granatum, que así se ha denominado el proyecto, "no puede ser representado, sino experimentado", anuncian sus promotores sobre unas maquetas que intentan poner de manifiesto la dualidad tradición-vanguardia. La iniciativa intentará estar lista para 2013, año en el que se conmemorará el milenio de la fundación del Reino de Granada. También en los próximos meses está previsto que se reinaugure el Auditorio Manuel de Falla de La Alhambra. Son dos enclaves en los que se desarrollará parte de la programación del Festival Internacional de Música y Danza de Granada, cuya 59 edición arranca el próximo 24 de junio. Este año intentará proyectarse a otros continentes. "Más allá de la geografía y de las fronteras políticas o de los enfoques culturales, persiste el tejido, la red, el puente, el lenguaje que nos une", señalaba su director, Enrique Gámez, durante la presentación. "La programación de esta nueva convocatoria ha tejido el mapa con la música y la danza iberoamericanas. Se ha pensado así para celebrar el bicentenario de la independencia de las repúblicas iberoamericanas", explicaba Gámez. Entre los platos fuertes, esta edición tiene a Barenboim repitiendo con la Staatskapelle berlinesa y a Gustavo Dudamel debutando en el Festival con la Simón Bolívar.

Tras la estela de compositores como César Camarero, José María Sánchez-Verdú o Jesús Rueda se han ido sucediendo algunas citas musicales en clave contemporánea, como el Festival de Música Española de Cádiz, que va por su octava edición, o el Festival de Guitarra de Córdoba, que este verano cumple tres décadas con Leo Brouwer y Pepe Romero.