Image: Pedagoga en acción

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Pedagoga en acción

Petra Martínez en La señorita Margarita

3 diciembre, 2010 01:00

Petra Martínez, en La señorita Margarita

Con La señorita Margarita, Petra Martínez vuelve a los escenarios como una maestra autoritaria con un novedoso método pedagógico que divertirá al público. Se estrena mañana en el Arenal de Madrid.

A Petra Martínez las series de televisión (Herederos, Cuéntame, La princesa de Eboli...) y el cine (Nacida para sufrir) la han alejado un tiempo de los escenarios, no mucho puesto que no pasa más de una temporada sin que la veamos en el teatro. Después de Adosados, la pieza que estrenó en 2007 con Juan Margallo, su pareja artística y sentimental y con la que forman Uroc Teatro, se presenta con un monólogo, género que ha practicado muchísimo (La mujer sola, La madre pasota, La mujer burbuja, Una mujer en la ventana) y al que vuelve con La señorita Margarita.

La histórica pareja prosigue por la senda del teatro satírico, en esta ocasión con un texto del brasileño Roberto Athayde. Cuenta Juan Margallo que este escritor de Río de Janeiro debe su fama precisamente a esta obra que grandes actrices como Annie Girardot o Estelle Parsons han protagonizado. Petra Martínez ya lo interpretó en 1998 y ahora lo retoma, dirigida nuevamente por Margallo. "La señorita Margarita fue un texto que Athayde escribió en el Brasil de la época de la Dictadura de los Coroneles, pero que sigue manteniendo su frescura porque el tema del autoritarismo, que es de lo que trata, es un asunto universal", comenta el director.

En la obra, Petra da vida a una maestra y el público que asiste actúa como si fueran los niños a los que enseña. "Ella es ecológica y muy autoritaria, ególatra y violenta, sensible pero también insulta a los niños, los acojona con la muerte, como hacían con nosotros en los Ejercicios Espirituales. La maestra aplica un método pedagógico que busca que sus alumnos alcancen la perfección, lo que para ella significa que no tengan ni una sola idea, que no piensen", explica Margallo.

El director encuentra la obra de gran actualidad: "Los de hoy son unos tiempos penosísimos, enciendes la televisión y te das cuenta que es uno de los espacios más antidemocráticos, con esas tertulias consagradas al que más grite, como si por ello fuera a tener más razón. La consigna es epatar para estar en la cresta de la ola, mientras el espectador ni se inmuta, asiste pasivo a este circo".

La escena merece un panfleto.
En sus declaraciones, Margallo reconoce el fracaso del marxismo pero no ha cambiado su discurso de izquierdas, virado hacia el anarquismo: "La situación social está fatal y algunos siguen forrándose porque el problema sigue siendo el sistema (capitalista, claro). Y es que mientras haya estructuras de poder, hay una lucha obscena por él. Lo alucinante es que nadie protesta, la gente no quiere asambleas. Me había prometido no hacer un panfleto jamás, pero me retracto, ahora estoy escribiendo una obra que se llamará así, Panfleto. No me ha quedado más remedio".

El director y su actriz han practicado el humor político desde sus inicios, desde el Gayo Vallecano y Tábano, cuando estrenaron aquel célebre espectáculo Castañuela 70. Aunque también han hecho teatro de repertorio, sus creaciones originales han ido hacia la comedia satírica, en la línea de Dario Fo, convirtiéndola en muchos casos en un espejo de ellos mismos. Saben que la sátira es un arma estratégica, "e impropia de los estados totalitarios", dice Margallo, "porque no te puedes reír de lo que no entiendes".