Recitar cantando
El próximo 4 de abril se presentará en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona la soprano italiana Anna Caterina Antonacci. Esta cantante, nacida en Ferrara y educada vocalmente en Bolonia, comenzó su carrera internacional a finales de los años 80, después de resultar vencedora de prestigiosos concursos como el Giuseppe Verdi de Parma, el Maria Callas de Nápoles o el Luciano Pavarotti de Filadelfia. Se ha especializado en los grandes papeles de la literatura barroca y belcantista, obteniendo grandes éxitos como protagonista de Agrippina de Haendel y Ermione de Rossini en el Festival de Glyndebourne, la Poppea monteverdiana en Munich o Armida de Gluck y Nina de Paisiello en la Scala de Milán, sin olvidar sus incursiones mozartianas de la mano de maestros como Riccardo Muti o Claudio Abbado.
Sus interpretaciones se caracterizan por un sólido sentido estilístico, el dominio del canto florido y el recitativo dramático, sin olvidar una indudable presencia escénica. Todo ello a partir de una sugerente y cálida voz, especialmente rica en el registro central (de hecho, últimamente ha incorporando varios papeles de mezzosoprano, como Dorabella en Così fan tutte o Angelina en La Cenerentola). Curiosamente, en su recital barcelonés del próximo martes, en el que estará acompañada al piano por Donald Sulzen, la artista se ocupará de un programa un tanto alejado de su repertorio habitual, y que incluye páginas de autores como Brahms, Liszt, Berlioz, Ravel, Duparc y Chausson.