Image: Coleman, de vuelta al jazz

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Música

Coleman, de vuelta al jazz

27 diciembre, 2007 01:00

Ornette Coleman

Los otros géneros: Jazz

La reaparición concertística y discográfica de Ornette Coleman ha sido, sin ningún tipo de dudas, el gran acontecimiento del año. Su paso por nuestro país, iniciado este verano en Vitoria-Gasteiz y rematado el mes pasado en Barcelona, Madrid y La Coruña, se ha cosechado con críticas tan apasionadas como sobresalientes. Igualmente, su último disco, Sound Grammar, se desmarcaba en todas las clasificaciones al obtener, a comienzos de 2007, nada menos que el Premio Pulitzer de Música. Todo ello no hace sino recalcar la aureola de una leyenda que ha marcado el devenir del jazz en sus últimas cinco décadas, aunque el verdadero mérito para erigirse en personalidad jazzística del año descubra justas razones en el ámbito meramente artístico. Así, lo más sorprendente de este casi octogenario jazzista de ley es su compromiso con la creación urgente e inhóspita, emprendiendo contra todas las leyes de la edad caminos empedrados y escarpados.

Musicalmente, sus visitas nos llegaron arropadas por un tipo de formación afín al espíritu libre y vanguardista del patrón: tres contra- bajistas y un baterista. ¿Alguien habló de miedo? El alto saxofonista y multiinstrumentista parece reconocerse en aquellas palabras de otro de los grandes visionarios de toda la historia del género, Miles Davis, cuando apostillaba que había que tocar lo que antes no se había tocado. De inventar, vaya. Y es lo que el texano no ha parado de hacer desde que en 1960 homologara oficialmente el free jazz. El paso del tiempo puede haber restado vigor a su soplo, aunque sigue atesorando una energía y una espiritualidad prodigiosas.

Quizás por ello, en sus recientes recitales no han tenido espacio los "trallazos" sonoros de antaño, pero sí una poesía rítmica y melódica propias del genio que es. Su generosa agenda de conciertos y el majestuoso testimonio discográfico de Sound Grammar, publicado tras un largo tiempo sin pisar por los estudios de grabación, parecen haberle puesto de nuevo en la carretera, para dicha de todos. En cuanto al directo, otro saxofonista extraterrestre, Anthony Braxton, hizo historia este año al actuar en un único concierto en el San Juan Evangelista. El jazz vocal encumbró a Abbey Lincoln y su álbum Abbey sings Abbey como la gran reina de la canción, así como por estos lares al fin hemos saludado a la edición discográfica del Projecto Miño del contrabajista Baldo Martínez: el hecho creativo más importante de nuestro jazz en la última década.