Música

Sin sobresaltos musicales

27 diciembre, 2007 01:00

En la vida musical española 2007 no ha sucedido nada realmente nuevo o excitante en los últimos 12 meses. No obstante, el cotarro se ha animado un poco con el nombramiento de Juan Carlos Marset al frente de la dirección general de música y teatro. Hombre inquieto y de rápidas decisiones, se ha reunido con distintas facciones y estamentos, y ha abierto nuevos espacios de discusión; uno de los principales, sin duda, el relativo al nuevo rumbo que ha de tomar el Auditorio Nacional de Madrid, que se constituirá en un ente programador. La polémica está servida.

La música de nuestros días ha seguido siendo bien programada por el CDMC en el Centro Reina Sofía. Ahí, como en el Festival de Alicante, donde prosperan los encargos a veces impulsados por entidades culturales minoritarias, como la Residencia de Estudiantes de Madrid o la Caixa de Catalunya quienes arrostran ciertos riesgos, sólo ocasionalmente tomados por los, en general bien diseñados, festivales de Granada, Santander o San Sebastián. Al lado de ellos ha tomado especial significación en el campo de la música barroca el recién llegado Festival Via Stellae de Santiago.

El Palau de les Arts de Valencia logró, antes de la inundación, una espectacular producción de El oro del Rin y de La walkiria firmada por La fura dels Baus y Mehta. El Maestranza, por su parte, ha producido un buen, aunque al final fallido, Fidelio con Halffter/Plaza. En el Teatro Real, después de más de una frustración, se vio lo mejor con dos producciones de óperas del siglo XX: El viaje a Simorgh de José María Sánchez Verdú -López Cobos/Amat- y La violación de Lucrecia de Benjamin Britten -Goodwin/Daniele Abbado-. Boulevard Solitude de Henze en el Teatro del Gran Liceo -Pesko/Lhenhoff- y Tristán e Isolda de Wagner en el Campoamor de Oviedo -Valdés/Kirchner- fueron aventuras líricas estimables; como la centrada en la ópera L'Ottavia restituita de Domenico Scarlatti, en una inteligente propuesta de Florio/López. Una producción de la SECC, que, junto al Real, ha dedicado diversos actos al 250 aniversario de la muerte en nuestro país del músico napolitano, asimismo festejado en otras latitudes de nuestro territorio y, en sus diversas iniciativas, por la Fundación Caja Madrid, que ha continuado sosteniendo la Semana de Música de Cuenca y los importantes ciclos de lied y Liceo de Cámara.

El ubicuo director ruso Valery Gergiev volvió a pasearse por nuestro país y, entre otras cosas, realizó su discutible Tetralogía en el Pérez Galdós de Las Palmas, y actuó a lo largo de una semana, con conciertos y óperas, en el Teatro de San Lorenzo de El Escorial, una entidad cuya programación no acaba todavía de levantar cabeza. La sociedad privada que lo administra ha modificado muy poco sus alicortos criterios, ya esbozados en estas páginas hace un año.