Image: Miguel Poveda

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Música

Miguel Poveda

“Ganar la Lámpara Minera fue como si me echaran a los leones”

4 junio, 2010 02:00

Miguel Poveda. Foto: Sergio Enríquez-Nistal.

La música contemporánea, la canción española, el fado, el bolero, el flamenco, el tango, todo tiene cabida en la voz inconmensurable de Miguel Poveda, cabeza de cartel del Festival Suma Flamenca que comienza hoy en Madrid cargado de talentos emergentes.

En su quinta edición, desde hoy y haste el 2 de julio, Suma Flamenca se abre a las más variadas pautas que ofrece el flamenco en una dinámica donde los jóvenes artistas van tomando el relevo y se hacen oír con más claridad. "Suma Flamenca constituye un trampolín para las nuevas generaciones y una plataforma para dar cauce a sus propuestas", afirma Juan Verdú, director de un acontecimiento que adquiere con el tiempo mayor entidad. La estrategia de su programación no se sustenta en el anuncio de impresionantes estrenos o en la financiación de producciones cada vez más sofisticadas y de presupuestos impensables en tiempos de crisis, sino en resaltar la presencia de nombres fundamentales en el rico y diverso panorama actual, valorando, como factor determinante, la singularidad de los conciertos. Teniendo en cuenta los distintos niveles en los que hoy se manifiesta el flamenco, la clave radica también en saber combinar de una manera equilibrada las actuaciones, en cualquier caso gratificantes, de los maestros de la guitarra, el cante y el baile, como muestra de lo que pudiéramos llamar clasicismo, y las de las vanguardias. Y todo ello con el atractivo de los más rabiosos directos, en la mayoría de los casos sin tener que recurrir a los procedimientos de la artificiosidad teatral.

De esta manera se va a presentar Miguel Poveda (Barcelona, 1973) el 10 de junio en la Sala Roja de los Teatros del Canal, flanqueado por sus dos espléndidos y brillantes guitarristas de confianza, Juan Ramón Caro y Chicuelo, para hacer en la primera parte de su actuación un recorrido por los estilos mineros. "Es un gesto de gratitud hacia el Festival Internacional del Cante de las Minas, que cumple su cincuenta aniversario, y a un premio, La Lámpara Minera, que supuso mi nacimiento artístico y me motivó para dedicarme de lleno al flamenco". Por otro lado, Miguel se prepara para la gala que el día 12 de junio se celebra en el Auditorio Nacional con motivo de la clausura de la presidencia española en la Unión Europea.

De fados y cineastas
"Interpretaré con la cantante portuguesa Mariza Meu fado meu, que grabamos para la película de Carlos Saura, y después, ya en solitario, con la Orquesta Nacional, el bolero Vete de mí y A ciegas que canté para Los abrazos rotos, de Pedro Almodóvar". También está invitado a participar en la Bienal de Flamenco.

-Numerosos géneros se acumulan en el repertorio de Miguel Poveda. ¿Cuál es el territorio donde se siente más a gusto, la voz que reconoce más suya?
-La verdad es que me acerco a cualquier género desde mi condición de cantaor. Cuando interpreto un tango argentino, por ejemplo, en algún momento aparece mi formación flamenca. Entonces, no es que me sienta mejor o peor haciendo un género u otro, porque soy cantaor, y desde esa base me aproximo a otras músicas y la que más amo es el flamenco, que es también la más difícil.

-Y, dependiendo del género, cuál es la respuesta del público.
-Honestamente, el público responde con más calor, incluso con más pasión, si canto flamenco. Tiene un poder que no tienen otras músicas.

-Actuaciones incesantes, viajes continuos, discos, conciertos de la más variada especie -sobre todo de flamenco, claro-, una vida frenética en un cantaor que ocupa el primer puesto del escalafón, con éxitos memorables en los escenarios del mundo. Una de las últimas veces que nos encontramos fue en Nimes, Francia; regresaba de Moscú y se iba para México ¿Cómo le afecta esa hiperactividad?
-Es cuestión de habituarse. Desde que empecé he estado involucrado en infinidad de proyectos a la vez. Y a mí me gusta porque aprendo, porque estoy abierto a diferentes músicas y porque no me da tiempo de aburrirme, que es lo peor que le puede pasar a un artista. Es cierto que, a veces, resulta un poco agotador, pero creo que si amas tu profesión y la disfrutas y, sobre todo, si tienes la posibilidad de ilustrarte, de crecer y de equivocarte, pues ésa es una forma de estar vivo. Yo no me quiero sentir petrificado, ni en el arte ni en la vida.

Dimensión sureña
-Sube al escenario siempre con el mismo vigor. ¿Diría que es su hábitat natural?
-No siempre tengo las mismas ganas de cantar, pero sí le aseguro que, una vez arriba, se me olvida absolutamente todo y, sin que tenga ninguna connotación vanidosa, me siento artista y me entrego. Y entonces surgen todas las emociones: la soledad, a veces pudor, timidez, pero lo más importante es la conciencia de que tienes poder para comunicarte y la capacidad para exteriorizar todo lo que llevas dentro y vaciarte.

-Hijo de emigrantes, nacido en Badalona, fue nombrado el pasado 23 de mayo Hijo Adoptivo de la Provincia de Sevilla, lugar en el que vive hace siete años. ¿Cuál es la razón de haber establecido su residencia en la capital andaluza?
-En Sevilla he encontrado mi sitio. Percibo que todo lo que canto ahora, la forma de expresarme, el sentido de las letras, adquieren otra magnitud. Conocía Andalucía, pero no es lo mismo que notar su pulso, participar de esa energía sureña. He encontrado paz y tranquilidad, una forma de ver la vida y un ritmo muy distinto al resto del mundo.

-Está considerado un hombre con una especial sensibilidad, cortés y exquisito. ¿Es el resultado de un esfuerzo personal?
-Desde la perseverancia y el respeto a lo que haces el ser humano puede alcanzar muchas metas. El trabajo sobre mí mismo es importante. Cuando me otorgaron la Lámpara Minera, apenas con veinte años, ante tantas figuras importantes, me vi como si me echaran a pelear con los leones. Algunos me trataron bien, otros no. De eso también aprendí. Yo empecé a formarme solo en el flamenco, y desde la soledad he ido haciendo mi camino.

La música de los espejos

Suma acoge desde 2007 una serie de espectáculos poeticomusicales, donde la materia poética se transforma en música y ésta en palabra para volver a ser música en un continuo e ilimitado proce- so creativo. En estos tres años, las sesiones han hermanado a José Manuel Caballero Bonald y José Mercé; a Félix Grande y Paco del Pozo, a José María Velázquez-Gaztelu y Miguel Poveda, a Luis García Montero y Enrique Morente, y a Antonio Gala y Esperanza Fernández, entre otros. Este año las sesiones se celebrarán en el Complejo El Águila y se ha convocado a Benjamín Prado y Argentina (22 de junio), Clara Sánchez y Estrella Morente (23), Almudena Grandes y Valderrama (24), y Javier Villán y María Toledo (25).