Teatro

Apretado cóctel de estilos

Madrid en danza celebra su XV edición con cerca de 40 espectáculos

24 mayo, 2000 02:00

Unas 40 compañías, 39 espectáculos, 7 estrenos absolutos y más de 20 escenarios celebran este año el XV aniversario de Madrid en Danza. A partir de mañana, y hasta el 18 de junio, el Festival Internacional moverá el centro y la periferia de la capital, en una edición dedicada especialmente a Holanda y protagonizada por el coreógrafo Emio Greco. Con motivo de esta edición, EL CULTURAL repasa los principales espectáculos y hace un balance de la situación actual que vive la danza contemporánea en nuestro país.

Los orígenes de Madrid en Danza se remontan a 1986, cuando el Centro Cultural de la Villa programó por primera vez la Muestra de Danza Contemporánea. Entonces, la realidad cultural de la ciudad y el mundo del espectáculo eran muy diferentes. La danza contemporánea despegaba en Cataluña, impulsada por su proximidad a Francia y un programa estable de estudios en el Institut de Teatre.

En Madrid, Carmen Senra preparaba a una nueva generación de bailarines en su escuela y La Ribot y Blanca Calvo presentaban su compañía Bocanada. Además, a través del Festival de Otoño de Teatro, importantes nombres internacionales comenzaban a incluir a Madrid en sus giras. Con la eventual incorporación del Ministerio de Cultura, el añorado Teatro Olimpia -el mejor espacio para danza contemporánea de Madrid que ha existido- y la Comunidad de Madrid, el Festival Madrid en Danza comenzó a adquirir peso propio.

Asimismo, en 1992 fue posible la realización de los Espacios Insólitos, una oportunidad para llevar la danza a escenarios y espectadores no habituales, y en 1996, con la pretensión de buscar un público más amplio, el enfoque de la muestra tomó un nuevo rumbo, incluyendo otros estilos. Si bien el perfil vanguardista de las primeras ediciones se ha diluido, la programación actual no deja de tener un gran interés.

Entre las iniciativas más destacadas se incluye la colaboración excepcional del Fondo para las Artes Escénicas, el Instituto Neerlandés de Teatro y la Embajada Real de los Países Bajos, que han hecho posible una muestra de las últimas tendencias holandesas.

Holanda, protagonista

Compañías punteras como Emio Greco & PC o Leine & Roebana (que se presentan como grupo los días 9 y 10 de junio en el Centro Cultural de la Villa) forman un bello contraste con la delicada imaginería interdisciplinar de Cloud Chamber con su Circo Interior (días 8 y 9 en el Teatro de Madrid) o la nueva generación de creadores afincada en Holanda, la estadounidense Sara Wookey, el británico Randall Scott y Bruno Listopad, de Portugal. La colaboración con los Países Bajos incluye un proyecto de danza improvisada para 14 artistas que trabajan en Madrid y que, bajo la dirección de Katie Duck, constituye un instrumento para preparar el terreno a futuros creadores (estreno absoluto en la Pradillo los días 3 y 4). El Reino Unido también participa en esta edición con cuatro espectáculos. Javier de Frutos, transgresor de imágenes impactantes, presenta sus últimos trabajos (31 de mayo y 1 de junio en el Círculo de Bellas Artes) y Nigel Charnock estrena Fiebre, con música de Michael Riesser (días 6 y 7). Del mismo modo, el programa 3UK ofrece estrenos de Fin Walker, M. E. Parker y Akram Khan, tres coreógrafos que se perfilan entre los más interesantes de la nueva generación, además de la compañía Ricochet, que presenta solos en los que se incluye una de las últimas creaciones de La Ribot y Cut, de Maliphant (8 y 9 en el Círculo de Bellas Artes).

De Francia llegan dos compañías fundamentales para entender la danza contemporánea gala. Maguy Marin regresa con dos espectáculos, uno de ellos el emblemático May B (3 de junio en el Coliseo de Carlos III de El Escorial), todo un clásico en la trayectoria de esta coreógrafa, y L’ Esquisse, otra de las referencias clave de la danza francesa, que ofrece Depeche Toi y Fureurs, de Joëlle Bouvier (9 de junio en el Instituto Francés). Y es que Madrid en Danza sigue siendo un punto de mira para las compañías, especialmente para las españolas. La danza sensual del coreógrafo vasco Damián Muñoz se podrá ver en el Instituto Francés (31 de mayo y 1 de junio) con su última creación, Asiré. La coreógrafa catalana María Rovira, cuyo lenguaje enérgico y vital dotan al espectáculo de una gran presencia escénica, participa con Mandala, y Lanónima Imperial con su última creación, Litúrgi de Somni i Foc. Destreza coreográfica y humor teatral privilegian la puesta en escena de Mar Gómez, que presenta Hay un pícaro en el corral.

Para las compañías locales el certamen se mantiene como marco de prestigio. El estreno mundial de Tánger, obra en la que la coreógrafa Teresa Nieto se deja inspirar por sus raíces mediterráneas, se presenta en la capital (13 y 14 de junio en el Albéniz).

Asimismo, Provisional Danza estrenará gran formato en el Teatro de Madrid (27 y 28 de mayo): El tiempo de un instante. Se trata de un ambicioso proyecto de la compañía dirigida por Carmen Werner, una de las referencias esenciales de la danza contemporánea madrileña. Juan de Torres, director de Larumbe Danza, presentará Puzzle, mientras que en el Teatro Pradillo (desde el 14 hasta el 16) el espectáculo A pedir de boca reunirá a coreógrafos y público alrededor de una mesa.

El flamenco no cae en el olvido, y artistas como Antonio Canales (con su polémica Cenicienta), Juan de Juan, Rafael Campallo, El Torombo y Andrés Marón tendrán su espacio en las tablas. Teresa Nieto colabora también con Arrieritos, que presenta Todos los gatos son pardos. Esta compañía actuará el 5 de junio en Espacios Insólitos, al igual que 10&10 (que estrena Libiamo) y Corpo. com (Evocación).

Una dura realidad

A pesar de este ambiente único y memorable, la dura realidad de las compañías de danza contemporánea dista mucho de la visión eufórica que ofrecen los festivales. En España se baila mucho y muy bien, lo cual no significa bailar en buenas condiciones. La diferencia entre la calidad de lo que se ve en los escenarios y la calidad de vida de los artistas es determinante. La falta de estabilidad impide que muchas compañías superen los 12 miembros y muy pocas llegan a las 40 representaciones de un mismo espectáculo. En la pasada temporada se estrenaron un total de 248 montajes de danza de todo tipo. De ellos,153 fueron en Madrid (45 de danza contemporánea y danza-teatro), 46 en Cataluña, 22 en Andalucía y 9 en Valencia. En nuestro país la danza contemporánea tiene apenas 30 años, pero en este período ha habido un crecimiento espectacular tanto en el número de compañías y coreógrafos (en torno a 100) como en la calidad de creadores e intérpretes, que han sellado la diversidad artística con una amplio abanico de estilos, desde la danza-teatro hasta las últimas tendencias, el "performance" o las artes visuales. Según datos facilitados por la Asociación de Profesionales de la Danza de la Comunidad de Madrid, la capital encabeza el número de coreógrafos (con cerca de 60) y compañías (hasta 22). Le sigue Cataluña (con un treintena larga entre ambos), Valencia, País Vasco, Andalucía e Islas Canarias.

Entre las compañías más asentadas se pueden incluir nombres como Gelabert-Azzopardi, Metros, Lanónima Imperial, Mudances, Mal Pelo y Nats Nus en Barcelona, 10 & 10 y Provisional Danza en Madrid o Vicente Sáez en Valencia que, a base de constancia, han forjado una relativa estabilidad y, como ocurre con frecuencia, gozan de una programación más intensa fuera de nuestras fronteras que en casa. De hecho, la danza contemporánea española, con su atrevida personalidad y su arroje corporal, atrae con mayor facilidad a los programadores internacionales.

Falta de circuitos

La relativa estabilidad de los artistas puede resultar efímera, tal y como demuestra la reciente desaparición de Danat Dansa en Barcelona, debido a la falta de circuitos de exhibición. Existe una generación intermedia donde las compañías se forman y se deshacen según el proyecto y el presupuesto, y una nueva tanda de jóvenes que buscan una salida en un entorno con grandes dificultades para darse a conocer. Mamen Giménez, presidenta de la Federación Española de Asociaciones de Profesionales de la Danza, señala que hay "una generación perdida de gente que siempre tiene que bailar con otras compañías, porque si no gana un premio no recibe subvención".
Aunque Cataluña siempre ha aparecido como el núcleo de la danza contemporánea española, durante los últimos diez años la geografía coreográfica del país se ha modificado sustancialmente. A pesar de la carencia de infraestructuras estables, en Madrid se ha forjado un importante abanico de interesantes propuestas y Valencia alberga un potente grupo de creadores y un completo centro coreográfico. Además, en los últimos años, el número creciente de compañías muestran que el País Vasco, Andalucía y las Islas Canarias despuntan como núcleos de creación. En este sentido, las salas alternativas desempeñan un papel importante por asumir una programación de riesgo. En gran medida, la supervivencia de la nueva danza española se debe a ellas, a pesar de sus condiciones económicas.

Existen actualmente iniciativas muy importantes como las asociaciones independientes La Porta, La Caldera en Barcelona, La UVi-La Inesperada, o el Certamen Coreográfico de Madrid; ciclos como Desviaciones en la Sala Cuarta Pared, la temporada de Danza en diciembre del Teatro Pradillo, En Pé de Pedra de la Sala Galán en Santiago de Compostela o el Mes de Danza en Sevilla.

Además, se realizan festivales como el que tratamos de Madrid en Danza, La Alternativa, el Festival de Otoño, Dansa València, Maiatza Dantzan en San Sebastián y, en Barcelona, el Festival Grec con sus Dies de Dansa, el festival de Sitges y L’Espai con su ciclo Endansa. Destaca, asimismo, la oferta regular del Teatro Madrid y el Teatro Central. Todo ello no llegan a cubrir, sin embargo, las necesidades de la profesión. Por otra parte, el público ha empezado a perder el miedo a lo nuevo para entablar una relación más cordial y atrevida. Según la directora de L’Espai de Cataluña, Marta García, en las últimas temporadas ha habido un "aumento considerable". Las cifras de asistencia a sus espectáculos lo dicen todo por sí mismas: en la temporada 98/99 asistieron 7.454 espectadores frente a los 9.857 de ésta aún sin concluir.

El público más joven

Un apartado importante, empero, son las creaciones para toda la familia, que proyectan la danza hacia el público más joven. Compañías como Aracaladanza, Contratiempo, las veteranas Ananda Dansa, Roseland Musical y Nats Nus (con Caixes) son algunos de los proyectos más destacables. Pero, ¿hemos avanzado mucho en estos años? Los bailarines están mejor preparados que nunca. Sin embargo, la supervivencia de las compañías se debe más a iniciativas individuales y colaboraciones que a un movimiento colectivo. "En Cataluña -señala Marta García- el hecho de que el Teatre Nacional esté produciendo danza significa una bomba de oxígeno, pero las circunstancias no crecen al mismo ritmo que la danza y produce una sensación de estancamiento".