Teatro

La isla de la utopía

La compañÍa LavÌ e Bel presenta “Cabaret caracol”

5 julio, 2000 02:00

La compañía granadina Lavì e Bel presenta mañana, en la sala Cuarta Pared de Madrid, su último montaje, Cabaret Caracol, un espectáculo protagonizado por seis actores y tres músicos que mezcla tradición y vanguardia para reconstruir la historia del famoso café-teatro madrileño asediado por el ejército rebelde de Franco.

Madrid, 1936. El antiguo teatro Varietés Tetuán se convierte en el Cabaret Caracol, un punto de referencia para los artistas y noctámbulos de la ciudad donde se mezcla el cuplé, el circo, el cabaret parisino y berlinés y las tendencias vanguardistas. Como el resto de salas madrileñas, se llena cada día, pero la guerra arrecia y los artistas van cayendo poco a poco a poco. En 1939 sólo quedan seis actores y tres músicos, pero el espectáculo permanece intacto, con la idea de seguir hasta el final. Como en el Titanic, "el show tiene que continuar" y, poco antes de que el local se "hunda" por un bombardeo, un documentalista graba el espectáculo y entrevista a todos los asistentes. De esta filmación original rodada por Noel Mendoza surge Cabaret Caracol, el montaje teatral creado por la compañía granadina Lavì e Bel que, tras su estreno en el mes de abril en el Teatro Alhambra, se presenta mañana en la Cuarta Pared, de Madrid.

Teatro de película

La película fue encontrada por el director de la compañía, Emilio Goyanes, durante la Muestra de Teatro Español Contemporáneo 89 en la ciudad polaca de Gdansk. "El hijo de un antiguo funcionario de correos que había venido a ver una de nuestras funciones nos la entregó", cuenta el director. "Era una filmación de 15 minutos en muy mal estado, había permanecido oculta en el sótano de su casa desde 1939 y nos pareció que estábamos ante una curiosa mezcla de tradición y vanguardia, digna de ser llevada al escenario", añade.

Desde entonces Lavì e Bel -cuya trayectoria profesional está jalonada desde 1992 por diversos premios y obras como A moco tendido, Paradisi, La luna, Marco Polo, Hotel Calamidad, Amador Buenaventura en la otra vida- ha investigado y reunido toda la información posible para reconstruir la historia, contando incluso con el testimonio de uno de los integrantes del local, Ulises Corona, que completó los huecos que faltaban para recrear todo lo que fue y lo que pudo haber sido. Como un viaje en el tiempo, "se trataba de convertir esos ‘silencios’ provocados por el deterioro de la cinta en el nexo entre el presente y el de aquellos artistas que trabajaban en medio de los bombardeos", explica Goyanes.

El resultado es un espectáculo con seis actores y tres músicos en directo que recrean fragmentos de lo que ocurrió en la sala madrileña colectivizada por la CNT. "Se habla de la guerra a partir de un montaje de variedades divertido y lleno de lirismo -comenta el director- en el que no faltan las ideas de vanguardia".

Ideología libertaria

Todo cabe en en esta concha de caracol: la Troupe Corona ofrece su kermesse de amor libre, la bailarina constructivista Salomé de la Peña nos hace viajar hasta Samarkanda y el Gordo Burman se sube a su barco "Revolución" para navegar hacia los mares del sur, con la tripulación de coristas más sensuales y descaradas de la República.

Pero Cabaret Caracol es también la historia de personas que vivieron en situaciones límite. "Lo que más me impresiona es que sobrevivían y se preocupaban de desarrollar su arte de forma permanente, sin que nada ni nadie les detuviese y con esa ingenuidad consciente que hay detrás de la ideología libertaria", añade.
De ahí que la escenografía evoque un barco, un caracol gigante en busca de esa isla de la utopía, "la esperanza de seguir vivos y de sentir que lo estamos", como expresaba en la filmación Ulises Corona.

"La situación ha cambiado, pero si ellos estaban amenazados por el peligro físico, nosotros lo estamos por el peligro mental, por esa oleada de cosas que tienden a deshumanizarnos y a robarnos lo esencial, la capacidad de sentir, de vivir y ver la belleza de las cosas aun en circunstancias adversas", concluye el director de la compañía Lavì e Bel, ese nombre que rezuma optimismo: "La vida es bella".