Image: Un asalto a la realidad

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Teatro

Un asalto a la realidad

Koltès, en el Canto de la Cabra de Madrid

26 julio, 2000 02:00

Bernard-Marie Koltès

Del 2 al 27 de agosto, la compañía Ciudad Interior presenta en El Canto de la Cabra "De noche, justo antes de los bosques", una de las obras emblemáticas del dramaturgo francés Bernard-María Koltès. Luis Merchán dirige a Pedro Rebollo en este monólogo sin concesiones sentimentales sobre la rebeldía de un inmigrante.

A pesar de no ser una autor muy popular en nuestro país, Bernard-Marie Koltés, autor de una breve pero impecable carrera teatral, está considerado como uno de los dramaturgos más importantes de este siglo. La admiración que despiertan sus textos en otros países contrasta con el escaso conocimiento de su obra en el nuestro, aunque el Centro Dramático Nacional sí ha contribuido a su difusión: Miguel Narros dirigió en 1990 Combate de negros y de perros y, dos años después, Pedro Mari Sánchez protagonizó De noche, justo antes de los bosques. éste último, uno de sus textos más emblemáticos, es el que ahora retoma la compañía zaragozana Ciudad Interior para ofrecernos una dosis de teatro directo y sin concesiones.

"éste es un autor complejo y llevar a escena una obra suya es más que un reto. Es fascinante por la tortura y el deleite que producen sus palabras que, en definitiva, nos recuerdan que estamos vivos", asegura Luis Merchán, director de la compañía, cuya trayectoria se ha caracterizado por elegir textos vigentes y comprometidos, en su mayoría firmados por Heiner Möller. Una ausencia de luz, que podría ser la noche o la falta de esperanza, envuelven el escenario, una calle solitaria de cualquier ciudad del mundo. El protagonista la asalta y aborda a un paseante sin identidad, que puede ser nadie o todos.

Monólogo a la fuerza

Así arranca esta obra, justo cuando se produce la rebelión del protagonista al que la ausencia de respuesta le lleva a convertir su discurso en monólogo. El actor Pedro Rebollo se mete en la piel de un magrebí en un país extranjero que por fin decide no callar más, no ceder para que nadie le diga lo que tiene que hacer. "No hemos pretendido mostrar una víctima -explica Merchán-, ya que el personaje puede dar miedo, cuando habla de muerte, lucha, rebelión, y también puede conmover. Sobre todo es un hombre entero que tiene cosas que decir".

Racismo, xenofobia, homosexualidad... éstos son algunos de los temas que sobrevuelan la obra, sobre los que autor primero y ahora director inciden, aunque ésto no convierte el montaje en un "teatro de denuncia", que trate exclusivamente esos aspectos, sino en un espejo que triplica la visión de la realidad. Por eso, Merchán insiste en la vigencia de esta obra -escrita en la década de los setenta- y en no recibirla como una obra más "sobre" el racismo o el problema de la inmigración, sino como un montaje abierto. De ahí que el protagonista aparezca de entre el patio de butacas, y que a él se dirija rompiendo la cuarta pared -una tarea que resulta más fácil de conseguir en la sala al aire libre donde se representa-. Apertura y comunicación entre proscenio y platea. A ello contribuye la escenografía desnuda y austera que viene a resaltar la crudeza del texto. Pero eso sí, De noche, justo antes de los bosques, no es plato de buen gusto para las mentes esperanzadas. "La obra está desprovista de todo sentimentalismo, como realmente suceden las cosas en la vida real", dice Pedro Rebollo, para quien meterse en la piel del protagonista ha sido uno de los mayores retos de su carrera.

Sin sentimentalismos

A pesar de su final desesperanzador, Merchán subraya cierta ternura y continuidad más allá del montaje: "Esto no es una comedia, no se acaba con los aplausos". A medio camino entre El Extranjero, de Albert Camus, y el sentido caústico que impregna los textos de Heiner Möller, De noche... es tan cruda y tierna como la realidad misma. Sincero, directo y, sobre todo, actual, la obra rehúye los dogmatismos y los alegatos. La compañía aragonesa Ciudad Interior se apunta así otro tanto con la reposición de este título que estrenó en Zaragoza hace tres años.
Seguramente los que frecuenten la sala El Canto de la Cabra de Madrid mientras permanezca la obra en cartel no podrán olvidar el nombre de Bernard-Marie Koltès. O por lo menos no olvidarán que durante más de una hora asistieron a la rebelión de un hombre que a todos resultará familiar.

Bernard-Marie Koltès fue calificado por Heiner Möller como el Shakespeare de nuestro siglo. Además de las citadas De noche, justo antes de los bosques (1977), y Combate de negro y perros (1983), escribió Muelle Oeste (1986), y En la soledad de los campos de algodón (1987), entre otras. Comenzó su carrera teatral en 1971, cuando ingresó en la escuela de teatro de Estrasburgo. Koltès, que visitó un teatro por primera vez a los 22 años, dirigió De noche,.... el día de su estreno en el Festival de Avignon, en 1977. El ministro de Cultura francés Jack Lang se refirió a este autor como "una voz sin igual".