Teatro

Laila Ripoll estrena "Atra Bilis"

Risas de velatorio

21 febrero, 2001 01:00

Con mala saña y mucho humor negro la compañía Micomicón resucita el teatro fantástico y de terror para hacerse presente con Atra Bilis, a partir del viernes en la sala Cuarta Pared. Tras el éxito de La ciudad sitiada y Unos cuantos Piquetitos, Laila Ripoll, autora, directora y actriz, vuelve a firmar un texto que la sitúa entre las dramaturgas con mayor presencia en la escena española.

Comala se puede localizar antes sobre el escenario de la sala Cuarta Pared que en la geografía callada de un mapa del mundo. Ahí ha situado Laila Ripoll un lugar tan mágico e irreal como el páramo de Rulfo y tan reconocible como el de los pueblos españoles habitados por los abuelos de quienes hoy escriben teatro en nuestro país o crean negocios millonarios en internet. Por ese territorio fantástico transita Atra Bilis, la cuarta obra de Laila Ripoll. "El texto -comenta la autora- bebe mucho del realismo mágico. Refleja las dos Españas y se sitúa en un lugar que tiene bastante de mítico a pesar de tener nombre concreto y reconocer en él muchas aldeas de nuestro país".

La directora y actriz de la compañía Micomicón -creada hace nueve años- vuelve a la escritura tras La ciudad sitiada -sorprendente montaje estrenado hace dos años-, El árbol de la esperanza -que se prepara actualmente en Portugal- y Unos cuantos piquetitos (estrenada apenas hace un mes).

En Atra Bilis la autora cambia el verso y la gorguera de los textos clásicos en los que se ha curtido por el proverbio rural y la toquilla negra en este montaje sobre la vejez y el olvido de las mujeres en una España rural donde la muerte y el aislamiento rondan la vida de algunas de nuestras abuelas. Y en el origen está, cómo no, la propia experiencia. Porque Ripoll tiene una abuela y su abuela posee eso que tienen todas las abuelas: memoria e historias. "Estas mujeres tienen un imaginario muy interesante aunque su vida, en muchos casos, gira en atmósferas represivas llenas de muerte".

Cuatro ancianas - interpretadas por los actores Mariano Llorente, Yiyo Alonso, José Luis Patiño y Juan Alberto López- en un velatorio; un ataúd junto a unos cirios y una vieja gagá son suficientes para desencadenar una cascada de situaciones salpicadas de odios callados y rencores. Y la bilis, la atra bilis, empieza a supurar. "Se provocan historias disparatadas aunque en el fondo se trata de una historia de soledad terrible en la que hemos querido jugar mucho con el terror". Del ámbito de la muerte y del terror se pasa al del surrealismo y a la risa con la misma facilidad con la que vivos y muertos transitan por la escena. Y es que esta obra recoge un humor que en España y con maestros como Valle-Inclán sólo puede tener un color, el negro, y un matiz, el patético.

Realismo mágico

Si hay algo que recorre todo el montaje -"sin pretensión de denuncia ni moraleja"- es una clara deuda al realismo mágico y un homenaje literario a los maestros de Ripoll. "Este es un texto no realista en el que pretendemos indagar en el teatro fantástico y de terror, del que se ven poquísimos montajes porque tenemos una tradición literaria fantástica más pobre".

La obra, escrita hace un año y que lleva por subtítulo "Cuando estemos más tranquilas...", recoge el fruto caído del imaginario de autores como Poe, Borges o Rulfo, a quien tanto debe Ripoll. De Borges hereda la autora el juego con el tiempo, que ha intentado trasladar a este texto, y de Rulfo la tristeza y la soledad que planea sobre toda Atra Bilis. "Los autores que más me han influido en esta obra son Valle-Inclán, Lorca y Arrabal. El noventa por ciento de la temática gallega de Valle está contenido aquí y mi teatro le debe mucho. Pero sobre todo Lorca y su Casa de Bernarda Alba son influencias ineludibles en Atra Bilis. Toda la tragedia rural, y la situación de las mujeres oprimidas en el pueblo son heredadas del drama lorquiano".

Fernando Arrabal también ha marcado la lectura y posterior creación de Ripoll "por su humor y su influencia clásica". Hasta Bergman cuela desde El séptimo sello su partida con la muerte. Aunque aquí no se juegue al ajedrez, sino al parchís. "Son homenajes que te van saliendo cuando estás escribiendo, porque de eso me he alimentado", confiesa la autora, quien no se ha olvidado ni siquiera de la terrorífica Bette Davis de ¿Qué fue da Baby Jane?

Manrique, el romancero, Bécquer, Lope y Calderón son otros nombres presentes en este texto aunque en menor medida que en las anteriores obras de Ripoll. Y es que con Atra Bilis, la actriz y directora comienza una nueva etapa creativa que pone punto y aparte al "ciclo de aprendizaje" que comenzó con La ciudad sitiada y en el que se situaba Unos cuantos piquetitos. "Dejo el monólogo, que es lo que dominaba, para adentrarme en una obra dialogada. Atra Bilis me ha permitido crear un lenguaje mas poderoso y más rico".

Un cambio importante si tenemos en cuenta que Micomicón se ha dado a conocer sobre todo por su renovador trabajo con los clásicos, como demostraron el año pasado en Los caballeros de Absalón, de Calderón, o en Mudarra y El acero de Madrid, de Lope. "Los clásicos necesitan que alguien los quiera y que los representen sin tantas reverencias. Además, nosotros nos estamos quitando esa etiqueta de elenco especializado".

En lo que sí están especializados es en el compromiso con el teatro latinoamericano. Allí se han dejado giras, experiencias y hasta uno de sus componentes y han obtenido una visión de la vida y del teatro que ha marcado su trayectoria. "Estuvimos con El retablo de Eldorado, de Sinisterra, y participando en unos talleres. La experiencia nos marcó tanto que cuando regresamos nos planteamos si tenía sentido seguir haciendo teatro".

De esa experiencia surgió La ciudad sitiada, primer texto de Ripoll y primer montaje generado por la compañía de principio a fin. Así se suman a una restringida lista de compañías en Madrid como Noviembre, La Carnicería o Meridional que se han consolidado en el panorama teatral y que generan sus propios textos "con resultados diferentes, pero que demuestra que algo está cambiando en el teatro actual para mejorarlo".