Partitura de la melancolía

El director Jorge Eines regresa a la escena con uno de los primeros y esperados estrenos del Festival de Otoño. La música -sala Ensayo 100- es un montaje intimista y de pequeño formato sobre el peso de la melancolía. Natalia Millán y Jesús Noguero protagonizan esta obra de marcado carácter cinematográfico que también explora la relación de pareja.

"Algunos adquirimos el hábito de la melancolía", escribe Marguerite Donnadieu, Marguerite Duras, por boca de Michel Nollet, el otro protagonista de La música, el personaje que va aprendiendo el valor del azar a lo largo de toda la obra. De la melancolía, del azar, del pasado irreconciliable, de los interrogantes no resueltos y del dolor por la ruptura de la pareja habla La música, un hermoso texto de la Duras escrito en 1966 que derivó en una obra teatral y en una película dirigida por la escritora junto a Paul Seban. Por azar, un psicoanalista francés le dio a conocer la obra de la autora en 1983. Tres años más tarde, Eines se divorció de su primera mujer. La música se convirtió en ese momento en el texto que mejor reflejaba un tema del que el director quería hablar: la separación de la pareja. "No me gusta que me cuenten algo sin que yo lo haya vivido -dice Eines-. Además la escritura de Duras es muy clarividente, no rezuma el feminismo de Simone de Beauvoir. Eso no quita que no sea crítica. De hecho, la postura de la mujer ante la pareja tiene mucho peso en este texto". La versión de este montaje que firma el propio Eines es una compleja labor integradora de La música, La música deuxième, El amante, Hiroshima, mon amour y varias entrevistas. En el hall de un hotel, un hombre y una mujer que acaban de divorciarse se reencuentran. A partir de ahí y con la música de El vientre del arquitecto de Wim Mertens siempre presente, la obra evoluciona para plantear lo que realmente es el verdadero tema del montaje.

La reescritura del pasado

La pregunta que Eines se plantea es: "¿Por qué la gente cuando se separa cree que lo que el otro hace es para herirle, cuando realmente sólo está intentando seguir viviendo?" El texto de Duras lo cuestiona de una manera "insólita, sencilla e inteligente". Con un pasado por contar y un presente sujeto a ese pasado impredecible - "porque uno lo va reescribiendo día a día"-, los personajes de La música se van perfilando. Y resulta inevitable no sentirse identificado con sus comportamientos. Natalia Millán -que ha estudiado con Eines y trabajado bajo las órdenes de Marsillach en tres montajes- interpreta a Anne-Marie Roche. "Ella no se ama a sí misma. Está muy marcada por la melancolía y la contradicción, aunque es una mujer muy lúcida", dice el director. Jesús Noguero, que afronta su cuarto trabajo con Eines, da vida a Michel Nollet:"A lo largo de la obra su personaje va aprendiendo de Anne-Marie". La melancólica partitura que Mertens compuso para la película de Peter Greenaway es fundamental en el montaje. "Las cosas regresan de forma sensorial a través de sonidos, olores, sabores... Esto es muy importante en el montaje". La melancolía confiere a la puesta en escena de la obra un marcado carácter cinematográfico, "porque asocio la melancolía al cine", dice Eines. "Con este montaje reescribo algo de mi propia vida y lo incorporo a la obra. Pongo cosas en juego, descubro mi atrevimiento". El director también ha acabado descubriendo un universo común con la escritora francesa. "Somos militantes de la palabra, que es esencial y tenemos una ética común a la hora de elegir ciertas cosas".