Image: Alberti y el cometa Halley

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Teatro

Alberti y el cometa Halley

Ernesto Caballero abre el Centenario teatral del poeta en Madrid

25 septiembre, 2003 02:00

Chete Lera, Maruchi León y Cristina Pons son algunos de los intérpretes de la obra

El 25 de septiembre se estrena en el Centro Cultural de la Villa de Madrid He visto dos veces el cometa Halley, espectáculo poético sobre la figura y obra de Alberti. Ideado y dirigido por Ernesto Caballero, cuenta con los actores Maruchi León, Chete Lera y Lidia Otón, entre otros. El montaje ha sido producido por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales y tras Madrid iniciará una gira por España.

Alberti vio dos veces al cometa Halley y Ernesto Caballero ha aprovechado esa conjunción astral y poética para entrar en la literatura y en la vida del poeta y hacer de ella una obra de teatro. No sé si el teatro de Alberti ha sido representado con la eficacia y la perfección que se merece; pero lo incuestionable es que este "abordaje" de Caballero sobre figura tan compleja y poesía tan plural puede ser un objeto, o un sujeto si se quiere, de primera magnitud. Por convicción, fatalismo o justicia poética, algunas cosas Rafael Alberti tenía que hacerlas dos veces; era un tonto y lo que vio en la vida le hizo dos tontos. Vio una vez al comete Halley y tuvo que verlo otra sin que sepamos de verdad si ello fue una metáfora de la longevidad, del rapto lírico de un visionario o una revelación pascaliana sobre el silencio de las esferas siderales.

Beligerante y fecundo
Ahora, de la mano de Ernesto Caballero puede que Rafael Alberti vea el mítico cometa por tercera vez. O que, acaso, lo veamos nosotros en una dimensión iniciática y reveladora. Caballero es uno de nuestros hombres de teatro más beligerantes y fecundos. Lo que está haciendo con Rafael Alberti ya lo hizo con Bertold Brecht y el resultado fue lo bastante satisfactorio como para repetir aventura con un poeta menos dialéctico que Brecht, menos científico en el sentido marxista del término, más partícipe y actor de los principales hechos españoles y universales del siglo XX. Ernesto Caballero es un dramaturgo, o sea, un hombre de teatro amplio y totalizador, que va más allá del significado estricto y tradicional de la palabra: la autoría. Ernesto Caballero es un dramaturgo en el sentido alemán, hombre de teatro que reconvierte y manipula textos y hace de la letra muerta de la Literatura gesto y lenguaje escénico. Profundamente incardinado en su tiempo y en la historia colectiva que le rodea y nutre, Caballero, con textos propios o ajenos, con materiales específica o potencialmente dramáticos, muestra siempre su fuerza creadora.

Agudo y crítico
Cuando Caballero se proyecta sobre una escenario en su totalidad de dramaturgo -autor, director, adaptador, creador de un lenguaje en suma- nunca deja indiferente. Puede ser la especulación inmobiliaria (Tierra de por medio), la historia colonial e imperial de España (Santiago de Cuba y cierra España), la militarización del espíritu (Retén) o las miserias cotidianas de una sociedad enferma (Auto); puede ser lo que sea, aunque siempre hay una mirada aguda y crítica sobre un paisaje moral y social de ruínas y escombros, apuntalado por precarias firmezas. Caballero siente una inmesa piedad por el ser humano, pero escasa compasión por las fuerzas ocultas o explícitas que lo trastornan y maltratan. Ahora su mirada sobrevuela el mundo albertiano y es de creer que, en esa dialéctica de rumbos y derrotas, la deriva de un "marinero en tierra" se nos muestre como una revelación; el Alberti lírico, el político, el rojo, el señorito andaluz, el exiliado. Caballero suele acertar en estos desafíos y se ha hecho imprescindible en la escena de este país. Sobre todo para los autores españoles, pues Caballero, como director, es quien más atención y generosidad presta a sus colegas y contemporáneos.