Image: Brutalidad ibérica

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Teatro

Brutalidad ibérica

Bigas Luna cierra el 30 de septiembre la Bienal de Valencia con las Comedias Bárbaras

25 septiembre, 2003 02:00

Un ensayo de la obra en la que participan 90 actores, caballos y perros

Sexo, exceso y muerte. El cineasta Bigas Luna hace propio el universo valleinclanesco en esta macroproducción de las Comedias Bárbaras que reunirá en La nave de Sagunto a Juan Luis Galiardo, el escultor Miquel Navarro y el modisto Francisc Montesinos.

Dos artistas unidos por el mismo espíritu vanguardista y unas obsesiones similares que desembocan en un "brutalismo ibérico". Tres cuartos de siglo separan a Valle-Inclán de Bigas Luna y, sin embargo, ambos comparten la misma voluntad de estilización artística recogida en dos trilogías muy distintas, las Comedias Bárbaras del autor gallego, y la Trilogía Ibérica de Bigas Luna formada por Jamón, jamón, Huevos de oro y La teta y la luna. Ahora, estos dos universos en los que confluyen pasiones, ambientes sórdidos y tragedias aparecen conjugados en un ambicioso proyecto -ha costado 2.404.048 euros)- que clausurará el próximo 30 de septiembre la Bienal de Valencia.

Lobos en escena
Un espacio escénico de 8.000 metros cuadrados, 90 actores, enormes campanas, caballos, perros lobo, montones de huesos y varios minutos de película rodados en las brumosas tierras gallegas son algunos de los números de este montaje. Pablo Ley ha sido el encargado de adaptar Cara de Plata, águila de blasón y Romance de lobos, reduciendo su duración escénica de siete horas a dos escasas.

Valle-Inclán escribió el ciclo de las Comedias bárbaras entre 1907 y 1922. Las tres piezas se desarrollan en el ambiente rural gallego que el escritor ya había trazado en obras como Flor de Santidad, pero que aquí aparece arrastrando toda su miseria. Por él se mueven personajes brutales y extraños articulados por un lenguaje fuerte y casi agrio, aunque sin perder su musicalidad.

Las Comedias bárbaras recogen el pensamiento político y social de su autor, quien reconoció que "en las Comedias hay mucho de lo que yo hubiese querido hacer". En ellas fragmentó su ideario entre personajes como Cara de Plata, su alter ego literario a través del cual cumple su deseo de alzar una partida y echarse al monte, o don Juan Manuel de Montenegro, un "hidalgo mujeriego y despótico, hospitalario y violento", tras el que se escondían los valores sociales de Valle. Ese mundo valleinclanesco va a hacer su aparición en este ambicioso montaje que como asegura Juan Luis Galiardo, uno de sus protagonistas, "puede enfurecer a los puristas", pero que tiene la valía de romper las fronteras artificiales que separan teatro de escultura, cine o pintura. El espíritu multidisciplinar de Luna ha calado en esta propuesta escénica, donde se conjuga el trabajo escultórico de Miquel Navarro con el diseño de vestuario de Francis Montesinos y la música -en directo y grabada- de Miguel Marín. El cineasta ha rodado en Galicia varios cortometrajes que serán determinantes para situar al espectador en ese ambiente rural celtíbero.

Galiardo, macho ibérico
Sexo, exceso y muerte. Sin olvidar el humor. Esta relectura de las Comedias es, en palabras de su director, una apología de la destrucción del macho ibérico. Grotesca y negra, la obra cuenta con Juan Luis Galiardo en el papel del caballero Don Manuel. "Este personaje encarna al macho ibérico multiplicado por mil. Vive a través de la fuerza de su pene", dice Galiardo, que asegura que esta producción "busca los rasgos bárbaros de la sociedad". ¿Y cómo se consigue reducir la trilogía a un tercio de su duración sin perder su esencia? Galiardo cree que la respuesta es "siendo fiel al espíritu del autor -asegura-. él no escribió las Comedias para que fueran representadas, sino como un acto de rebeldía". No es la primera vez que se representan las tres obras juntas. Calixto Bieito y José Carlos Plaza (1991) se han enfrentado al reto que suponen las siete horas de representación de este mundo complejo y oscuro. En Francia, Jorge Lavelli subió las Comedias al escenario del Théatre Nacional de la Colline en 1991.