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Sitges Teatre Internacional, experimentos y rarezas
Punto y final a la etapa dirigida por Magda Puyo
27 mayo, 2004 02:00White cabin, por la compañía rusa Akhe
EL 28 de mayo comienza el Sitges Teatre Internacional, que este año pone punto y final a la etapa dirigida por Magda Puyo. A partir de ahora se abre un periodo de reflexión sobre qué línea seguir. De momento, esta edición la integran 25 espectáculos que apuestan por el mestizaje y la creación actual.
"Si algo define esta nueva edición del Sitges Teatre Internacional es su compromiso con la actualidad, tanto con la más íntima, la que explica lo que nos está ocurriendo a cada uno de nosotros en este principio de siglo XXI, como la que marcan los titulares de los periódicos", explica. Y, por si alguien lo duda, pone ejemplos contundentes: de guerra, de violencia, ya sea en Bagdad, ya en los Balcanes, hablan La dona com a camp de batalla -de Matéi Visniec con dirección de Pep Pla- o Morir a Bagdad, de Josep Rodri; y de inmigración y pateras, Les portes del cel, de Josep Pere Peyró, o Y los peces salieron a combatir contra los hombres, con texto y dirección de Angelica Liddell. En cambio, a las expectativas íntimas no satisfechas, al suicidio como única vía de salida para la angustia cotidiana, cantan las Canciones dedicadas de Franz X. Kroetz, una producción del STI que dirige Carme Portaceli.
Testigos de nuestro tiempo
"Ante la incapacidad de explicarnos qué es lo que está pasando, los creadores sienten la necesidad de juzgar y criticar la realidad de este siglo XXI", explica Puyo que ha abierto las puertas del Sitges Teatre Internacional a una crítica poética, a muchas de las injusticias cotidianas. Ese ha sido uno de los ejes de la selección de espectáculos, también el mestizaje que ahora vive la escena. Ese tipo de boda es el que practican los Akhe Russian Engineering Theatre -"unos artesanos del teatro con un imaginario muy loco"- con White cabin; o Transpermia, creación "mecatrónica" de Marcel·lí Antúnez, un híbrido entre conferencia y concierto con mucho de aventura espacial: "el más tecnológico de nuestros espectáculos".
Tampoco faltará la apuesta decidida por el texto: ya sea el de Mujeres soñaron caballos del argentino Daniel Veronese; Intolerancia, apuesta compartida del Teatro del Astillero (Guillermo Heras, José Ramón Fernández, Raúl Hernández, Luis Miguel González Cruz, Inmaculada Alvear y Juan Mayorga); o Plou a Barcelona, producción de la Sala Beckett con dirección de Toni Casares.
La directora es consciente de que hay que cambiar muchas cosas. Y también que, para conseguirlo, precisa del apoyo decidido de las administraciones implicadas: la Generalitat, el Ayuntamiento de Sitges y el Inaem. Precisamente, la falta de espacios a la que este año le ha castigado el consistorio, ha sido el motivo por el que han tenido que renunciar a la visita de más de una compañía internacional que ya tenían apalabrada.
Futuro incierto
Al finalizar la presente edición del festival se deberá definir el modelo de certamen que se pretende. ¿Cuál será éste? Es difícil de aventurar porque depende, de una parte, de la voluntad del Ayuntamiento de Sitges, por otra, de la política teatral de la Generalitat que ha avanzado la posibilidad de establecer una red descentralizada de escenarios, algunos dedicados a la creación contemporánea.