Image: Angelica Liddell diatriba contra todo

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Teatro

Angelica Liddell diatriba contra todo

Estrena el 18 de febrero "Y cómo no se pudrió... Blancanieves" en La Casa Encendida

17 febrero, 2005 01:00

Vuelve Angélica Liddell, belleza cruel y tórrida en trance siempre de demolición e incendio. Más nada vale si no resolvemos antes la gran cuestión de la belleza y el arte. Puede sorprender a algunos este alegato de Angélica Liddell en defensa de la naturaleza artística de toda denuncia, cuando no hay soporte de esta sociedad al que Angélica no trate de dinamitar desde sus primeros montajes. Con todo, Angélica es consciente de que sólo el vigor de los procesos creadores nos redimirá de la esclavitud y de la estafa. La sociedad se venga de esta creadora desbocada reprobándola o malinterpretándola. De aquel perturbador Tríptico de la aflición de hace pocos años, más que su diatriba contra el todo, queda un icono conmovedor: su desnudo en el que tiembla el fulgor de la inocencia y la frialdad de la venganza.

Para Angélica Liddell lo único sagrado es el teatro y su nueva obra es un ritual sobre la guerra y la muerte, el exterminio de los niños como estrategia bélica: Y como no se pudrió... Blancanieves. Un texto breve, un germen poemático, una semilla de la que brotará el gran rito de la destrucción y la animalidad esencial del hombre. Una poética de violencia y locura. Se resiste Angélica Liddell a llamar a lo suyo teatro social. Y tiene razón, es un teatro que carga contra los aspectos más miserables de una sociedad mezquina en sí misma. Como Rodrigo García aunque con más temblor estético, trata de recuperar el sentido antisistema de las vanguardias antes de que éstas se hundan en la decadencia.

¿Desaparece el mal?
Una pregunta me hago yo sobre este texto, antes de que se convierta en imagen escénica: "Donde está lo bello, ¿el mal desaparece?". Seguro que no, por más que por encima de la crispación, Angélica busque la radicalidad de la belleza. Poética pura, descarnada y violenta. ¿Será eso esta Blancanieves incorrupta, doce veces violada? Y los peces salieron a combatir contra los hombres, su penúltima obra, supuso cierto declive discursivo en su caligrafía ritual. La voluntad busca siempre la subversión, pero la inteligencia dice que todo es inútil. Por eso, creo que Angélica Liddell más que la revolución busca el ajuste de cuentas. En arte y en política las revoluciones se devoran a sí mismas y acaban en la decadencia; los rencores y los ajustes de cuentas perviven siempre y siempre son vitalísimos. Liddell, Blancanieves que no se pudrió, "con pólvora y magnolias". Es este entrecomillado una acuñación que un gran poeta gallego, Méndez Ferrín, aplicó a ciertos niveles de insurgencia y que le robo.