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Teatro

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Bread & Puppet, estrellas de Titirimundi, Las mujeres armadas de Mateo Feijoó

5 mayo, 2005 02:00

El mundo en llamas, por Bread & Puppet

Bread & Puppet, estrellas de Titirimundi
A partir de mañana Segovia acoge Titirimundi, el festival de títeres que cumple su XIX edición. Entre las 37 compañías del programa, figura la legendaria Bread & Puppet, que no visitaba España desde los 70.

Esta compañía, fundada en 1963 por el escultor y coreógrafo Peter Schumann, es uno de los grandes activos del teatro independiente norteamericano. Hacen teatro en la calle y a la italiana, y mezclan grandes muñecos con actores y máscaras. Se destacaron en los 60 por hacer un teatro contestatario y en esa línea siguen. Como dice Michel, "es un teatro sencillo, que utiliza el lenguaje de las antiguas cartelas de los ciegos, de trazo expresionista y con poco texto". Actúan con El mundo en llamas en dos escenarios: en la plaza de la Merced (días 10, 12 y 13) y en el teatro Juan Bravo (14 y 15), y la representación es en castellano.

De las 37 compañías invitadas este año algunas proceden de países tan exóticos como India o China, también hay una afluencia destacada de Estados Unidos, Argentina, Perú y México, además de las originarias de Europa, con especial interés las de los países del Este. El programa es muy ambicioso y en él podemos ver casi todas las técnicas posibles de teatro de títeres: desde los de varilla (Huber Marionettes), a marionetas de guante (los clásicos Salvatore Gatto con Pulchinella y Rod Burnet con Mr. Puch), teatro de objetos (el alemán Peter Ketturkat), teatro de sombras (destaca Teatro Gioco Vita, la más importante en este género) o aquéllos que usan cualquier parte del cuerpo del actor para contar historias (atención a la compañía limeña La Santa Rodilla, que dirige Hugo Suárez).

Espectáculo también muy sorprendente es el de la compañía francesa de Barbara Mélois, La vida en rosa (iglesia de San Nicolás, días 13 y 14), en el que la actriz se sirve del papel higiénico para contar una historia de amor. Liz PERALES


Las mujeres armadas de Mateo Feijoó
Helmut Newton congeló sus movimientos en fotografías. Ahora, Mateo Feijóo las pone a bailar y las disecciona poéticamente. Las mujeres vuelven a ser una vez más protagonistas del último montaje de Mateo Feijoó, a las que el coreógrafo y director del festival Escena Contemporánea -la próxima edición será la última que dirija- arma de belleza y pistolas en Mamaíta, no soy mala, que se estrena hoy en la sala Pradillo de Madrid. Danza, fetichismo, poesía, brutalidad y música en directo se mezclan en esta propuesta personalísima protagonizada por la bailarina Claudia Facci -para la que Feijoó ha creado ex profeso esta obra- y la polifacética Maite Dono; también intervienen Oscar G. Villegas y Luciana Peryra Agoff. Cinco poemas de Dono son el punto de partida de este montaje, en la línea de Ala Marlon y Las condenadas, y en el que el director da rienda suelta a sus fantasías y sueños. "Los poemas son como plegarias que evocan a la madre de forma poco complaciente. Juego con la locura, el amor, el erotismo... tamizado por la autobiográfía de Facci", comenta Feijoó.