Teatro

La danza española... marca el paso

Nueve bailarines exponen sus reivindicaciones a El Cultural ante el Día Internacional de la Danza

26 abril, 2007 02:00

Día Internacional de la Danza
El 29 de abril el mundo del baile celebrará el Día Internacional de la Danza. Con este motivo, El Cultural ha reunido a los bailarines Toni Aparisi, Mayte Bajo, Laura Hormigón, Antonio Márquez, Teresa Nieto, Miguel Tornero, óscar Torrado y Eva Yerbabuena, más la directora Rosángeles Valls para que expongan los principales problemas que tiene la disciplina en España. Los participantes en el encuentro demandan una política cultural que coloque la danza al mismo nivel que el resto de actividades escénicas e incluya un cambio en el sistema de subvenciones que prime la exhibición de montajes en los teatros públicos, que deberían estar más días abiertos a la semana. Los bailarines también reconocen su perenne falta de unión que les hace no contar con una sola voz para enfrentarse a sus problemas. La celebración del Día de la Danza comenzará el sábado con el debut de una nueva compañía, el Gan Canaria Ballet, y seguirá el domingo con el homenaje en Madrid a Victoria Eugenia.

El encuentro, que se celebró en un aula del madrileño Conservatorio Profesional de Danza Fortea bajo el sonido producido por el taconeo de los alumnos, reunió a bailarines reconocidos y premiados de todos los estilos de la danza española. De ballet clásico estaban Laura Hormigón y óscar Torrado, mientras que la ‘representación’ del contemporáneo correspondió a tres integrantes de Ananda Dansa -la directora Rosángeles Valls y los bailarines Toni Aparisi y Miguel Tornero- y Teresa Nieto. El encuentro también contó con la presencia de la flamenca Eva Yerbabuena, los bailarines de español Mayte Bajo y Antonio Márquez.

Los bailarines reclaman igualdad de trato con otras actividades escénicas y con otras profesiones. Las demandas incluyen compartir realmente los escenarios con el teatro y, dentro de la danza, la creación de una compañía de ballet clásico.

-Rosángeles Valls: Yo a los Reyes Magos les pediría la normalización de la danza como arte escénica. Que los espectáculos de danza sean algo habitual en los escenarios, donde compartan el 50% de la programación con el teatro. Y que haya un plan cultural y de normalización de trabajo con los programadores y una apuesta pública que dure más de una legislatura. Si no, todo lo que se haga no servirá de nada.
-Teresa Nieto: Lo que queremos es trabajar. Dignamente. Que se considere nuestra profesión como cualquier otra que tenga que ver con las artes escénicas y tengamos espacios dignos para ensayar y poder expresarnos con la danza, que es lo mejor del mundo.
-Toni Aparisi: Lo que yo reivindico son una serie de medidas contractuales y laborales que no hagan tan difícil trabajar en el régimen de artistas, para, por ejemplo, que podamos pedir el paro. Que entiendan que nuestra profesión, como la de los deportistas, tiene una vida muy corta y lo reconozcan para la jubilación. Así no tendríamos que estar bailando por narices hasta los 65 años.
-óscar Torrado: Yo tengo varios deseos, pero me voy a quedar con dos. Uno, que culturalmente en nuestro país, cuando se habla de artes escénicas, la danza no lo último y no ocurra, como en los telediarios, en los que el poco tiempo que dedican a la cultura siempre es sólo para el cine, los libros o la música. El segundo, quizá por lo que me corresponde como bailarín clásico, es la necesidad que tenemos de que haya una compañía de ballet , que no hay siquiera una. Ahora se están haciendo esfuerzos, pero no tienen que partir sólo del sector privado. La cultura es una cuestión del Estado, una oferta que tiene que dar a todos los ciudadanos. Los bailarines tenemos derecho a ejercer nuestra profesión en nuestro propio país, que ha gastado bastante dinero en formarnos.
-Laura Hormigón: El contemporáneo, el español, el flamenco todavía tienen una compañía nacional o unas que sacan la cabeza como pueden, compañías pequeñas, centros coreográficos. Nosotros tenemos que irnos fuera -yo lo hice con 18 años- No pedimos gran cosa, sólo que, como en cualquier profesión, tener la oportunidad de dedicarnos a lo que hemos estudiado. Es una situación lamentable, hay un vacío absoluto.
-Antonio Márquez: Yo me sumo a lo que dicen mis compañeros, pero quiero hablar de otras cosas para dar un poquito de orden al desorden que hay hoy en día en el mundo de la danza. Hay una falta de motivación, respeto, disciplina, una necesidad que no es de hoy. Históricamente hemos tenido una disciplina muy diferente a otras artes y al deporte, a los que siempre se ponen como ejemplo. Sabemos que un artista cuando sale a un escenario no se puede permitir ni siquiera un desmayo, una lesión. En un escenario no existe el tiempo muerto del baloncesto. Tenemos que ser concientes de que el cuerpo es nuestra herramienta de trabajo y, por lo tanto, debemos educarlo y disciplinarlo.

Maestros y enseñanza. España tiene grandes maestros, pero desperdicia sus enseñanzas. Por un lado, los jóvenes no hacen caso a sus profesores y por otro, las diferentes administraciones les ponen todas las trabas posibles para que no puedan enseñar.
-A. M.: Dos mandamientos: respetaré a mi profesor por encima de todas las cosas y no faltaré a mi lugar de trabajo. También creo que sería importante hablar de lo que está pasando con los bailarines y profesores, la desmotivación que tienen como ocurre en toda la enseñanza.
-T. A.: A mí me han llegado a decir, "si tú eres de mi misma ciudad, ¿qué me vas a enseñar?".
-Eva Yerbabuena: Yo creo que el problema de hoy es que hay muchos bailarines, muchos profesores, muchas academias, pero yo lo que echo en falta es un sitio al que se vaya verdaderamente a bailar y donde la gente decida que baila porque es lo que le gusta hacer y donde no se fomente el baile para ser primera figura. Y en el flamenco, lo que echo en falta es un gran maestro.
-L. H.: Yo creo que lo que dices tú un poco es que faltan referentes…
-A M: Hay muchos referentes, lo que falta es el respeto que merecen.
-L H: No me refiero a individualidades, sino a que la gente tenga en quien reflejarse. Y maestros que inculquen al bailarín que todos los integrantes de una compañía son importantes. Y que deben ver de todo.
-A. M.: Ahora les han prohibido a los alumnos de una escuela nacional que vayan y se relacionen con la compañía, cuando es todo lo contrario. Nosotros, cuando empezamos, estábamos la compañía de clásico y el Ballet juntos en el Reina Sofía. Compartíamos la cantina, asistíamos a los ensayos de los otros y los fines de semana el ensayo general para la escuela. Todos teníamos relación y así Canales pasó del clásico al flamenco. Ahora lo prohíben, no te dejan entrar en un ensayo, que es lo más maravilloso para los jóvenes, cuando llegan al teatro con ilusión. Se me ponen los pelos de punta de pensarlo.
-Miguel Tornero: Yo pediría más formalidad a nivel público. Yo echo en falta un conservatorio que dé una formación completa. Está formando bailarines, pero está formando personas que luego echas al mercado laboral. Y eso no es simple. Me da la impresión de que no hay voluntad para que haya buenos profesionales, buenos maestros. Además, hay carencias increíbles en las infraestructuras. Faltan buenos locales de ensayo, centros de investigación, que haya unión real entre conservatorio y centro coreográfico. Que en un centro de danza no esté un ingeniero, sino alguien que sepa de danza.
-A M: En las escuelas tienen que estar profesores de danza, no una abogada con el título de médico y que es ingeniera, pero que no ha dado nunca una clase de danza. Pero como tiene 30 puntos para el concurso... Necesitamos a profesores como los que nosotros tuvimos, Doña Pilar López, Betty. Existen esos maestros pero ¿echan manos de ellos,? nooooo. A Matilde Coral le han querido quitar su propia academia, porque necesitaba un espacio mínimo. En vez de decir, ‘a usted le voy a dar un local’, se lo han querido quitar. Otra gran maestra ha querido montar una escuela maravillosa y no le han dado la licencia porque no tenía un baño para minusválidos. Pero, oiga ¿quién va a venir a bailar aquí? Vamos a concretar y a dejar las cosas claritas. Están quitándose de en medio a los buenos profesores porque no tienen título. Así van las cosas, que los alumnos no van a clase. ¿Tú ves a alguien en un conservatorio cuando sale de clase?

Teatros cerrados. Uno de los asuntos que más preocupa y molesta a los bailarines es el desdén hacia la danza que ofrecen muchos de los directores de los teatros públicos.
-O. T.: Otro problema es que cuando hemos querido traer compañías extranjeras no encontramos espacios. ¡hay teatros cerrados entre semana! Y que los domingos no programan ningún tipo de espectáculos, porque como hay partido de fútbol...
-T. N.: Hay teatros en la Comunidad de Madrid que sólo abren un día a la semana, con lo que te encuentras que danza sólo ponen una vez cada seis meses.
-Mayte Bajo: Además de eso, los programadores deberían conocer todos los estilos de danza que hay y que no te respondan cuando dices que tienes un espectáculo de Escuela Bolera, "ay mira, es que eso no encaja, no es nuestra línea". Hay que apoyar el flamenco, que es lo que se lleva ahora, pero sin olvidarse de que hay otros registros de danza española que tienen derecho a seguir existiendo, que si se pierden, perdemos todos, no sólo los bailarines.

Subvenciones. El sistema de ayudas del Estado no satisface a ninguno de los participantes en el encuentro. Todos propugnan un cambio que les permita trabajar más y expresarse mejor en vez de hacer montajes sólo para cobrar la subvención.
-T. N.: ¿ Y para la investigación? Sólo hay para los jóvenes, pero es que los demás no podemos investigar. Hay que investigar, probar nuevas cosas. Hay que crear centros coreográficos, ayudas.
-A. M. : Yo prefiero que el Estado me ayude para ir a diez teatros que con una subvención. Menos dinero pero más trabajo. Así rentabilizaremos más los teatros. Pero en todas partes quieren el estreno, en vez de llevar los espectáculos más tarde y más rodados. Es perverso, te hacen estrenar todos los años y que haya gente que vive de las subvenciones. De la otra forma, sacaré más rendimiento a los bailarines, que se matan todos los días y que harán espectáculos vivos. No van a estar un mes parados, sin cobrar. Aquí cobran todos, los escenógrafos, los coreógrafos, menos los bailarines, que tienen que estar por amor al arte.
-M. B. : Hemos pasado de un extremo a otro. Antes, como querías estar con ese bailarín o esa compañía, no te preocupabas del dinero, lo hacías por amor al arte. Ahora, lo primero que pregunta un bailarín es cuánto dinero va a ganar.

Ayuda de la Administración. Cansados de la falta de respuesta a sus demandas, los bailarines no esperan el apoyo de las Administraciones.
-O. T.: Detrás de todas las respuestas a nuestro problemas está la Administración, pero ya damos por hecho que la Administración no ayuda y estamos intentando resolver las cosas por nosotros mismos. No hace absolutamente nada. Tú le preguntas a la ministra qué proyecto tiene en mente respecto a la danza y no sabe qué responder. No le interesa la danza.
-E. Y.: Dí a la ministra que te diga el nombre de tres bailarines.
-R. A .: No tiene que decir el nombre de tres bailarines, lo que tiene que hacer es un plan de fomento de la danza.
-L. H. : No hay una voluntad política que nos apoye.
-A. M.: Necesitamos en los cargos públicos gente que conozca, entienda lo que nos pasa. La mayoría de los cargos no se ha puesto en su vida una zapatilla, una bota o ha tocado una castañuela. Son personas que si tienen un problema en un brazo, no pasa nada porque pueden ir a trabajar y firmar. Hoy en día es mucho más importante el empresario, el director de un teatro o el ministro que los propios artistas.

Desunión entre los bailarines. Uno de los problemas de la danza en España es la falta de unión entre los bailarines, de la que se aprovecha el resto de miembros del sector, incluida la propia Administración.
-R. A.: Estamos tan ocupados con nuestras compañías que no pensamos en lo demás, ni en hacer una buena asociación con la que ganaríamos mucho, como ocurre en otras profesiones artísticas. Un compañero, Asier, me enseñaba el otro día un callo en la mano y me decía que no era de bailar, que era de barrer. Porque tenemos que hacer de todo.
-A. M.: Existir, existen muchas asociaciones, pero que sirvan... La realidad es que no sabes si están para el nuestro bien o el de cada uno de ellos... Necesitamos asociaciones que informen a la Administración de lo que nos ocurre, de nuestros problemas. No somos como los altos cargos, que si les ocurre algo en un brazo, no pasa nada porque pueden ir a trabajar y firmar. Nosotros no, nosotros tenemos que subir al escenario pase lo que pase y nos duela lo que nos duela. Antes, durante toda la vida de Dios, todos los esfuerzos eran para los artistas; ahora es al contrario, trabajamos para todas estas personas.

Nace una compañía

El Día Internacional de Danza viene este año con buenas noticias. Al homenaje que Victoria Eugenia recibirá de la profesión en el Teatro Albéniz de Madrid, durante la celebración de la gala que tendrá lugar el domingo, se une el estreno la víspera de una nueva compañía pública de danza en España.

La naciente formación es el Gran Canaria Ballet, auspiciada por el Cabildo insular y dirigida por Anatol Yanowsky, que debutará la noche del sábado y repetirá actuación el domingo. El programa del debut está formado por cuatro coreografías de Renato Zanella, Uwe Scholz, Anabelle López Ochoa y la canaria Montserrat León que intepretará un plantel de 22 bailarines. Estos proceden de cinco países más España, de donde son 12 de sus integrantes.

Con la creación de la compañía, el gobierno del cabildo no busca sólo ofrecer a los canarios la oportunidad de contar con una formación estable en el Teatro Pérez Galdós, sino también asociar el nombre de Canarias al arte y llevarlo por todo el mundo, por lo que este mismo año la formación emprenderá una gira por Japón. Y para el año próximo prepara otra por China, países ambos donde el interés por promocionar las islas viene de antiguo. De esta manera, el Gran Canaria Ballet puede convertirse en un claro ejemplo de que la inversión en cultura por las autoridades proporciona beneficios más allá de los puramente culturales.