Image: Cunillé, en el Lliure y la Muntaner

Image: Cunillé, en el Lliure y la Muntaner

Teatro

Cunillé, en el Lliure y la Muntaner

13 diciembre, 2007 01:00

Saló primavera, que se representa en la Sala Muntaner

Lluïsa Cunillé es una autora sólida, con una trayectoria fértil y coherente. Desde sus inicios con Rodeo (1991), su espléndida Libración (1993), su dramaturgia ha crecido en complejidad y en interés. De la articulación formal del texto, sus diálogos fragmentados, sus personajes anodinos, sus silencios, con Passatge Gutenberg (2000), se anunciaba una evolución hacia temas que incidían más en nuestra contemporaneidad. Barcelona, mapa d'ombres (Barcelona, mapa de sombras, 2005), sin giros bruscos en la trayectoria de la autora adquiere ya una envidiable solidez que llena de sentido y de fuerza la polisemia de su obra. Hoy, como autora residente del Lliure se estrena en el Espai del mismo teatro, Après moi, le déluge (Después de mí, el diluvio) Y está en cartel en la sala Muntaner, Saló primavera en la que Cunillé es coautora junto a Paco Zarzoso, con quien ha colaborado en varias obras.

Saló Primavera, que dirige Lurdes Barba e interpreta el espléndido reparto formado por Lina Lambert, áurea Márquez, Manel Dueso, Francesc Lucchetti y Tilda Espulga, parece tener como referente la película de Ettore Scola Le bal. El protagonista es una sala de baile que vive sus últimos días, en compañía de algunos personajes que tienen una vinculación personal con el espacio: la dueña, la clienta, el camarero y el alcalde viajan en el tiempo a través del contacto con el espacio físico que rememora sus vidas.

Las entrañas del hombre. Mayor complejidad, en un tema de candente actualidad tiene Après moi, le déluge que dirige la prolífica Carlota Subirós y que parte de un encargo: escribir a partir del informe de la FAO sobre mortalidad infantil, desnutrición y hambre. Encabeza el texto una frase de El corazón de las tinieblas de Conrad: "Los hombres que vienen aquí no deberían tener entrañas". Un hombre de negocios europeo (Andreu Benito) y una intérprete (Vicky Peña) se hallan en la habitación de un hotel de Kinshasa. él trabaja para una compañía sudafricana que se dedica a la extracción y comercialización del coltan, mineral esencial para las nuevas tecnologías. Ella, personaje muy típico de Cunillé, hace años que está instalada en el hotel haciendo de intérprete para los hombres de negocios que se alojan en él. Ni siquiera recuerda cuando fue la última vez que salió del hotel. Otro hombre, al que traduce la intérprete , quiere que el hombre de negocios se lleve a su hijo minusválido para que haga cualquier trabajo.

La solidaridad y la explotación son temas que se plantean, aludiendo al pasado del Congo, revelando el contraste de su riqueza natural con la miseria de su población, de Africa con los países occidentales. Armas a cambio de coltan o diamantes...Como es habitual en Cunillé, el humor, la ironía, son las claves que dan a la vez ambigöedad y complejidad a hechos y personajes.

La intérprete ha vivido en Brazzaville hasta 1997. Se divorció porque su marido la abandonó diciéndole: Après moi, le déluge, justamente lo mismo -recuerda el Hombre- que dijo Mobutu cuando abandonó el país. Son situaciones que abarcan la profundidad del enfrentamiento occidental-africano, con un final siempre abierto en Cunillé.Un texto excelente y actual.