Combate de actriz y bailarina
El baile, de Irene Nemirovski, llega al Valle-Inclán de Madrid
8 enero, 2010 01:00Anna Lizarán y Sol Picó son madre e hija en el baile. Foto: David Ruano
El baile, un espectáculo de danza y teatro basado en la novela homónima de Irene Nemirovski, fue uno de los mejores títulos que se vieron en Barcelona el pasado año. Dirigido por Sergi Belbel, y protagonizado por Anna Lizarán, Sol Picó y Francesca Piñón, se presenta el día 14 en la sala Francisco Nieva del Teatro Valle-Inclán de Madrid. "Un experimento escénico" que explora los límites de la teatralidad.
El baile cuenta la historia de una familia de nuevos ricos que deciden dar una gran fiesta para consolidar su posición y mostrar su esplendor ante las grandes familias de París.
La Señora Kampf es una nueva rica superficial y materialista que disfruta ridiculizando a las demás mujeres. Su hija de catorce años sueña con asistir al baile pero la crueldad de su madre se lo impedirá. Nadie puede restarle protagonismo, mucho menos su joven hija, tímida y retraída, asfixiada por su madre, pero quien ante la negativa de la madre urdirá una terrible venganza que hará que el baile sea realmente inolvidable. Es la novela de una enfermiza relación maternofilial, un relato breve en la que la crueldad de la hija nace de su subordinación a la madre y consigue una venganza que convierte la narración en una sátira cruel y devastadora.
Un regalo perfecto
Anna Lizarán regaló hace unos años la novela a Sergi Belbel y éste pensó que evidentemente la Lizarán sería perfecta para el papel de madre pero hasta que se le ocurrió la idea de que la hija pudiera ser una bailarina, el proyecto no se puso en marcha. Para Belbel, la novela explora el mundo interior de una niña y este mundo puede explicarse a través de la danza. Una madre prohíbe a su hija asistir a un baile y la hija, ante la presión, cuando se queda sola, transforma en danza todo su pensamiento. Y aquí, entra el personaje de Sol Picó y la coreografía que da imagen y movimiento a los sentimientos de la niña.
Las seis escenas -las mismas que las de la novela- se convierten en un duelo de teatro y danza entre una actriz y una bailarina, entre una madre y una hija que se baten en duelo. Ambas acaban siendo, en realidad, las dos caras de una misma moneda. La crueldad inicial de la madre se ve superada por la crueldad de la hija que deja a la madre sin fiesta, sin su última oportunidad de triunfar en sociedad, sola, hundida, sin vida. El abrazo final de ambas pone de manifiesto la ambigöedad sobre la maldad de la una y de la otra.
En su dramaturgia, Belbel ha suprimido algunos personajes secundarios para dejar solamente al padre, la institutriz y la profesora de piano, los tres interpretados con enorme fuerza y eficacia por Francesca Piñón. Es poderosísima, y sin histrionismos innecesarios, la interpretación de Anna Lizarán. Y subyuga la danza de Sol Picó. Pero hay otro elemento que da brillantez a este magnífico espectáculo y le proporciona el ambiente de mágica ensoñación, más allá de la realidad. Es la escenografía de Max Glaenzel y Estel Cristià. Y con ella, la música de Oscar Roig y la iluminación de Kiko Planas.
Metáforas y símbolos
Uno de los momentos clave del texto y del espectáculo es el momento en que la niña tira todas las invitaciones para la fiesta al Sena. Y ahí estará también el agua, la tierra que se descompone. También habrá una gran araña de cristal que tiembla y vibra en determinados momentos. En el escenario sólo vemos un diván, símbolo de la burguesía, pero luego descubrimos que el suelo alzado es en realidad un espectacular juego de taburetes que adquieren formas diversas, que subrayan estados de ánimo, que configuran un juego teatral surgido del texto, un movimiento escénico brillante que nos proporciona el estado anímico de ese juego de dos, metáfora de dos frustraciones.
El espectáculo resulta un "experimento escénico", tal y como lo calificó Sergi Belbel, que explora los límites de la teatralidad para explicar la historia terrible de dos mujeres enfrentadas a sus propios tormentos.
Esta producción se estrenó el pasado otoño en Gerona, en el Festival Temporada-Alta, producido por el Centro Dramático Nacional y el Teatre Nacional de Cataluña, donde acaba de representarse con entradas agotadas. Ahora llega al Valle-Inclán de Madrid, en la sala pequeña, del 14 de enero al 14 de febrero. Sin duda, uno de los mejores espectáculos de producción propia que se pudo ver en Barcelona el pasado este año.
La maleta I. N.
Irene Nemirovski publicó obras en vida (El baile, David Golder, Las moscas de otoño), pero muchas otras fueron publicadas póstumamente. Entre ellas, su novela inacabada, Suite Francesa, en la que recoge el ambiente de la Francia ocupada. Esta novela, así como otros escritos, fueron salvados por sus hijas Denise y élisabeth, quienes vivieron escondidas durante la guerra, ayudadas por amigos de la familia y llevando siempre la maleta con las iniciales I.N que contenía los manuscritos inéditos confiados por su madre.