El Sueño de Lima no produce monstruos
Nathalie Poza, Ainhoa Santamaría, Laura Galán, Maria Vázquez . Foto: Luis Castilla elNorte
Segunda entrega de la nueva etapa del Teatro de la Ciudad con Sueño, de Andrés Lima. El director de Medea indaga en el corpus de Shakespeare -desde el 10 de mayo en La Abadía- para narrar la experiencia de la muerte, en este caso de alguien tan cercano como su padre. "He intentado aplicar la perspectiva del tiempo y del teatro para aprender de esta experiencia", explica a El Cultural. "Es un intento de comprender el mundo que nos rodea con sentido del humor. Sueño me ha ayudado a seguir mirando con unos ojos diferentes. He aprendido a entender que el sentido del humor no vive sin el sentido del dolor".La trama de los enamorados de Sueño de una noche de verano para hablar de la locura del amor o la imagen del Rey Lear abandonado en el bosque, a merced de la tormenta, para mostrar el envejecimiento y la muerte; son algunas de las referencias que Lima ha tomado del bardo inglés para estructurar Sueño: "Mi intención ha sido que los versos, aunque traducidos, conserven toda la esencia de Shakespeare". El director consigue así una "montaña rusa de emociones" gracias a la libre exploración escénica, guiada en todo momento por las necesarias "dosis de locura" del equipo creado a su alrededor.
Nathalie Poza, Laura Galán, María Vázquez, Ainhoa Santamaría y Chema Adeva forman el elenco de este complejo sueño en diferentes planos. "Trabajamos una especie de realismo poético que ni es del todo realista ni del todo poético. Sueño es un texto que conjuga el lenguaje cotidiano de una residencia de ancianos con el lenguaje rítmico de Shakespeare. Ese contraste es lo que lo hace tan bello y tan atractivo". Las actrices encarnan varios papeles, incluso transgénero, con roles masculinos. Además, Chema Adeva envejece y rejuvenece sin ningún tipo de maquillaje. "Los actores son los cochecitos de esa montaña rusa", puntualiza Lima sobre el montaje, cuyas representaciones coincidirán, en el patio de La Abadía, con Happening lúdico poético, de Dan Jemmett.
La ternura, de Alfredo Sanzol, y Sueño están conectados por los trabajos escenográficos de Alejandro Andújar y Beatriz San Juan, que han conseguido que se hermanen dos estéticas distintas: "Hay una reflexión muy teatral y muy simbólica sobre el teatro, que se conecta por el hecho de que Shakespeare siempre anda por ahí, como un amigo. Lo que me llena de gozo es pensar que el público verá dos espectáculos muy diferentes, basados en Shakespeare y en el mundo contemporáneo".
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