Una escena de la nueva adaptación de 'Jauría'. Foto: David Ruano
Una historia de manadas y hombres: la nueva versión de 'Jauría', de Jordi Casanovas, llega a Matadero
- Miguel del Arco, que ya dirigió la obra original en 2019, la trae de vuelta con la ayuda de un nuevo elenco, del que forman parte Ángela Cervantes y Carlos Cuevas.
- Más información: El Teatro Español evoca con 'Luces de bohemia' el Madrid "absurdo, brillante y hambriento" de Valle-Inclán
Lo que ocurrió durante la madrugada del 7 de julio de 2016 en un portal de la calle Paulino Caballero en Pamplona entre una mujer y un grupo de hombres que se hacían llamar “La Manada” hizo tambalear los cimientos de nuestro país. Ella fue a una comisaría a denunciar una violación. Ellos, por su parte, arguyeron que había participado de buena gana.
Habiendo pasado un año del famoso juicio, llegaba a las tablas primero del Teatro Palacio Valdés de Avilés y más tarde del Teatro Kamikaze Jauría, una obra dirigida por Miguel del Arco y escrita por Jordi Casanovas en la que se retornaba a aquel juicio. Para armar el texto, el dramaturgo se valió de las declaraciones de víctima y acusados durante el proceso.
Ahora, cinco años despues de que la obra cosechara galardones como el Premio Max a Mejor Espectáculo Teatral, Miguel del Arco lleva el texto de Casanovas a la Sala Max Aub de Matadero, del 7 al 24 de noviembre. Contará además con un nuevo plantel de actores, entre los que destacan Ángela Cervantes (La maternal, Valenciana) y Carlos Cuevas (Merlí).
Casanovas es todo un experto en el teatro verbatim, que reproduce textos reales palabra por palabra para reducir al mínimo la distancia entre realidad y ficción. Antes de Jauria, nos sorprendía ya con Ruz-Bárcenas, una muy solvente obra que traía a escena las declaraciones de Luis Bárcenas ante el juez Ruz en la Audiencia Nacional.
En una entrevista a El Cultural, Casanovas afirmaba que en las declaraciones empleadas para Jauría era llamativo que “los acusados estuvieran convencidos de no haber hecho nada malo. Por el contrario, la víctima se sentía culpable. Eso está cambiando”. Cabe preguntarse si un lustro después habrá, de hecho, cambiado algo. Quizá en Matadero obtengamos una respuesta.
