Tutankamón en el Palacio de Liria: así fue "la mejor semana de la vida" de Howard Carter en Madrid
El arqueólogo pronunció en España dos conferencias en noviembre de 1924 -repetiría en 1928- gracias a su amistad con el duque de Alba. Una exposición rescata la relación entre ambos.
30 noviembre, 2022 18:38Los meses de 1924 en los que se paralizó la excavación de la tumba de Tutankamón a raíz de un conflicto entre las autoridades egipcias y Howard Carter, el arqueólogo británico emprendió un tour de conferencias por Norteamérica para dar a conocer los entresijos del hallazgo del misterioso faraón niño. Además de reportarle una considerable cantidad de ingresos, las ponencias resultaron un éxito de público: miles de personas en Nueva York, Washington o Toronto escucharon atentamente su relato sobre las investigaciones en la confirmación de la 'tutmanía'.
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Antes de lanzarse a la apertura del sarcófago y los ataúdes de Tutankamón, Carter también visitó España, Madrid en concreto. Lo hizo entre los días 24 y 29 de noviembre gracias las gestiones de Jacobo Fitz-James Stuart y Falcó, el XVII duque de Alba. Ambos seguramente se conocieron en 1921 durante una visita del noble, un apasionado de Egipto, a lord Carnarvon, el mecenas de las excavaciones, en el Valle de los Reyes. El arqueólogo, que se alojó en el Palacio de Liria, tuvo todos los gastos pagados y recibió 80 libras esterlinas por dos conferencias.
"En España se vivió el efecto Tutankamón de una manera muy especial: el interés que despertaron las charlas fue mayúsculo, la prensa recogió ampliamente el contenido de todo lo que dijo Carter, pero hay que subrayar que no visitó muchos países, vino gracias a su amistad con el duque de Alba", explica el egiptólogo Javier Martínez Babón, comisario junto a Myriam Seco Álvarez, doctora en Arqueología y directora del proyecto de investigación del templo de Tutmosis III en Tebas, de una exposición que se inaugura este jueves en el Palacio de Liria e indaga en la relación entre el noble español y el arqueólogo británico.
Uno de los documentos más singulares que se exhiben es una hoja de despedida que Carter le dedicó al duque: "Ha llegado la hora de despedirme y tengo que expresarle mi más profundo agradecimiento por la extraordinaria amabilidad que he recibido y por las molestias que haya tenido que soportar esta semana. Mi visita a Madrid ha sido verdaderamente provechosa. Le repito que ha sido la mejor semana de mi vida y que nunca la olvidaré". Tuvo tiempo hasta para visitar los edificios más emblemáticos de Toledo.
La muestra temporal —hasta el 30 de abril y titulada Alba y Carter: 100 años descubriendo a Tutankamón— reúne en un pequeño espacio expositivo habilitado por primera vez un centenar de objetos personales —las maletas y visados de viaje del duque, así como su uniforme de académico de la Historia—, fotografías como las de Harry Burton, el hombre que documentó todos los hallazgos del ajuar del faraón de la Dinastía XVIII (cedidas en su versión coloreada por el Instituto Griffith), esculturas, documentos, cuadros y, lo más interesante, las misivas. El archivo de la Casa de Alba conserva tres cartas que el arqueólogo envió al aristócrata español y otras tantas copias de textos que recorrieron el camino inverso. Probablemente más correspondencia sobre esta amistad se perdió durante el incendio del palacio durante la Guerra Civil.
Howard Carter fue tratado en España como una auténtica celebrity. En su primera conferencia, celebrada en la Residencia de Estudiantes —la institución puso a la venta por una peseta una traducción de la intervención— ante la mirada de personalidades como José Ortega y Gasset, el embajador británico sir Horace Rumbold o José Ramón Mélida, director del Museo Arqueológico Nacional, que visitaría al día siguiente junto al Prado, narró el proceso hasta el descubrimiento de la tumba de Tutankamón y proyectó 92 diapositivas sobre las distintas estancias o los tesoros documentados. Como mucha gente se quedó fuera, para la ponencia del día 26 se buscó un escenario con mayor capacidad: el teatro Fontalba.
Allí se presentaron los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia, que ya lo habían recibido en el Palacio Real. En la exposición, además de proyectar un audiovisual con la intervención sonora original del arqueólogo, se puede ver un telegrama que desvela las gestiones realizadas por el duque de Alba y el ministro del monarca en El Cairo para solucionar el conflicto de su amigo con las autoridades egipcias. "Arreglado asunto Carter (...) autorizado continuación trabajos buenas condiciones", le informó el soberano al noble el 16 de enero de 1925.
Hasta su regreso a Madrid entre los días 19 y 23 de mayo de 1928, la relación entre Carter y el duque de Alba se intensificó por correspondencia. "Le mantuvo informado del inventariado de los objetos de la tumba de Tutankamón", asegura Martínez Babón señalando una larga carta fechada el 3 de noviembre de 1925 en la que el arqueólogo explica los avances en la extracción de los tres ataúdes y la máscara dorada que protegían la momia del faraón. En otra epístola de ese mismo año le detalla al noble la traducción de un escarabeo propagandístico de Amenofis III que le regaló y que hoy está desaparecido.
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En ese segundo viaje, Carter, también hospedado en el Palacio de Liria, dio otras dos conferencias en la Residencia de Estudiantes y el teatro Princesa organizadas por el Comité Hispano-Inglés, organismo destinado a fomentar las relaciones intelectuales entre ambos países y presidido por el duque de Alba. En esta ocasión contaba con un material mucho más impactante: imágenes de la momia de Tutankamón, a las que sumó más valiosas piezas del ajuar funerario. Sin embargo, el registro sobre sus actividades fue mucho más parco. "Fuimos unos privilegiados cuando vino a hablar de su descubrimiento", concluye Myriam Seco.
Alba y Carter, al descubierto
La exposición, que se complementa con la publicación del libro de los comisarios Tutankhamón. Howard Carter en España (Almuzara), está dividida en seis bloques temáticos que abordan al Tutankamón histórico, el descubrimiento de la tumba, la figura del duque de Alba como promotor de la arqueología española, las conferencias en Madrid del egiptólogo británico, el papel desempeñado por Residencia de Estudiantes y el Comité Hispano-Inglés y la fascinación del aristócrata por Egipto, a donde viajó en cuatro ocasiones. Otra sugerente propuesta para celebrar el centenario del hallazgo del faraón niño.