Image: Arundathi Roy: “Es importante expresar la furia”

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Letras

Arundathi Roy: “Es importante expresar la furia”

La autora de El dios de las pequeñas cosas denuncia la intolerancia y la violencia del mundo actual

31 octubre, 2002 01:00

Arundathi Roy. Foto: Cover

La escritora india Arundathi Roy, una de las mujeres más lúcidas y de más coraje de nuestra época, descubre en esta entrevista celebrada en Locarno los avatares de su infancia, su lucha contra las tradiciones, su filosofía de la vida, su creencia en la amabilidad de los sentimientos, en la negación del éxito y en el compromiso mínimo necesario del artista para llegar a hacer algo bueno. Un compromiso que además le acaba de valer el premio López de Lacalle. Para Roy, la escritora y la activista política son la misma y en su último libro de ensayos, El álgebra de la justicia infinita (Anagrama) lo deja claro.

Arundha, como le llama su marido, aceptó sólo dos días antes la invitación del Festival de cine de Locarno donde se iban a proyectar películas que rodó antes de ser escritora y un vídeo sobre la construcción y polémica de la presa de Namadar. "Necesitaba respirar. Me estaba ahogando en India". "Las tensiones entre musulmanes e hindúes son cada vez mas violentas; hay más musulmanes que en Pakistán. Es un clima difícil que si no se controla va a estallar".

Nos encontramos desayunando en su hotel frente al Lago Maggiore, relativamente humilde para lo que uno esperaría de esta mujer de cuarenta años nacida en Kerala, reconocida mundialmente y requerida de tal forma que, bromeando, señala que decir "no" se ha convertido en una profesión per se. "Cada día recibo más de diez interesantes invitaciones pero tengo que seguir viviendo de la forma que quiero".

Elegante, suave, lúcida, con ojos como platos, resulta tremendamente femenina a pesar de ir vestida con unos simples vaqueros y una camisa blanca bordada que su marido le ha regalado por su cumpleaños. Roy es un delicado terremoto que sigue viviendo en Nueva Delhi, cuestionando todos los actos del poder y proclamando "la necesidad de pensar por nosotros mismos".

El fascismo más aterrador
-¿Cómo se vive hoy en India, tan al límite?
-Me meto en muchos problemas por decir lo que siento, por criticar la corrupción y la falsedad. Me tachan de antinacionalista. El nacionalismo es el fascismo más aterrador. Cuando empiezas a sentir el mundo de una manera estableces ciertas prioridades y hay algo dentro de ti que empieza a rugir. Por ejemplo, leía en un librito que toda la basura tóxica y contaminante del World Trade Center sería enviada a Gujarat (India); es una metáfora. Uno se pregunta ¿pero qué clase de mundo es éste? La guerra del terrorismo y antimusulmana afecta hasta el más remoto lugar que nada tiene que ver con América. Tras el 11-S, el tráfico de Dehli se paró unos minutos en memoria de las víctimas. Está bien, pero cuando ocurrió el terremoto en Gujarat nadie se inmutó en Dehli y hubo muchas más muertos. Es importante expresar la furia. Cada día me levanto y me voy a la cama furiosa, viendo lo que pasa en el mundo de hoy. ¿Qué estamos haciendo de nuestras vidas?

-Quizá por eso se ha convertido tanto en su país como en muchas partes del mundo en un líder...
-Si pensase que podría modificar algo sería una persona muy infeliz. Hago lo que pienso que debo hacer; que cambie o no algo no está a mi alcance. No pretendo ser líder de nadie. Cuando salió la sentencia por desacato a las autoridades indias, me condenaron a pagar una multa o ir a prisión un día. Muchos querían que fuera a la cárcel como una mártir y yo pagué la multa. ¿Por qué sufrir? No pretendo ser un líder , ni quiero estar mezclada con el sistema interno de un país que no sé qué me va a hacer. ése no es mi juego. Para mí es importante también establecer el balance entre el ser-privado y el ser-parte de la sociedad y no hacer el puente. Sería demasiado. Me podría quemar inútilmente actuando todo el tiempo, rabiando y quedándome en el otro lado de la vida, olvidando el color de las flores o el sol, dejando a un lado todo lo fundamental para un escritor o ser humano. Entonces sólo sería capaz de ver la fealdad y los políticos habrían ganado.

-¿Cómo confronta usted el absurdo de cada día?
-Lo intento todo, desde poner distancia a leer y derrochar sentido del humor. Lo que es importante en las situaciones terribles es el instinto de supervivencia. Tenemos que sobrevivir y continuar relatando historias. Y las historias nos salvan. El mundo está divido en dos clases de seres: los supervivientes y los no-supervivientes. Pero no creo que uno tenga que ser inevitablemente duro para sobrevivir. Es más, si uno es duro, no sobrevive. Lo esencial es comprender las circunstancias en las que uno vive, entender hasta dónde puede llegar, los límites que debemos respetar.

Silencio y contemplación
-¿Cómo empezó a escribir?
-Crecí en un pequeño pueblo cerca de un río en la provincia de Kerala. Me pasaba horas y horas pescando. El silencio y la contemplación hicieron de mí la escritora que soy. El escritor tiene que explicar lo que sucede alrededor de una manera sencilla aunque no simplificada.

Añade Arundathi que la tarea del escritor hoy es la de arrebatar a los expertos su centralización de conocimientos.
-El mundo está dividido en expertos nucleares, físicos, ingenieros...que no desean (de otro modo no tendrían trabajo) que la gente entienda las conexiones entre ellos, ni cómo funcionan y afectan todas las decisiones que hacen que la vida de la gente sea decidida. El escritor tiene que averiguarlas y ofrecerlas. Lo que yo hago es contar a la gente historias utilizando un lenguaje corriente que habla de lo que sucede en sus vidas. ¿Qué tiene de malo la paz?, ¿por qué el 5% del mundo tiene mas del 50% de la riqueza? Y no quiero hacerlo de forma aburrida. Es mi desafío como escritora.

Hacer algo bello
-¿Es ése el papel que debe interpretar el autor en la sociedad?
-No es suficiente decir la verdad o ser responsable políticamente; para ser un buen escritor o director o artista, hay que esforzarse por hacer algo bello. Yo he escrito los libros que he deseado y lo único que espero es que al final resulte literatura. Luego, el escritor, el pintor, el cineasta o el músico deben saber que no hay reglas porque deben llegar al límite, al máximo de la imaginación humana y mostrar la belleza oculta de las cosas. Es posible que un escritor rechaze toda responsabilidad o norma moral que la sociedad desee imponerle. Sin embargo, creo que los mejores y más grandes escritores saben que abusar de tanto esfuerzo sólo puede conducir a un arte malo porque el arte, la propia escritura imponen una estrecha relación entre arte, rigor y responsabilidad.

-Habla usted del nacimiento de un nuevo arte. ¿A qué se refiere?
-A que el éxito, la fama y las finanzas han matado algo fundamental en el arte. Al comenzar muchos artistas se preguntan ¿tendré éxito? Jamás ha habido tantos escritores publicados, tantos artistas, tantas manifestaciones. En la actualidad, la libertad de expresión está más garantizada que nunca. El artista se ha convertido en una piedra preciosa que adorna la corona de la civilización moderna. Mi pregunta es si tenemos libertad de expresión verdadera. Si en lo que creemos no vende, ¿seguiremos diciéndolo? Vivimos amedrentados en la plaza del mercado. Es todo como una realidad esquizofrénica que no sé como aceptar. ¿A dónde conduce todo eso?, ¿puede afectar a nuestra actividad artistica a alterar nuestras opiniones y nuestro ser? A mí me gusta la discreción, la prudencia, la sutileza, la ambigöedad, la complejidad.

La trampa del éxito
-¿Cómo le ha afectado el éxito?
-Soy una persona que se guía por el instinto. Nunca soy consciente de las elecciones que hago. El dios de las pequeñas cosas pensé que no lo leerían más de 300 personas pero invertí cuatro años revisando hasta la última coma. Creí que incluso tendría menos éxito que mis filmes, pero me daba igual. El éxito no es más que una ilusión, una gran trampa. Cuando la publiqué estuve casi un año fuera de India envuelta en albornoces blancos con miles de toallas pero estaba deseando volver y lo que me alegró es que sabía que terminaría. Cuando empecé a realizar filmes no tuvieron éxito pero disfrutaba de lo que hacía. Valoro mucho más el amor que el éxito. Creo profundamente en los sentimientos.

Tanto cree Arundathi Roy en ellos, en los sentimientos, que considera el dinero "como un arma nuclear", y eso que tiene más dinero del que jamás soñó. Y aún se siente "incómoda. Es muy complicado qué hacer con el dinero. No creo en la beneficencia y dar una fiesta para luchar contra el sida: no soy tan banal. Miro al World Bank y me doy cuenta de lo destructivo que puede ser el dinero, hay tantos proyectos como corrupción. No tienen ni idea de la dinámica de los países en desarrollo".

-¿Se identifica con la etiqueta de "escritora comprometida"?
-No soy el primer escritor político pero me miran como un animal muy peculiar. Este compromiso era antes una dimensión esencial pero hoy se supone que los escritores no deben plantearse cuestiones fundamentales, y es triste. "Comprometida" me resulta un calificativo desagradable, una etiqueta profesional que me han puesto porque en mis artículos he tomado una posición clara y determinada que creo correcta y moral. Se considera que esta actitud no es elegante, que carece de sofisticación y por ello no debería ser adoptada por un escritor del siglo XXI. No diferencio entre política y arte. Son dos formas de expresarse.Una de las cosas que me incomoda es tener que definir mi profesión: arquitecta, escritora"...

La alternativa de la no-violencia
-En El álgebra de justicia infinita señala que la idea de felicidad y de desarrollo está cambiando.
-No es algo nuevo. La gente asociaba la idea de felicidad con marcharse a América, una mansión, etc, y de pronto eso no encaja. Las películas de Hollywood dan la impresión de que la vida en una burbuja va a reventar en cualquier momento. La vida rosa de los países desarrollados queda ensombrecida con la parte oscura de los países en desarrollo. Y la gente no puede aceptar más esas diferencias. Por ejemplo, las noticias de esta mañana: suicidas-bomba. Uno se pregunta: ¿qué le ha sucedido al ser humano para actuar contra el instinto biológico de supervivencia y optar por el suicidio y la matanza a los demás? No es suficiente con condenarlo. Hay que preguntarse por qué sucede e intentar buscar sus causas. Existe un enorme desequilibrio en el mundo que lo está haciendo pedazos; no es que uno sea bueno y el otro la víctima. El punto fundamental es que si uno se dice contra el terrorismo, uno tiene que estar abierto a una forma de actuar alternativa razonable de no violencia. Privilegiar la no violencia es respetar a los demás; me confunde la forma con la que el mundo trata con la resistencia. Condena el terrorismo pero, a la vez, es aceptado el no estar abierto a la no violencia.

-¿Cómo define la violencia?
-Como la ruptura del ánimo de alguien. Puede ser la humillación. Hay muchas formas de acabar con el valor de las personas y eso se llama violencia. Por ejemplo, los 50 millones de campesinos desplazados por la construcción de la presa de Narmada a las grandes ciudades. El gobierno les azuza a la vida moderna pero se hacinan en un barrio de chabolas y no encuentran salida sino una vida de humillación. Hay que ser muy avispado para sobrevivir.

Las pruebas nucleares de India
-Su análisis del armamento nuclear ha atraído a numerosos intelectuales. ¿Qué le hizo avanzar en la dirección política?
-Todos mis escritos, desde la arquitectura a los ensayos, tuvieron siempre tintes políticos, pero el animal político que siempre hubo en mí emergió ante las pruebas nucleares en India en 1998; el apoyo de la opinión pública y las celebraciones en torno a tal terror me dejó devastada. Publiqué El final de la imaginación, que incluía un texto sobre las pruebas nucleares en India. Hasta entonces, India tenía una forma de pensar más lenta o más terrible, pero distinta. Uno no tenía por qué ser siempre el más duro ni el más rico; no importaba si se era más débil. éramos un país orgulloso de sus lados más tristes o más frágiles. India es un país per se anárquico y rebelde, disidente, y eso le salva de la globalización. No se somete fácilmente. Cuanto más comprometida estoy políticamente, más me doy cuenta de lo fácil que es creer en algo.

-¿Qué escritores le han influido?
-Cuando escribí El dios de las pequeñas cosas, más que la literatura lo que me influyó fue un tipo de danza de India, una forma de contar historias a través de la danza tradicional en la que el bailarín cuenta con su cuerpo los detalles de la esencia del ser humano, desde la épica histórica al deseo. Aprendí que el escritor debía contar lo complejo en lenguaje sencillo.Y más cuando uno es un escritor donde hay una gran mayoría de analfabetos. En India, el gobierno no tiene la educación como prioridad.

Puede decirlo. Su educación fue tan mágica y distinta como ella misma. Sus padres se divorciaron cuando tenía un año y no fue al colegio hasta que su madre, muy conocida por ganar un caso ante la Corte Suprema, fundó en Kerala su propia escuela."En India las mujeres no pueden heredar tierra de sus padres; mi madre desafió a la ley y ganó. Es la mujer que más admiro. Mi educación fue muy distinta de las demás niñas; nunca tuve el condicionamiento de casarme y tener hijos. Estaba obsesionada con ser independiente. Cuando tenía 16 años me fui de casa. Rompí todos los tabúes".

El poder está en la mujer
-En India hay dos tipos extremos de mujeres: las fuertes que tienen poder como usted y las mujeres completamente excluidas.
-Cuando ocurrió lo del 11-S, el único país asiático donde salieron las mujeres a la calle fue India. Sin exagerar, creo que el gran poder de mi país es la mujer. Es la responsable de la familia, del trabajo... He conocido las mujeres más increíbles del mundo en India, de todos los niveles sociales. Poseen aún unas cualidades salvajes, sin pulir, que las hacen sobrevivir y llevar adelante todo tipo de discriminaciones y desigualdades sociales, de trabajo, de educación.

-Habla de las cualidades salvajes sin "domesticar" de las mujeres. ¿Tiene usted alguna inhibición?
-He intentado huir de tener niños. Me produce terror la vulnerabilidad de los niños.

La política americana del poder
-Me decía que no es anti-americana pero no parece que esté muy contenta con Estados Unidos, al que compara con Rumpelstiltskin, un gnomo del folklore alemán que ocultaba su maldad tras un rostro afable y tenía el don de convertir la paja en oro.
-Rumpelstiltskin es una lógica, una idea del Primer Mundo cuyo rey es el dinero y el embajador extraordinario EE. UU. Una idea que con el tiempo se aniquila a sí misma. En cuanto critico algo me tachan de antinacionalista. No se me puede acusar de ser antiamericana porque no pienso así. El mundo se divide entre los que detentan poder y los sin poder y la política americana es la del poder, la única que puede cambiar el mundo, y no creo que lo estén haciendo bien. Estoy convencida que los americanos no entienden cuál es la política exterior de su gobierno. Así se entiende que no soy antiamericana como no puedo ser antiindia ni antiespañola. No pienso en términos nacionalistas sino de personas. Creo que el nacionalismo es el responsable de los genocidios del siglo XX. Mi filosofía de vida es la de no simplificar lo complicado y no complicar lo sencillo. Y a los políticos les gusta complicar los detalles insignificantes y restar importancia a los más complicados.

-Confiesa que hay cosas de América que le fascinan.
-Si dejamos de un lado el hecho que América se ha formado colonizando partes enormes del mundo y con la muerte de 8 millones de indios, uno de los hechos que más me cautiva de es que la población civil es mucho mas fuerte que en los países desarrollados. A pesar que en el exterior son capaces de violar los derechos humanos de todas las poblaciones, desde Afganistán a Indonesia, en su propio país la gente de la calle tiene poder. Pero yo busco algo más. Cuando me invitaron a Suiza, que me gusta, siempre me planteo la misma cuestión: ¿dónde están la violencia y la basura? Es como si la rebeldía,el salvajismo, la locura terrible y maravillosa se hubieran perdido, como si cada persona tuviera un color y un número. La gente no ve la pobreza, se siente limpia e inocente y piensa que son buenas personas haciendo fiestas de caridad. En India, incluso el más rico cada día al salir de su casa confronta la radicalidad de la vida.

La igualdad no existe
-¿Sufre muchos ataques de desesperanza?
-Sí. Sin embargo no creo que uno deba actuar para buscar resultados. Hay que hacer las cosas no porque vayas a tener éxito sino porque crees en ellas. Se habla de globalización y de un solo mundo pero ¿qué es en realidad? Un fenómeno tan sólo referente al dinero; fronteras abiertas al capital y bienes, pero no a las personas. La globalizacion sólo tiene sentido si da lugar a un nuevo ser humano, a un nuevo arte. No creo en fronteras.

-Cuando en Europa pensamos en India es inevitable el elemento exótico, la pobreza, la espiritualidad. ¿Que tópicos no acepta de ninguna manera?
-La clase media de India se enfada cuando los extranjeros nos retratan como un país pobre, de castas.Es cierto que hay una verdad en el cliché. El gran tema en India es el de las castas porque es una sociedad donde la desigualdad y la pobreza ha sido institucionalizadas y legitimadas. Los intocables no tienen derecho a la educación, ni a la tierra, ni a nada, y las gente que ha vivido ventajas sociales desde hace miles de años no va a tolerar que esto cambie. Pero no existe en ninguna parte del mundo la igualdad. Cada desigualdad, racial, económica, ha sido sutilmente calculada.

-Descúbranos, por favor, y para terminar, qué es lo que más le gusta de su país.
-Su anarquía, su disidencia. En India, a pesar de que conviven varios siglos, todavía se plantean cuestiones tales como qué significa el progreso, la globalizacion y no sólo por lo que se dice sino por lo que se ve. Se ve emerger un nuevo estilo, pero la estandarización del mundo de Occidente aún no ha llegado. Si vas a un teatro en Locarno o Nueva York, uno se da cuenta que lo que llevan puesto es de una tienda o de otra. En la India uno ve un sari y no sabe de dónde es.