Comet
Pablo Díez
17 abril, 2008 02:00El santanderino es menos ambicioso que el alemán, menos denso y disperso en los temas, más prudente en las dimensiones y los circunloquios de la anécdota. Sin embargo, le guía semejante propósito: el desarrollo de un relato intelectual empeñado en indagar la intimidad de una persona singular y a partir de ella construir un sentido entero del mundo; algo así como diluir un escrito filosófico en una materia narrativa no poco atractiva por sí misma. Conjugar lo concreto, lo real, lo común y lo abstracto en una historia unitaria es el acierto de Pablo Díez, y no pequeño por los materiales que pone en juego.
De entrada, Comet es la novela de un personaje, Manuel, a quien han despedido del trabajo en una caja de ahorros acusado de una sustracción de la que es inocente. El caso podría ser real. Desde ese momento, mientras se dedica a atender al niño pequeño, su intimidad, atenazada por el tedio, la apatía y el "avinagramiento existencial", flota entre la distancia de su mujer y el acoso de una vecina. A la vez, Manuel despliega una fuerte actividad física e intelectual que le lleva a recorrer los parajes de monte y playa cercanos y a constatar los cambios urbanos y sociológicos de la capital. Todo ello con una minuciosa atención a detalles veristas (nombres de sitios, datos reales incluso de personas). En suma un realismo casi naturalista.
En paralelo con esta línea de testimonio contemporáneo no poco perspicaz, y con voluntad crítica casi de denuncia, corre otra, la posibilidad de Manuel de reemprender su abandonada tesis acerca de los hombres-ave, un tipo de investigación por la que está interesada la universidad de Comet, lugar del Medio-Oeste americano que da título al libro, donde encontraría trabajo. Esta línea aporta a la anterior elementos simbólicos que llegan a convertirse en una alegoría de nuestra condición y de la posibilidad de hallar salida a las circunstancias determinantes de la existencia. El total de la historia, por un lado simple, y por otro bastante densa, e incluso un punto hermética, la cuenta un narrador que la domina por entero, que tiene sus claves intelectuales, psicológicas y morales, y que la glosa y valora.
Novela intelectual dura, Comet tiene momentos en exceso rebuscados. Pese a este reparo, hay que dar la bienvenida con aplausos a un narrador que trae preocupaciones tan serias y las presenta con no poca destreza narrativa.