Image: Poemas de El trueno más allá del Popocatépetl

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Letras

Poemas de El trueno más allá del Popocatépetl

Malcolm Lowry. Traducción y selección de Juan Luis Panero

31 julio, 2009 02:00

Malcolm Lowry

Tusquets

PARA BAJO EL VOLCáN
Un limón seco como una vieja acurrucada en el frío.
Un blanco montón de sal y las moscas
revoloteando sobre una mesa color naranja,
lluvia, lluvia, un miserable peón
y una miserable pluma arañando palabras.
La Guerra. Los tranvías destrozados
y el súbito y momentáneo recuerdo:
el rostro de una muchacha en Hoboken;
una tortuga patas arriba muriendo lentamente
en la puerta de una marisquería,
sangre en su boca y en el blanco suelo,
alimento para el día siguiente.
Pero no habrá mañana, el mañana es ya el pasado.
Tréboles, el olor de las piñas piñoneras
y el aroma de la salsa del pavo
y, de pronto, Inglaterra, una visión del hogar
y entonces los mariachis, algo discordante
y las alas de los pájaros sobre los magöeyes
y el camarero sirviendo un plato negro
y la cara del peón, una imagen de la corrupción.
Además, el horroroso clima
en esta tierra de hombres a medio enterrar,
donde vivimos con Canuto, el reloj de sol, la enredadera,
el leproso, todos juntos en el torreón verde,
tocando al atardecer la flauta y la guitarra,
tocando la canción de la eterna espera de Canuto,
—el error de mi espera, la flauta de la desesperación—
y fuera la lluvia sobre el tren deslizándose lentamente.
Sólo vacío, vacío en mi alma dormida
donde una vez rugieron tigres de limón,
licores de pera, pesada pimienta
y el ruido del tren y la lluvia en el cerebro.
Tan lejos del pajar y la granja, de su sendero,
en la pira donde ardió Ambrose Bierce,
en el agua que acogió a Hart Crane.
La muerte tan lejos de mi casa, sin mi mujer,
aterrado y rezando por mi vida destruida.

BRASAS EN EL VIENTO
Nuestras vidas —no lo lamentemos—
son como cigarrillos encendidos
en un día de tormenta,
una brasa protegida del viento
por una mano cuidadosa.
Entonces arden hasta el final,
como ardieran aquellas deudas que nunca pagamos,
y se queman tan deprisa como la vida.
Uno querría encender otro, encender otra vida
que fuera menos dura que la anterior,
pero no es posible y el cigarrillo ya no tiene sabor
y lo único que podemos hacer es tirarlo.

DESPUéS DE LA PUBLICACIóN DE BAJO EL VOLCáN
Qué horrible es el éxito,
peor que ver tu casa en llamas
y las vigas cayendo, una tras otra,
mientras asistes, sin testigos, a tu condena.
La fama, como una borrachera, consume lo mejor de ti
mismo
y, sórdida, te muestra que sólo trabajaste para ella.
Ojalá que nunca me hubiera besado esa puta,
y haber seguido siempre en las sombras de la destrucción y
el fracaso.