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Letras

En clave de... libro

La nueva biografía de Gardiner sobre Bach, punta de lanza del éxito de los libros de música clásica

12 junio, 2015 00:00

Librería El Argonauta de Roma

La música invade las librerías: un nuevo lector, encendido por las descargas de conciertos y por You Tube, desea conocer y comprender la música, y sabe que eso es imposible sin leer. Por eso se multiplican los lanzamientos y algunos alcanzan cifras insospechadas, como los 60.000 ejemplares vendidos de la Historia Occidental de la Música (Alianza), los 50.000 de El ruido eterno, de Alex Ross (Seix Barral) o los 25.000 de El canto de las sirenas de Eugenio Trías (Galaxia Gutenberg)

Sin llegar al extremo de Nietzsche, para quien “la vida sin música sería un error”, una de las evidencias de la Feria del Libro de Madrid ha sido el interés por los libros sobre música clásica. Pero no sólo en las ferias es posible comprobarlo: en los últimos meses, la librería Argonauta de Madrid, una de las pocas especializadas en música, ha recibido 247 novedades. Si descontamos las partituras, los libros de importación, los manuales, las revistas, los tratados para profesionales de la música, los libros de narrativa, y los abundantísimos dedicados al rock y al jazz, quedan unos 40 títulos de ensayos de alta divulgación, que son los que busca ese nuevo lector. Porque, como apunta César Altable, uno de los responsables de la librería, no han aumentado quizá los títulos -“ya nos gustaría”, dice- , pero sí esos lectores.

El ruido de Ross

Son los mismos que se entusiasmaron con El ruido eterno, de Alex Ross (Seix Barral, 2009), que hasta el momento lleva diecisiete ediciones y 50.000 ejemplares vendidos. Muchos otros sellos confiesan que hubiesen querido publicarlo, no sólo por que es “un ensayo maravilloso, que revisa la historia del siglo XX a través de su música -explica Sandra Olló, editora de Acantilado-, sino por la personalidad de su autor”. No pudo ser, pero en cambio acaba de lanzar La música del castillo del cielo, la biografía sobre Bach de John Gardiner, que también reseñamos en estas páginas.

La aventura musical de Acantilado resulta inseparable de la caudalosa personalidad de su fundador, Jaume Vallcorba. Para él, recuerda Olló, su viuda y colaboradora, “era imposible vivir sin música clásica. Comprendimos que necesitábamos leer para saber y comprender más”. Y descubrieron también que existía un nuevo lector que compartía esa inquietud, y que buscaba libros que no fueran sólo para especialistas. Desde el principio también tuvieron claro que necesitaban contar con autores españoles que “compartieran esta manera de entender el ensayo musical, huyendo de los libros más farragosos, para, sin perder rigor, acercarse a ese otro público”. Y uno de sus mayores cómplices, casi desde primera hora, fue el musicólogo, ensayista y poeta Ramón de Andrés, cantante de repertorio medieval y renacentista, con instrumentos antiguos.

De Andrés, autor, entre otros, de El mundo en el oído y de El luthier de Delft, confirma que hay razones para el optimismo. “Desde luego, es una de las artes que mejor han resistido estos tiempos oscuros: los conciertos se llenan, los jóvenes se descargan conciertos y recitales, los siguen en You Tube y los lectores, cuando se les ofrece algo bueno y asequible, responden. ¡Y queda tanto por hacer! Porque comparados con el resto de Europa, con Francia o Alemania, ¡estamos en pañales!”.

Con todo, hace tiempo que los libros que abordan la música clásica ya no son asunto de minorías privilegiadas, sino un fenómeno que a nivel mundial interesa a millones de aficionados. En el caso de España incide además la transformación del tejido musical experimentado en los últimos 30 años, en los que se han multiplicado las salas de conciertos, sin que, en lo peor de la crisis, desapareciera ninguna orquesta importante. Como apunta el musicólogo y crítico Álvaro Guibert, “quizá la sociedad española está más madura”, aunque en pocas parcelas de la cultura “es tan clara la diferencia entre legos y cultos, entre aficionados y profesionales capaces de leer una partitura”, sostiene. De ahí la desorientación del mero aficionado, que busca asideros que le ayuden a disfrutar y comprender la música, con la dificultad que entraña hacer alta divulgación, amena y rigurosa, de calidad pero no abstrusa, un campo en el que los anglosajones son maestros. Y es que, si, como subraya Martí Pallás, responsable de la colección Ma non troppo, de Robinbook, “la música nos acompaña en casi todas las celebraciones de nuestra vida, el lector se ha especializado más, y eso nos ha obligado a ser más exigentes con los libros que publicamos”.

Un fondo vivo

Los editores lo comprendieron hace tiempo. Así, en los años 80, coincidiendo con la mencionada transformación cultural española, Alianza creó Alianza Música, que lleva publicados hasta el momento 120 títulos. Su mayor éxito, hasta el momento, ha sido su Historia de la Música Occidental (1983), con 60.000 ejemplares vendidos, “y en constante reimpresión”, en palabras de Valeria Ciompi, su editora. Al principio publicaban sobre todo títulos dirigidos al especialista, más académicos, pero jamás han olvidado biografías o libros sobre géneros musicales, la interpretación o la ópera. Y han aprovechado su colección de bolsillo para resolver “casi todas las dudas que puedas tener” con títulos como La introducción a la música de Ottó Károlyi, El maravilloso mundo de la música, o La musica clásica en 100 preguntas.

Años más tarde fue Ramón Akal quien cumplió su viejo sueño de contar con una buena colección sobre música, atizado por Emilio Casares, que le recomendó una Historia General de la Música en seis tomos, que iba más allá de la mera acumulación de datos. Ahora, el responsable de este sello, y subdirector de Akal, Jesús Espino, recalca cómo en su momento fue algo único que “tuvo una respuesta muy buena de manera inmediata. La gente respondió porque aquí no existía nada igual”. Desde entonces han seguido publicando libros relacionados con la historia de la música, manuales para profesionales y ensayos de alta divulgación, entre los que Espino destaca la Historia de la Ópera de Gabriel Menéndez Tortella, los editados para conmemorar los centenarios de Verdi y de Wagner, y la edición de Las tertulias de la orquesta, de Berlioz. El libro de Menéndez Tortella subraya el camino que quieren seguir: Akal podía haber traducido alguna de los manuales existentes, pero se encargó el proyecto a un musicólogo español formado en Alemania, que había dado cursos en el Teatro Real antes y durante la etapa Mortier, “buscando no sólo datos, sino también análisis musical, y que se abordarse la música no solo como un arte del canto sino teniendo en cuenta la importancia de lo instrumental y escénico”

El canto de Trías

Sin embargo, desde el punto de vista del lector, el gran aldabonazo que indicó que algo estaba cambiando lo dio Eugenio Trías cuando, en el verano de 2006, le entregó al editor Joan Tarrida, de Galaxia Gutenberg, su manuscrito de El canto de las sirenas. Hoy llevan más de 25.000 ejemplares vendidos, “lo que para un libro así es extraordinario, y cada año se sigue vendiendo. Se trataba de Trías, pero tenía que haber algo más”. Mucho más en realidad: el libro del filósofo, como el de Ross, ayudan a entender la música más allá de la emoción que produce, y que relacionan la vida de los compositores con la filosofía, la historia, el arte, “y todo eso ayuda a entender en qué mundo vivimos”.

También la recopilación de la Prosa musical de Gerardo Diego (Pre-Textos) retrata su época y nuestra cultura. Inédito en España, su editor, Ramón Sánchez Ochoa, asevera que esta prosa es “la gran desconocida de la obra de Diego” y que permitirá que el lector descubra “el verdadero calado de la inclinación musical del poeta, una faceta sobre la que no se tenía hasta ahora más que una idea aproximativa. Descubre asimismo una excepcional cultura musical, propia de un intérprete que a diario toca al piano las obras de sus compositores preferidos, y de un insaciable lector, interesado tanto por los clásicos como por los compositores de su tiempo”.

Vale la pena destacar, entre las novedades, las Reflexiones sobre la ópera, el arte y la política, de Gerard Mortier (Confluencias), con escritos del polémico director del Teatro Real que demuestran, según los editores, “la amplitud de sus intereses, sus inquietudes y pensamientos esenciales sobre la cultura”. Al mismo tiempo, el musicólogo Jordi Pons, autor de Arnold Schönberg, acaba de publicar El camino hacia la forma, en el que aborda conjuntamente la obra de Goethe, Webern y Balthasar. “De ese reto -analiza- se derivaba otro, el de poner de relieve aquello que une a los tres, que es la comprensión del sentido del ser basada en la percepción de la forma y en la experiencia de la belleza”. Por su parte, el director de orquesta Alberto Zedda ofrece en Divagaciones rossinianas (Turner) sus reflexiones más personales sobre la obra de uno de los compositores que más admira.

De divas, música y memoria

Junto a estos ensayos de alta divulgación en los que la música va de la mano de la filosofía y la historia, proliferan los ensayos sobre compositores y estrellas de los escenarios. El penúltimo en llegar es Simplemente divas, del rossiniano Fernando Fraga (Fórcola), un libro “ameno y erudito, plagado de jugosas anécdotas que deleitan tanto al lector melómano como al no melómano”, según su editor, Javier Jiménez. Fraga, por su parte, subraya cómo descubre un número importante de intérpretes operísticas “con sus cualidades profesionales y con sus existencias deslumbrantes y, en algunos casos, también estrafalarias o miserables. Existencias distintas de las demás mortales”.

Otra veta musical es la narrativa, una constante literaria de Thomas Mann a Donna Leon, pasando por Bernhard, Carpentier, Süskind o Quignard. A mitad de camino entre la divulgación y la novela estarían obras como La música de la memoria (Galaxia Gutenberg), del director de orquesta y promotor Xavier Güell, en la que siete compositores alemanes del XIX se confiesan en primera persona. “Conozco todos los datos, todas las biografías, pero he querido interpretar lo que fue y lo que pudo haber sido; he intentado narrar lo que había entre las notas, descubrir sus sueños, su voluntad de crear y su humanidad”.

Es la misma intención divulgativa que impulsó al musicólogo y crítico Arturo Reverter a escribir El arte del canto (2008) o Los 50 arias de Verdi (2013). Como autor y como lector, para él son esenciales “el rigor, el conocimiento y el sentido de la divulgación”. Con una idea clara: “No podemos ofender al especialista ni alejar al neófito, pero sobre todo tenemos que ser útiles al lector medio, alérgico a los tecnicismos”. Guibert valora además especialmente la originalidad, ya que “es habitual la práctica de la ‘intertextualidad'”.

Un futuro afinado

¿Y el futuro? Afinado y prometedor. Alianza ha lanzado su Biblioteca Básica, en la que especialistas españoles explican al no iniciado qué es El cuarteto de cuerda (C. Sierra) o El piano (Justo Romero). Acantilado anuncia para otoño una monografía sobre Mozart de Harnoncourt; Fórcola, Nietzsche y la música, de Blas Matamoros, y Galaxia Gutenberg, Leningrado, en la que se narra la tragedia de los habitantes de la ciudad sitiada por los nazis, y cómo resistieron gracias a la sinfonía homónima de Shostakóvich.

@nmazancot

Sexo y drogas, con permiso de Mozart

La vida dentro de una orquesta ha llegado a la ficción televisiva de la mano de Amazon, productora de esta serie que acaba de estrenarse en España. Gael García Bernal es el excéntrico director de la Sinfónica de Nueva York y protagonista, junto con Lola Kirke (conocida ahora tras su participación en Perdida, de Fincher) de Mozart in the Jungle. Diez capítulos de media hora cada uno que se pasan volando siguiendo el ritmo de estos músicos que nos muestran su vida dentro y fuera de la orquesta. Basada en el libro de la oboísta Blair Tindall, Mozart in the Jungle: Sex, Drugs, and Classical Music, la historia, más que entretenida, comienza tras el relevo generacional que se produce en la Sinfónica y el revuelo que esto produce en todos los estamentos que en Estados Unidos participan en estas instituciones, desde el regidor a los millonarios patrocinadores. Kirke, en el papel de la joven oboísta Hailey, es narradora y cómplice de la nueva batuta (Gael/Rodrigo de Souza, dicen que inspirado en Gustavo Dudamel). Ya está anunciada la segunda temporada.